Final

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JORDAN

La vida muchas veces podia ser una jodida mierda.

Hay personas que te lastiman, como Héctor y Alan, quienes ahora están bajo las rejas, por lo que sé, no saldrán pronto, los padres de ambos son adinerados, pero como los de Lonan, nadie. Dicen que el dinero compra la libertad, pero a veces sucede en viceversa.

También hay personas a las que lastimas como hice con Amelia, pero supongo que no puedo reparar el daño que le causé. Hablé con ella y le pedí perdón, su respuesta fue positiva, me di cuenta que ambos estábamos madurando. Ya no necesitábamos fingir, ella al parecer era feliz con el rubio, se lo merecía.

Hablando de gente rubia, incluso hay algunas personas que deciden irse para siempre como Violet. Mi pequeña hermana, ojalá hubiésemos sido unidos, supongo que no la valore lo suficiente, y ese es el castigo del no hacer las cosas a tiempo, no la apoye a tiempo, quizá ese suicidio nunca hubiese ocurrido. Pero la vida no se rige de quizás, ya estaba hecho, y lo único que podía hacer ahora, era lamentarme hasta que dejara de doler tan fuerte, acostumbrarme al sentimiento de no haber sido un buen hermano.

Todo pasa por una razón, lo único que puedes hacer es esperar los golpes que vendrán a tu vida, tú decides si te hundes o no, si cambias. Siempre pedir perdón es necesario, llorar es necesario, sentir también lo es.

Lo vine descubriendo todo este tiempo, desde que me di cuenta la mierda de persona que era. Creía que las mujeres eran un objeto utilizable, que solo servían de adorno. Pensaba que los gays eran una abominación, que todos irían al infierno. Veo mi yo pasado, y siento nauseas.

Pensé que era falso ese pensar de que las personas podían cambiar, creí que solo aparentaban, pero no es cierto. El amor te cambia, te transforma.

Nunca volvería a ser el de antes, no tenía ni una sola razón, me sentía renovado, viendo al hombre delante de mi, de espaldas, quien plantaba unas flores en el jardín.

Teníamos tres meses en nuestra casa, habíamos hecho lo que dijimos, mudarnos juntos, ser felices juntos. Papá nos había ayudado luego de que Dorian nos contara la verdad, de que su padre lo amenazaba con supuestas estafas que tenía nuestra familia, claramente no era cierto, sólo eran mentiras para asustarlo, pero Dorian no quería estar mas cerca de ellos, incluso cuando sus padres fueron a buscarlo a la semana del funeral de Violet, Dorian dio la cara, y les juró que sería la última vez que verían su rostro. Supe que eso le dolió mucho, a sus padres también, ya que sin boda no habría alianza, y sin alianza su empresa se desplomaría hacía abajo.

Papá nos ayudó, nos preguntó qué queríamos hacer ahora que Dorian ya no le debía nada a nadie, era libre de manipulaciones. Ambos le contamos que queríamos vivir juntos, Dorian dijo que trabajaría para lograrlo, que no tocaría ni un solo billete de su familia. Pero papá nos regaló la casa en un pueblito pequeño a tres días de Los Ángeles.

Dorian se negó muchas veces, pero papá dijo que siempre seríamos familia, que la familia se apoyaba, así que desde hace tres meses estábamos aquí, conviviendo. Sin embargo, el pelinegro aún seguía empeñado en pagar la casa.

Nuestra casa era de un piso color azulado, cómoda, con una bonita sala, un cuarto con una cama suave y un ventanal que daba una vista a la montaña nevada. Teníamos una linda cocina donde cabíamos sin problema, una sala de estar y claramente afuera, un jardín enorme donde Dorian cultivaba sus plantas. Había obtenido un amor por las flores desde que vio lo bonitas que se veían las de la vecina.

El lugar era precioso, muy pintoresco, montañoso y de clima frío. La gente era muy amable e incluso ya habíamos conseguido trabajo. Dorian en una panadería atendiendo a los clientes, y yo en línea vendiendo cosas. Ambos habíamos seguido la escuela por internet. Seguía en contacto con Alex, Lonan y algunos de mis amigos.

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora