Capítulo 6

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—¡Malditas bestias divinas! —el golpe que le dio a su escritorio resonó fuerte por toda su habitación y las lágrimas cayeron de sus ojos. Ban lloraba de rabia e ira por lo que le había pasado e incluso el manto estrellado no era suficiente para calmarlo. La competencia había ido normal, justificó los moretones y dolores en su cuello con una caída fuerte que sus padres rápidamente le creyeron y no fue hasta que la peli roja lo vio que empezó a soltarlo todo.

—Así que esa bestia te amenazó y protegió a elizabeth—la ojizarca hizo una mueca—¿Por qué protegería a alguien como ella? —

—¡Me piso el cuello y trato de destruir mi garganta! ¡Casi muero! —

—¿Por qué fuiste tan negligente? Eres una vergüenza para la familia real—el albino sintió un escalofrío y cerró los ojos aún más molesto. Las personas que se supone debían de apoyarlo solo le daban la espalda, era débil y llorón, hacia todo lo que hacía para conseguir algo de cariño por su familia todo para que su hermana le dijera esas cosas—Puede ser muy fuerte pero no deja de ser solo una cría de animal, no puedo creer que te haya atacado para defender a una basura como elizabeth—Ban solo se alzó de hombros aún temblando, se sentía tan inútil—Sea como sea, ¿cuándo dejaras de ser tan irresponsable? Avergonzarse a la realeza al dejar que una bestia te pisara—

—Liz... —

—¿Y si en verdad le hubieras dado con la flecha a esa rata sucia? —Ban trago en seco ante esa posibilidad, sabía que era un niño malo pero la posibilidad de que pudo haber matado a alguien, así no le agradará, le aterraba —¿Qué te habría dicho papá? ¿Qué mentira diríamos para justificar la muerte de la aparecida princesa? Se habría corrido la voz como pólvora de que el próximo emperador asesino a su hermana—

—Y-Yo no quería matarla...snif...solo quería hacerle una broma pesada —sabía que sonaba estúpido pero en verdad no quería hacerle un daño real

—Técnicamente no es tu culpa, querías darle una lección a esa mocosa entrometida, dicho esto ten más cuidado la próxima vez—se dio media vuelta no sin antes limpiar las lágrimas de las mejillas de su hermano y sonreírle. Esa sonrisa hizo sentir un poco mejor a Ban mientras liz se burlaba internamente de él, era tan fácil de manipular solo por sentir un poco de cariño familiar—Trata de no molestar a elizabeth cuando este esa bestia cerca porque, ya lo sabemos, son muy poderosas. Te prometo que me vengarse de ellas por haberte humillado—

—¿Cómo? —preguntó, se sentía bien al saber que podía contar con su hermana menor, sin embargo, la sonrisa tétrica en el rostro de la peli roja sólo le causó más inseguridades en su mente

—Hasta esas bestias tienen una o dos debilidades ¿no crees? —y salió de su cuarto dejando a Ban con una sensación extraña en su paladar, la verdad ya no quería molestar a la princesa albina, pero el miedo de perder a su hermana liz era aún mayor. Solo suspiro intentando aguantar el dolor que le provocaba el respirar y se recostó en su cama. Solo quería dormir y despertar con la certeza de que seguía con vida

Oh deidad suprema, por favor, ayúdame a buscar el camino correcto—rezo a aquella deidad poco conocida e incluso casi prohibida antes de dejar que morfeo acariciara su rostro

*

TOC TOC

—Majestad—

—Oh, liz—bartra alzó su cabeza de sus documentos y dejó la pluma de lado

—¿Estas ocupado? —hizo un pequeño puchero para seguir con las apariencias y frunció su ceño. Quería aparentar a una niña linda e inocente que estaba molesta

—Acércate, ¿Quieres decirme algo? —

—¡Es terrible majestad! —se abrazó al emperador y fingió llanto. El hombre solo suspiro un poco

Domando a una bestia encantadora (PAUSADA) Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon