Tras la marcha de su padre una profunda pena invadió a Freya acompañada se un pesado sentimiento de vacío.
Postrada sobre el duro y frío suelo dejaba escapar todo su dolor a base de lágrimas y sollozos. No terminaba de asimilar aquella situación, hasta incluso se había llegado a replantear que fuese una pesadilla al parecerle tan irreal aquella bestia que había visto tan cerca, no creía que pudiera existir un ser así...era de enormes proporciones, le sacaba como dos cabezas y...muy fácilmente con aquellas garras podría arrancarle la cabeza de un zarpazo.
Hasta hace poco Freya pensaba que ese tipo de seres tan solo se encontraban en los cuentos pero...lo sucedido le confirmó todo lo contrario.
El chirrido de la puerta acabó por interrumpir sus pensamientos, no se podía creer lo que veían sus ojos, colgado del pomo de la puerta con una amplia y seductora sonrisa se encontraba el mismo candelabro que ella misma había cogido minutos antes para buscar a su padre.
-Bonjour Mademoiselle.- Se impulsó cayendo con agilidad sobre el suelo, alzó sus brazos (por llamarlos de alguna manera) con gracia pero toda esa elegancia se evaporó en cuanto Freya le lanzó un trozo de madera procedente de un taburete que estaba hecho añicos.- ¡Ay!- Freya tomó otro trozo dispuesta a lanzarselo pero se detuvo ante las súplicas del pobre candelabro que se cubría sus manos desesperadamente.
-¡¿Qué demonios eres tú?!
-¿No es obvio Mademoiselle? Soy un candelabro.- Dijo Lumière con una pizca de diversión.
-Creo que me estoy volviendo loca.- Pasó un mechón de su pelo tras su oreja mientras abría sus ojos de par en par totalmente desconcertada.
-Tonterias, venga conmigo.
Freya trató de establecer las ideas en su cabeza, respiró hondo intentando llevar aquella situación con calma, ¿enserio iba a mantener una conversación con un candelabro?
Aunque después de haber visto a esa horrible bestia horad antes ni siquiera ella entendía por qué se sorprendía ante tanta incoherencia.
-Pero...él...me ha dicho que no...
-Oh...lo de "¡Te quedarás encerrada en esta celda de por vida!"- Imitó el tono grave de la bestia.- Bueno...eso no iba enserio, el amo es demasiado dramático cuando se lo propone, venga conmigo le mostraré su habitación.
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-¡Ey, ey, ey!- Freya se giró sobresaltada al escuchar una voz nasal tras ellos, era un pequeño reloj que se dirigía hacia ellos con una mueca de enfado dibujada en su rostro.- ¿Se puede saber que hace fuera de su celda? El amo dio una orden y...
