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Taehyung regresó poco después, extendiendo una toalla en su dirección.

—Olvide traerla anteriormente.

—Taehyung, sobre hace unos momentos...

—Esta bien, solo olvidemos eso y sequemos tu cuerpo, podrías resfriarte si duras mucho tiempo dentro.

—Yo puedo secarme solo...

—Por supuesto, me refería a que te ayudaré a salir de la bañera, así podrás secarte tranquilamente.

—Creo que deberías ir a casa.

—¿Qué sucede? ¿Te sientes incómodo de repente?, no tienes porque. No hiciste nada malo.

—Aún así...

—Solo olvidalo, ¿de acuerdo?

YoonGi asintió.

—Solo no quiero que te quedes con la idea equivocada.

—No te preocupes, no la tendré.

Respondió Taehyung, antes de acercarse a YoonGi y ayudarlo a ponerse en pie, justo para después envolverlo en aquella toalla. Una vez estuvo completamente fuera de la bañera, dejó a YoonGi sólo en la habitación, mientras esperaba que se vistiera.

—Taehyung.

Taehyung entró lo más rápido posible, dedicándole una mirada interrogante.

—¿Puedes ayudarme a ponerme un pantalón de dormir?, me duele la espalda.

—Si, claro. —Dijo Taehyung, mientras se dirigía al cajón donde YoonGi guardaba la ropa de dormir.

Le ayudó a ponérselo y acarició con la mano su cadera, mientras le dedicaba una mirada cariñosa.

—Listo, ya quedó.

YoonGi sólo pudo observarlo por lo que pareció alrededor de varios minutos, mientras trataba de darle una explicación a las sensaciones que había experimentado. Qué seguía sintiendo

—Bien, me tengo que ir. —Dijo Taehyung de nuevo —. Tengo que ir por Namjoon a la oficina. Cualquier cosa, me llamas, ¿de acuerdo?

—Si...

—Y mañana es la cita con el ginecólogo. Pasaremos por ti temprano en la mañana.

Taehyung salió de la habitación, y YoonGi escucho como la puerta principal era abierta y cerrada. Se sintió extraño, como si la soledad lo comenzara a abrumar de manera repentina. Palpó su vientre y pudo sentir de nuevo aquellos suaves movimientos. Pensó a quien se parecerían, si sacarían el carácter juguetón y cariñoso de Taehyung, o si...

Se obligó a dejar de pensar en ello. Después de todo, era más que obvio que sacarían el carácter de Taehyung, ya que los niños crecerían a su lado, de él y de Namjoon.

—¿Tienes dolor de estómago?

YoonGi dio un ligero brinco en su lugar. Quito su mano de su vientre y elevó la cabeza, encontrándose con la mirada inquisitiva de Jimin sobre él.

«¿En qué momento había llegado? »

—Bienvenido, Jimin. No te sentí llegar. —Dijo YoonGi, forzando una sonrisa —. ¿Ya comiste?

—¿En dónde está ese idiota? —Preguntó Jimin, sus ojos examinando cada rincón del lugar.

—No hables así de Taehyung. —Respondió YoonGi, su ceño fruncido en desaprobación —. El se ha ido hace rato.

—Así que si vino... ¿Hace cuanto que se fue?

—¿Acaso importa? —Preguntó YoonGi con indiferencia —. ¿Por qué debería de importar la presencia de otra persona que no seamos nosotros dos en estos momentos?

YoonGi hizo aquella pregunta, siendo más para él mismo, que para su pareja. Creyendo que si se lo cuestionaba en voz alta, había más posibilidad de que encontrara la respuesta que buscaba a su interrogativa, y así, pudiera restarle importancia a una persona que, sabía, no debía tenerla. Al menos no como temía que lo hiciera.

Observó a Jimin suspirar, y la expresión en su rostro pasar a una mucho más relajada.

—Tienes razón, bebé. Él no es relevante en lo más mínimo, justo en estos momentos.

YoonGi asintió, y acercó sus labios a los de su pareja. Jimin sonrió y terminó de unir sus labios, comenzando un beso lento, exploratorio. YoonGi cerró los ojos, imaginando que se sentiría ser besado por Taehyung. Y aquel pensamiento lo asustó; Porque el realmente deseaba ese beso.

Una espera equivocada ||TAEGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora