17

2.1K 327 33
                                    

YoonGi salió del baño y miró a sus compañeras, quienes lo veían con una sonrisa poco si es que nada disimulada en el rostro.

—¿Pasa algo?

—No, nada, aquí estábamos conversando con Jiminshi, en lo que salias.

—Ya veo. —Respondió YoonGi, antes de abrir su casillero.

Las mujeres se miraron entre ellas, balbuceando un par de cosas en voz baja, y YoonGi no pudo soportarlo más, cerrando su casillero con fuerza para girar su cabeza en dirección a ellas, ya sintiéndose un poco irritado.

—No estén murmurando entre ustedes sobre los demás, sea lo que sea, díganlo en voz alta.

—YoonGi... —Dijo Jimin, sintiéndose avergonzado, al observar como las demás personas alrededor comenzaban a mirarlos.

—Bueno, es que te escuchamos vomitar.

—¿Y eso que tiene que ver?

—¿Cómo que qué?, ¡eso significa que estas embarazado!

—¿Porque no nos dijiste nada, YoonGi? —Preguntó otra de las chicas —. ¿Cuánto tiempo tienes?

—Yo...

—No te quedes callado, ¡Responde!

—Él no está embarazado. —Negó Jimin rápidamente, captando la atención de todos.

—¿Ah no? —Preguntaron las mujeres con confusión.

—No. —Respondió Jimin con firmeza, mientras observaba fijamente a YoonGi.

YoonGi sólo pudo sentir su corazón entristecer por la manera tan tajante en la que Jimin había pronunciado aquellas palabras. Si bien, era cierto que el feto que crecía dentro de él no era hijo de ambos, tampoco tenía que expresarse de ese modo, negando su existencia como si se tratara de un pecado el haber ayudado a su mejor amigo. En realidad eso solo hacia que comenzara a sentirse avergonzado de lo que había hecho.

—No lo sé, claramente lo escuchamos vomitar. —Afirmó una de ellas —. ¿No es así chicas?, o si fui solo yo, díganme, porque yo claramente escuche arcadas, que provenían de los baños.

—Comí algo que me cayó mal en la mañana, solo eso. —Dijo YoonGi esta vez —. Por favor, no se hagan ideas equivocadas sobre eso.

—Bien, si tu lo dices. Pero igual, si ambos están por casarse, estaría bien, ¿no?, no es como si no fueran a tener hijos en un futuro después de todo.

—Es exactamente lo que pienso. —Jimin respondió antes de desviar la mirada de nuevo —. Me voy yendo, los espero dentro. —Dijo para salir del pequeño vestidor y adentrarse al servicio de urgencias.

—¿Qué le pasa?

YoonGi suspiró.

—Vamos, se nos hará tarde para recibir a los pacientes. —Intentó YoonGi esta vez.

—Cierto, cierto. Vamos.

Iba a ser un largo día.

.
.
.
.
.
.

















Namjoon miró por la ventana como Taehyung se adentraba a su vehículo para irse a la oficina. Una vez el carro arrancó y se perdió de su campo de visión, se apartó de ahí y se sentó en uno de los sofás de la sala principal, sintiéndose muy solo de repente. Cerró los ojos y su mente divago cuatro años atrás, cuando ingresó a aquella empresa como asistente personal del gran y temible jefe Kim Taehyung, aquel quien apenas lo miró, supo que sería el hombre de sus sueños, todo ojos hermosos y sonrisa encantadora. Claro, hacia sus clientes, porque lo que era a sus empleados, no hacía más que impartirles estrictas órdenes y dedicarles miradas desinteresadas. Incluso Namjoon había considerado que el tipo no tenía ninguna clase de interés en las relaciones amorosas, o al menos así fue, hasta que lo observó en una de las tantas noches que le había tocado quedarse hasta muy tarde en la oficina, ver como su jefe se reunía con distintas personas a la salida. No trabajadores de ahí, más bien, como que usaba su trabajo como un punto de encuentro para reunirse con esas personas.

Más tarde, Namjoon se encontraría a si mismo espiando al hombre sin darse cuenta, notando como efectivamente, no duraba más de un par de días con la misma persona, lo que le hizo llegar a la conclusión de que a su jefe no le gustaban las relaciones duraderas. Aún así, eso no lo detuvo, intentando día tras día conquistar a su jefe, seduciendolo de todas las maneras posibles.

Sabía que sería difícil, o al menos eso era lo que pensaba, pues al ser un poco más alto y robusto, consideraba que el contrario no lo encontraría lo suficientemente atractivo. Pero todo cambió una tarde, cuando a pocas horas de salir, Taehyung le había preguntado si tenía algo importante por hacer después del trabajo. Y aunque si tenía cosas pendientes, las había postergado para poder aceptar la invitación a cenar.

Esa misma noche, Namjoon se sorprendería de que efectivamente, solo habían hecho eso, cenar. Había esperado que lo llevaría a un hotel de paso, o a su casa o un departamento cualquiera donde pudiera reclamar lo que claramente le había estado ofreciendo. Pero no, Taehyung se había dedicado toda la noche a conocerlo y tratar de entablar una verdadera conversación con él. Habían congeniado en muchas cosas, tantas que le resultaba imposible de creer que aquello fuese siquiera posible. Pero su sorpresa no hizo más que incrementar cuando al día siguiente le pidió otra cita, y luego otra.

No fue hasta dos meses después, que ambos finalmente tuvieron relaciones. Namjoon creyó que todo había acabado luego de eso, pero no fue así, Taehyung lo había sorprendido de nuevo, pidiéndole una semana después que hicieran oficial su relación. Y si, tal vez fuera absurdo que se emocionara por algo tan simple como eso, pero no podía evitarlo, no mientras observaba con ilusión como lo presentaba ante todo el mundo como su novio, importandole poco, si es que nada, sostener su mano y besarlo delante de todos en la oficina.

Sus compañeros lo habían llamado puta, que se había metido entre las sábanas de su jefe para quitarle todo su dinero. Sin embargo, aquellos comentarios lo tenían sin cuidado, pues sabía muy bien que eso no era cierto, y que el realmente estaba enamorado.







—Lo que nunca supe fue si tu también lo estabas...

Una espera equivocada ||TAEGIWhere stories live. Discover now