A la luz de la luna.

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Sasuke salió de la enfermería hacia su habitación unas horas después, Itachi decidió quedarse media hora más. Cuando salió, con una toalla seco su cuerpo, se colocó un pantalón de vestir y sus botas. Tomo la camisa blanca y se encamino a la salida.

Estaba caminando por el patio mientras se ponía la prenda, cuando vio en uno de los balcones, un cuerpo femenino sentada con los pies hacia afuera. Fue una vista maravillosa a sus ojos, el cabello largo de Sakura se movía con el viento, y gracias a la luz de la luna se veía de un tono violeta más que rosa. Si pijama era corto color perla, dejando ver sus piernas blancas y encima de este traía un deshabillé del mismo color. Su mirada se orientaba a la luna, e Itachi pagaría todo lo que tenía con tal de saber que ocupaba sus pensamientos.

Se acercó y le hablo.

- El palacio es seguro, y después de hoy, sin dudaría en que puedes defenderte sola, pero aun así no es seguro que estés sentada ahí-

- ¿Que? – le pregunto la chica- No te escucho-

Itachi pensó en algo muy atrevido, pero en un arrebato de un sentimiento que no podía definir aun, miro la pared y con habilidad comenzó a escalarla hasta llegar al balcón. Cuando llego, salto dentro y Sakura lo miro sorprendía.

- Príncipe Itachi. ¿Qué hace aquí? - no esperaba que el joven trepara hasta su balcón, y por la expresión de sorpresa que él mismo tenia, descubrió que estaba tan sorprendido como ella por las acciones que había tomado.

- Te dije, que el palacio es seguro, y que después de hoy, sé que puedes defenderte sola, pero aun así no es seguro que estés sentada ahí. – repitió lo que le había dicho con anterioridad, tratando de con eso ganar tiempo para pensar una excusa de porque había hecho lo que hizo.

- Lo siento, entrare a la habitación- se disculpo rápidamente. Itachi era un príncipe, el heredero de hecho, y estaban en el castillo imperial, debía obedecer sin importar si ella quería quedarse un tiempo mas afuera.

Para el Uchiha no pasó desapercibido como la chica tomaba los bordes del abrigo y tratada de cubrir más su cuerpo, cayendo en cuenta después, que nunca había abrochado su camisa, y que la chica solo llevaba ropa de cama, dejándola también muy expuesta. Si alguien los veía en esa situación serian sumamente malinterpretados y se esparcirían rumores que arruinarían sus reputaciones.

- Perdón, no me di cuenta la situación- dijo volteando y comenzando a prender los botones de la prenda. - Tampoco pretendía que volvieras a entrar, si quieres permanecer afuera, yo podría quedarme y hacer guardia. - ¿Hacer guardia? Se pregunto a si mismo mentalmente, si esa era la mejor excusa que se le ocurría, estaba jodido.

- El primer príncipe del imperio hará guardia en pro de mi bienestar, me siento halagada- ella, lejos de tomarlo como un raro y acosador, se estaba riendo de la situación, eso, le saco una sonrisa al joven.

- Itachi- se animó a decirle aquello que rondaba por su mente.

- ¿Que? -

- Puedes llamarme Itachi- Ese comentario provoco que las mejillas de la chica se volvieran rosadas. Verla, bajo la luz de la luna, con una mueca de sorpresa y vergüenza, provoco que su propio rostro, generalmente pálido, también se coloreara.

- Sería una falta de respeto- le respondió ella, sin poder salir del asombro que le había dado la propuesta de él.

- A Sasuke lo llamas por su nombre- Esa fue la primera vez que Sakura le sonrió a él. No había nadie más ahí, esa mueca era total y completamente para él, y le encanto. Verla sonriendo, con las mejillas rosas y los ojos verdes brillantes se convirtió en lo más hermoso a sus ojos, fue aún mejor que la mueca previa.

- Suena caprichoso, Itachi- ella se estaba riendo de él, ambos lo sabían, pero poco le importo, su mente solo podía pensar en por qué su nombre sonaba distinto cuando salió de sus labios. Se encontró comparando las sensaciones que había sentido con cada una de las jóvenes que había conocido antes, y dándose cuenta de que las anteriores no provocaban nada en él, a diferencia de la pelirosa, que solo con decir su nombre, invitaba a cada célula de su cuerpo a despertar.

