CAPÍTULO 4 ¿TRAICIÓN?

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Marcela
Estoy perpleja, no puedo creer lo que estoy viendo, no puede estarme sucediendo lo mismo dos veces.

Recibí un mensaje de Roger para reunirnos en el restaurante del hotel donde se hospedan, no es nuestro primer encuentro, ya nos reunimos en una ocasión más, pero, no logramos encontrar una solución para nuestro problema, no pudimos estar mucho tiempo porque al igual que la vez pasada tenía que reunirse con su familia, al parecer de antemano tenían todo su tiempo ya programado por dos semanas y él no hace más que robarle tiempo a su propio tiempo para reunirse conmigo, así que no me pareció extraño que me pidiera verlo con tanta urgencia.

Voy llegando al restaurante, pero me he quedado petrificada, a través de los grandes ventanales, estoy observando a Melisa y no tendría nada de raro, de no ser porque está con mi esposo, y aun así tampoco sería raro que se encontraran, de no ser porque se suponía que él estaba fuera, la noche anterior todavía me aseguró que llegaría en dos días más y esta mañana no mencionó nada al respecto.

De verdad, estoy congelada, los miró charlar, ella le dice algo y se acerca demasiado a él, veo horrorizada como pone sus manos sobre las de él, él es un caballero y sé que no armará un escándalo, pero la sensación que siento al ver esa acción me remonta al pasado, me quedo estática mirándolos y veo como él retira sus manos con suavidad, ella sigue hablando, él solo la mira sin decir nada, hasta que de nuevo ella coloca su mano sobre la de él, se acerca y lo besa, estoy segura de que sabe que estoy aquí porque, aunque su mirada ha permanecido sobre él todo el tiempo, en el último momento antes del beso me ubica y nuestras miradas se cruzan, odio esa sensación de impotencia y de ver cómo de nuevo lo hace, no me quedo a ver el desenlace, doy la media vuelta y me alejo, no entiendo cómo él puede hacerme esto, pensé que era diferente, pensé que me amaba de verdad, de ella no puedo esperar nada mejor, sé que es capaz de eso y mucho más.

Contengo el llanto, pero las lágrimas no me dejan avanzar más allá, me las limpio y camino sin rumbo fijo, no recuerdo en donde dejé mi auto, creo que fue frente al restaurante, mi cabeza está hecha un tremendo lío, por fin me detengo en un parque, a mi alrededor la vida sigue, veo caras felices, sonrientes, sus vidas parecen estar al máximo, mientras la mía se derrumba.

No puedo pensar, veo el rostro de él de nuevo, antes del beso se veía tan sereno, tan calmado, parecía tener el control de la situación, como lo hace siempre, es un hombre de negocios, acostumbrado a todo.

No sé cuánto tiempo hace que estoy ahí, sentada, incapaz de reaccionar, pero el timbre de mi teléfono me saca de mi estado de ensimismamiento.
Veo la pantalla, es él, la observo por un rato hasta que deja de sonar. Después de unos segundos vuelve a timbrar, esta vez contesto

_ ¡Amor! - escucho su varonil voz - y mi corazón da un vuelco. No dice nada más, como si esperara que sea yo quien inicie la conversación. Será que me vio, ¿sabrá que los he visto?

_ ¡Hola amor! - me esfuerzo por parecer normal. _ ¡te extraño!  - digo casi en un susurro y es verdad.

_ ¡Yo también! - me dice con su voz gruesa y siento que no ha pasado nada. Es como si nunca hubiese visto esa escena y como si él nunca hubiera estado al lado de esa mujer, dejando que sus manos toquen las suyas y dejando que se acerque más de lo debido y mucho menos dejando que lo bese. Es como si él siguiera siendo solo mío. Contengo un sollozo. _ ¡desearía verte en este momento! - dice.

_ ¡No estoy en casa! - respondo con rapidez, seguro quiere hacer una video llamada a nuestra línea privada, en el equipo que tenemos en el estudio, con pantalla gigante, como las que hacemos cada vez que él está fuera y yo me quedo en casa.

_ ¡Lo sé! - dice, seguramente intentó comunicarse allá, pero al no contestar, marcó a mi celular. _ ¡por favor regresa pronto! - dice con urgencia. _ te necesito. - parece sincero y me pregunto ¿qué pasó en ese restaurante? ¿porque él tenía que estar precisamente con ella? ¿A solas? ¿Y el mensaje de Roger? No cabe duda, se trata de una trampa de esa mujer, y no me importa si Sergey cayó en ella, lo amo más allá de toda lógica y esta vez no se lo voy a permitir, mucho menos se lo pondré fácil.

Me limpio las lágrimas, y regreso al restaurante, efectivamente, es ahí donde deje mi auto, lo enciendo y emprendo la marcha de regreso.

La verdad no sé qué voy a encontrar, él no sabe que lo vi, quizás finja que me llama de otra ciudad, no lo sé, pero haga lo que haga, me he prometido confiar en él, han sido tantos años en los que siempre me ha apoyado, me ha demostrado vez tras vez que es confiable y no voy a dudar de él, porque una zorra quiera meterme la duda, reconozco que en un primer momento lo logró, pero ya estoy más calmada y se quién es él, diría que aún si me estuviera engañando lo perdonaría, pero no lo diré, porque sé y confío, en que no lo ha hecho, ni lo hará.

Llego a casa, mi corazón se cae al suelo, cuando veo que su auto no está, aun así, quiero pensar lo mejor, no me haré ninguna suposición, necesito hablar con él y hasta no hacerlo no sacaré conclusiones tontas. Subiré a nuestra recámara, me daré un baño y lo esperaré.

AMOR SIN FRONTERAS/ No. 2 De La Serie: AMORESWhere stories live. Discover now