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Palabras:9498
Nota: No os preocupéis por pedirme que haga x película, tengo pensado hacer todas las de Disney (al menos las que me den juego para hacer historia amorosa con Katsuki y Freya). Iré haciendo de la que más me apetezca e iré sacando capítulos, así que tranquilxs ^^
Por cierto sé que el tema del enamoramiento es precipitado y de más en este escenario pero en la película es así y tampoco quería alargarlo de más. 😅
Por la noche Adelaida se despertó de un sueño muy agitado, había tenido una pesadilla, soñó con que le pasaban algo a Freya y a los pequeños. No se levantó en mitad de la noche para asegurarse de que estaban bien puesto que no quería molestar, pero a la mañana siguiente fue enseguida y se encontró con lo que más temía...
No había nadie en los dormitorios, no quedaba rastro de ellos y eso la preocupó a niveles extremos. No entendía nada, no se podían haber ido porque sus pertenencias seguían allí, no faltaba nada de nada, pensó que se habrían ido a dar un paseo temprano, pero pasaban las horas y no regresaban, ni siquiera Danjuro los había visto.
El día pasaba y pasaba pero nadie venía, y a la tarde Adelaide decidió llamar a la policía para avisar de la desaparición de Freya y los niños.
Danjuro observaba todo desde un segundo plano. Estaba algo tenso, esperaba que la policía no encontrase pruebas de ningún tipo, se había encargado de limpiar el coche a fondo por si acaso les daba por inspeccionarlo, lo hizo mucho antes de que Adelaide despertase.
Estaba convencido de que esos locos habrían acabado con las vidas de la familia, y esperaba con toda su alma que fuera así porque de ese modo la culpa no recaería en él, sino en aquellos dementes que habían intentado hacerse con sus pertenencias y quien sabe que más podrían haberle hecho de no haberse movido.
Mientras tanto en otro punto de la ciudad, cirniendose la noche sobre sus cabezas Yaoyorozu y Kendo pararon el coche. Habían quedado con más gente y debían de llevarles en su coche, por lo tanto dejarían a Freya, a Katsuki y a los niños en cualquier punto de la ciudad puesto que no tenían mucho tiempo.
- Muchas gracias por todo. -Les agradeció Freya acercándose a la ventanilla que mantenían abierta.
- Oh... No tienes que agradecernos nada querida. -Dijo Kendo sonriente.- Espero que todo os vaya de maravilla. Cuidaos. -Les guiñó un ojo a los niños que se despidieron con un movimiento de mano.
Arrancó el coche y se alejaron dejándolos al fin solos en las calles. Katsuki y Eri ya estaban algo más secos, puesto que las chicas les prestaron unas toallas, pero sus ropas estaban arrugadas y frías. Eri estornudó y se frotó los brazos.