- Me siento discriminado- dijo con tono falso indignado, escuchando en consiguiente a la chica reír. - Nos llevamos solo unos años, también podrías tutearme- se animo a ir por más.

- Procurare llamarlo por su, perdón, llamarte por tu nombre- le respondió ella.

Verla sonreír provoco que Itachi también lo hiciera. Pero no pudo controlar la siguiente pregunta que salió de su boca sin pensarlo.

- ¿Tan malo sería casarse conmigo? -

Cuando salió, la sonrisa que, sin saberlo, tanto había añorado y por fin conseguido, se perdió, haciendo que el chico se arrepintiera de haberla hecho. Pero permaneció en una postura firme frente a ella, ahora ya no podía dar vuelta atrás, y quería una respuesta.

- Sasuke es como un hermano para mí, nos criamos los tres con Naruto, sería raro, por no decir incomodo ser su esposa. - eso sonaba como algo muy razonable, pensó él. - Y a ti no te conozco- y se dio cuenta, que eso también era muy lógico. El cerebro de Itachi no sabía si estar feliz por la primera declaración o molesto por la segunda, porque era verdad, Sakura no lo conocía, y ahí estaba él, saltándose -de nuevo- todos los modales, para hablar con ella y preguntarle algo que no tenía ni pies ni cabeza.

- Puedes conocerme- Nuevamente hablo sin pensar, porque quería ganar. Quizá si estaba actuando como un niño, siendo caprichoso con un juguete que quería, pero él de verdad, por primera vez, quería algo, que sea para él, porque él lo escogio.

- Es complicado Itachi, no es que seas alguien malo o poco atractivo – Las mejillas de ambos se colorearon por el comentario de la joven- E...es solo que, no quiero ser obligada. Se que tus padres lo fueron, y que se enamoraron y terminaron siendo felices, pero yo no podría lograr algo así. Quiero casarme porque amo a ese hombre, porque tuve la opción y lo elegí yo misma, sin obligaciones por mi título o familia. -

Él no pudo decir nada en respuesta a eso, ella tenía razón y era muy coherente en lo que quería y buscaba, pero también Sakura le gustaba, lo sabía, lo había descubierto en el momento en el que sintió celos de su hermano, y no perdería tiempo negándolo. Siempre había sido un hombre directo, que sabía lo que quería y lo que no, y como si eso no fuera poco, también tenía muchas responsabilidades con las que lidiar, no podía darse aires de rebelde sin causa, tenía que velar por el reino y su familia.

Itachi también descubrió que, le gustaba ver las reacciones de la chica, porque nuca sabia con que saldría, llevaba observándola tan poco, y sin embargo ya adoraba cada faceta que había visto hasta ahora. Por primera vez en su vida se vio dejando de lado una que otra responsabilidad si eso implicaba un poco de tiempo con ella, por lo que, si lograba hacerlo todo, cuidar del reino y su familia, de la mano de una mujer tan única y maravillosa como pelirosa, consiguiendo su cariño, seria plenamente feliz.

Pero como había dicho desde el principio, la chica tenía razón. No podía recurrir a su título para conquistarla, debía hacer las cosas bien, se negaría a obligarla a fingir estar feliz el resto de su vida. Se descubrió a si mismo pensando en que él también quería que ella lo eligiera, y le regalara sonrisas sinceras todos los días, celebrando un matrimonio feliz.

- Te conquistare entonces- le dijo entonces sonriendo, en un arebato de confianza. La chica se sonrojo aún más si era posible, su boca se abrió también, ya que no esperaba ese comentario.- Recuerda esta noche Sakura, me amaras y me elegirás, lo harás porque soy Itachi, y no el príncipe heredero.- la seguridad con la que Itachi hablaba, provoco que ella le sontiera, incluso que riera.

Manteniendo la expresión de felicidad, sin decir nada más, ni esperar la respuesta de ella, descendió del balcón, y con los pies ya en el suelo, saludo a la chica con la mano y se retiró, dejando a la anonadada joven viéndolo irse.



Nota autora:

Me levante y dije, ¿Cuántas notificaciones pueden haber? 244.

Tan feliz que les cargo un capítulo mas de esta y de "¿Alcohol o destino?".

Los adoro.

Saludos, Jo. 

Los modales hacen al hombre. ItaSaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora