Capítulo 10

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Se bajó de su carruaje con su cara llena de una serenidad impenetrable y su vestido volando por el aire, el azul marino de su vestido hacia resaltar su cabello de luna llena y el broche con la escarlata era su único accesorio caro sobre ella. Tan natural con poco maquillaje resaltando su belleza única. Tomó aire antes de poner un pie sobre los perfectos escalones de la mansión y empezó a caminar escuchando los sonidos de la gente socializando, por un momento deseo haber aceptado la oferta de meliodas y permitirle venir. Su desilusión llegó como el aire para volar toda su fuerza con la que iba.

Espero meliodas y elaine se estén divirtiendo—pensó con un sentimiento punzando sobre su pecho como las luces en el interior de la morada—Él lo niega, pero en realidad se llevan demasiado bien. Ahora que lo pienso, siempre abrazo fuerte a meliodas y se enoja por eso, pero elaine es mas dulce y suave con él—camino entre los pasillos sintiendo el mundo desvanecerse a su alrededor—¿Será por eso que meliodas es bueno con elaine? No le pega en la mano ni la empuja en la mejilla como a mi—recordó dichos sucesos cuando suele alejarla con pucheros adorables o cuando se molesta si es que lo ve con atención en su forma humana. Entre cerro sus ojos llegando finalmente al salón de fiestas donde todos la miraron llegar, pero ella seguía perdida en sus pensamientos—Creí que meliodas y yo teníamos una relación especial, pero...—

La princesa Elizabeth Goddess Liones —no pudo terminar su frase cuando fue presentada ante el público, hizo una reverencia agradeciendo con una débil sonrisa y se acercó hasta el grupo de los demás niños que estaban ahí. Ban la saludo con una sonrisa siendo mirado mal por liz y el marqués estarossa levantó la mano en saludo

—Llegaste princesa—saludo en reverencia, elizabeth le siguió con amabilidad

—Si, fuiste muy amable en invitarme personalmente—

—Oh, pues...—

—Elizabeth—interrumpió la pelirroja destapando un poco su boca para que le pudiera ver los labios, Ban alzó una ceja confundido al ver esto—Estas aquí también. Debiste avisarnos, me sorprende un poco verte en este lugar—elizabeth solo ladeo su cabeza con una sonrisa

—Hola liz, ¿cómo estas? —saludó educada, el gruñido que salió de la boca de la menor y el acto de verla cubrirse la boca fue suficiente para saber que eso no se lo esperaba

—Bien—respondió indiferente, Ban se puso enfrente de liz tapandola formando una "O" perfecta con su boca al notar el broche caro sobre la ropa

—Elizabeth, digo, hermana—corrigió—Tú broche, es igual al de liz—luego sonrió ignorando la cara perturbada en su hermana menor—Se te ve bien—

—Gracias—se sintió mejor en aquel ambiente entre clases sociales con el apoyo de alguien de su familia.

Mientras tanto liz no dejaba de ver la joya que parecía burlarse de ella desde la ropa de su media hermana, aquel broche hecho especialmente para la princesa de Liones estaba justo en ella, mordió su labio con rabia al pensar en eso. ¿Eso significaba que el marqués veía a elizabeth como su igual? Era absurdo y ridículo, completamente ridículo creer a una chica de la calle igual a ella

—¿No se supone que era una gema excepcional? Creí que solo se la habías dado a liz—rió Ban jugando con el otro niño a método de burla. El de ojos onix solo rodó los ojos divertido por esa actitud—¡Debiste darme una a mi también! El rojo me queda muy bien—

—La próxima vez que encuentre una gema así me aseguraré de regalartela a ti majestad—el de ojos rojos asintió con la cabeza sintiéndose mejor con cierto orgullo en su lenguaje corporal, fue hecho a un lado por liz quien lo empujó para quedar frente a la albina una vez más.

Domando a una bestia encantadora (PAUSADA) Where stories live. Discover now