Saeko Sano volvía a la casa donde se crió al enterarse de la situación en la que se encontraba su familia, su hermano dejó a sus hijos regados por ahí.
•| Alerta spoilers.
•| Intento de comedia Familiar.
•| Contiene Drama ;
•| Todos los derechos...
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warning : La escena transcurre en el cuarto de Mei.
Momo entró al cuarto, a petición de su esposa tenia que arreglar las cosas con su hermano. Para nada fue impreverlo fumar mientras miraba la ventana, tenía la mirada perdida y grandes ojeras.
- Que quieres - exhaló el humo mientras se daba la vuelta - No es como si quisieras hacer esto.
- Obvio no, ahora dime, que mierda le dijiste a Saeko ,todo eso de los padres y eso, me hiciste quedar como la mala - todo los ojos y aceptó el cigarrillo que le ofreció.
- Bueno, es mejor que decir "Saeko somos traficantes y lideramos una banda" , Además te di tiempo para pensar que hacer con los italianos. - sonrió.
- Y que lo digas, supongo que volveré a Corea unos días para hacer una reunión, pero antes quiero arreglar las cosas con mi mujer. -
- Marcando territorio hermanita, que miedo~ - canturreo mientras sacaba una botella de vodka. - Quieres? -
- Claro que quiero pero se supone que estamos arreglando nuestro problema familiar, por poco arruinó el plan cuando vi a Saeko entrar como loca porque supuestamente te abandoné - río y dio un trago pequeño.
- Esta bien hermanita, te perdono por esto - derramó lágrimas falsas - Odio mentirle a Saeko, pero es lo mejor , mantener un perfil bajo y si la amas tanto, quien soy yo para juzgar -
- Así los quería agarrar puercos - Haruchiyo abrió la puerta encontrado a Los dos hermanos fumando con una botella en la mano. - Expliquense par de mierdas.
- Es mi sobrino! - grito el rubio.
- Haru, entra tenemos que hablar. -
- Ya escuché todo Momo.
- Eso resulta más fácil, supongo que no le dirás nada a Sae.
- No le diré, cuando sea si tiempo lo harás tú, no puede vivir de una mentira, Solo dame dinero cuando quiera, no es tan difícil Momo -
- Ya no me dices mamá-
- Oh vamos, alguien no tenía que creer esa fachada infantil tuya, lo sospeché cuando contaste la historia de amor de la princesa.
- ¡Que inteligente!
- Haruchiyo Sano ,querida.
Los hermanos rieron mientras el menor se retiraba, Haruchiyo era fiel a su mami, pero si se enteraba ahora por boca de otros, eso sería un golpe muy bajo.
Pasara un tiempo hasta que ella se entere, pero le daba una lección al pequeño, no todos son como aparentan.
