CAPÍTULO 10 ADIÓS

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Caminé con Katya a través de un largo pasillo, ella ya había estado ahí, así que solo la seguí.

Llegamos a una puerta cerrada, Katya abrió y entré tras ella, en el interior se encontraba una enfermera, al vernos salió después de saludarnos con amabilidad.

Katya se acercó silenciosa, él al verla le sonrió y dejo que ella tomara su mano a la cual estaba conectada una vía, la otra permanecía a su costado vendada, intercambiaron varias palabras de reconocimiento, él le preguntó como estaba, si no se había hecho daño como él, ella dijo que no y le preguntó si se sentía bien, ambos se trataban con ternura y genuina preocupación, él la miraba con amor, pero de pronto se dio cuenta de mi presencia, y todo cambió.

_ ¡Qué demonios hace esa mujer aquí! - lo escuché gritar. Miré su rostro y su mirada estaba cargada de odio. Miré a mi hija y estaba perpleja mirando la forma en la que su novio me trataba, era lógico era el hijo de mi peor enemiga, solo Dios sabría qué tantas cosas horribles le habrá dicho de mí.

No esperé más, no quería enfrentarlo, mi hija saldría ladtimada, di la media vuelta y salí de aquella habitación, me partía el alma saber que ella estaba en medio de ese chico y de mí, al salir escuché que me gritaba algo más, pero ya no presté atención, crucé de regreso por el largo pasillo, pero ahora me pareció eterno. Afuera me recibió Sergey que estaba hablando con Roger y Melisa, quienes estaban llegando apenas, no quería interrumpir, Sergey les estaba dando los detalles de la condición de su hijo y los comentarios del médico. Me paré a su lado, él iba a preguntar algo, sorprendido de verme salir tan rápido, pero le indiqué que continuara.

_ Todo está bien. - le dije casi en un susurro. - el pasó su brazo por mi cintura y continuó hablando con Roger, dándole los pormenores de su hijo.

Katya
No podía creer la actitud que había tomado Rodrigo, no lo reconocía, hacia días que lo notaba pensativo y cabizbajo, pero pensé que era cansancio, no parábamos durante el día llevando a sus padres a conocer la ciudad y los lugares de interés y parte de la noche la pasábamos juntos solos, él y yo, hablando y haciendo planes para nuestro futuro.

Ahora todo eso se había ido a la basura, y yo estaba devastada porque el hombre que amaba estaba atacando a mi madre, la persona más importante en mi vida.

_ ¿Qué demonios hace esa mujer aquí? - lo escuché gritar. _ ¡debería darle vergüenza estar aquí! - miré sus ojos cargados de furia y a mi madre consternada saliendo de la habitación.

_ ¡Esa mujer! - lo enfrenté. _ es mi madre, y no te atrevas a ofenderla.

_ ¿A ofenderla? - me miró con incredulidad. ¿ofender yo a la mujer que se metió con mi padre, a la mujer que destruyó el hogar de mi madre, la mujer que se embarazó de un hombre casado y lo ocultó, a la mujer que destruyó nuestras vidas? - alzó aún más su voz. Su mirada estaba cargada de odio y de frustración.

_ ¡Ni siquiera has escuchado su versión! - dije al borde del llanto. ¡Estoy segura de que las cosas no son como te las contaron, conozco a mi madre!

_ ¿Insinúas que la mía miente? - dijo con incredulidad. _ te recuerdo que estamos en esta situación por las malas decisiones de tu madre. ¿te has preguntado porque huyó, porque ocultó su embarazo a nuestro padre? Seguramente se dio cuenta de su bajeza y cuando menos le dio vergüenza quedarse y seguir arruinando más vidas.

_ No se los detalles. - dije conteniendo el llanto. _ lo que sí sé, es que conozco a mi madre y sé que no sería capaz de dañar a nadie, no intencionalmente, y también estoy segura de que esa información es falsa, pero descuida, no voy a imponer mi criterio, ya entendí, pensé que al menos podíamos relacionarnos como amigos, como hermanos, porque lo que teníamos era tan excepcional, tan hermoso, tan puro, que pensé que podíamos conservar cuando menos eso, ahora sé que no, porque jamás podría estar cerca de alguien que desprecia a mi madre. Te deseo suerte con la tuya. Porque yo me quedo con la mía.

Las lágrimas ya inundaban mis ojos. Pensé que conocía a ese hombre, ahora me daba cuenta de que no, me partía el corazón dejarlo y más en esa situación, después de todo estaba ahí por mi culpa, en el auto discutimos y una vez más culpó a mi madre, yo la defendí, pero él molesto aceleró, asustada intenté hacerlo parar y fue cuando forcejeamos y perdió el control. Yo era tan culpable como él del accidente, pero ya no podía quedarme a su lado.

Sus ojos aún miraban con odio, pero también con sorpresa por mis palabras, hacia unas horas era yo quien le suplicaba no terminar de esa forma, no separarnos por completo y ahora era yo quien lo estaba dejando.

_ ¡Jamás podría estar cerca de esa mujer, mucho menos convivir con ella! - dijo por fin bajando la mirada. _ lamento que sea tu madre, pero es una bruja. - me miró de nuevo

Yo no dije nada, no tenía nada más que decir, salí corriendo y lo dejé ahí esperando una respuesta de mi parte.

En ese momento se terminaba todo para nosotros, ya no había un mañana para nuestra relación.

No podía estar con el hombre que llamaba bruja a mi hermosa madre, si tan solo le hubiera dado la oportunidad, pero no sé la dio y la condenó.

De verdad yo no conocía los detalles de su vida anterior, ni porqué su decisión de dejar a mi padre y además ocultarle su embarazo. Pero la conocía y sabía que era incapaz de dañar a nadie y no creía esa sucia historia, era algo que mi madre no haría. Y ese hombre, mi padre biológico, no la miraba con odio, debería de ser así si las cosas se hubiesen dado de esa forma, más bien la miraba con culpa, con anhelo, ahora lo sabía, siempre me pregunté, porque él siempre estaba tan callado, tan ensimismado, nos veía de forma extraña, ahora entiendo, a ella la conocía, quizás en algún tiempo la amó de verdad y a mí me veía como la hija de ella que pudo haber sido suya, sin saber que en verdad lo era.

Ahora entiendo tantas actitudes de él, de mi madre de mi padre Sergey, porque él es mi verdadero padre, nunca les preste más atención, porque mi tiempo, mis pensamientos y mi energía las acaparaba Rodrigo. Él era mi todo, hasta ahora. Pero no más, esa parte de mi historia estaba terminando en este momento, en el momento en el que salía corriendo de su cuarto de hospital y recorriendo ese largo pasillo, me encontraba de lleno con mis padres y los de él. No les presté atención a sus padres, miré a los míos, específicamente a él y le pedí que nos fuéramos, nunca pensé que me complacería, pero era mi padre, me amaba, él me rodeó con sus protectores brazos y me sacó junto con mi madre de ahí

_ Luego hablamos, fue lo único que dijo dirigiéndose al padre de Rodrigo y nos sacó de ahí sin mirar atrás.

NOTA:
Queridos lectores y lectoras, estamos a un paso del final de esta parte de la historia. Mañana publicaré el capítulo final y al día siguiente el epílogo.

Espero que me acompañen en la siguiente, que es la continuación de ésta. Saludos y bendiciones.

AMOR SIN FRONTERAS/ No. 2 De La Serie: AMORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora