Sasori.

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- Contenido sensible. Violencia verbal e indicios de abuso. Leer bajo propia discreción-.

Cuando Sakura recupero la conciencia estaba en una carroza, lo sabia por el movimiento de esta.

-Veo que despertaste- reconoció la voz de quien le hablaba.

- ¿Sasori? - pregunto. Estaba mareada y confundida, no recordaba cómo había llegado ahí.

-Así es preciosa- él se acercó a ella y con confianza toco su rostro. - Te rescate- lo escucho decir, y de pronto, el dolor de su cabeza se intensifico mientras recordaba los últimos sucesos antes de desmayarse.

Estaba tomando un té en su balcón, como acostumbraba hacer, esperaba a que Rue volviera para bañarse, cuando dos hombres aparecieron en su balcón. Trato de luchar, su taza favorita callo al suelo y se rompió en pedazos, los muebles volaron, pero no pudo hacer ni gritar, ya que cubrieron su rostro con un pañuelo, obligándola a perder la conciencia.

-Sasori, ¡alguien intento secuestrarme! - exclamo asustada- Tú me rescataste, gracias- le sonrió, pero al ver la oscurecida cara del muchacho, sintió algo en su pecho, desconfianza- ¿Sasori? - lo llamo, dudosa.

-Tenia que sacarte de ahí Saku. Él te iba a pedir casamiento, y tu ibas a aceptar, serias solo de él, yo no podía permitir eso, tu tienes que ser mía-

-Tú me secuestraste- No fue pregunta, no había dudas luego de lo que dijo.

-Estuve esperando por años a que te dieras cuenta de mis sentimientos, viaje y me capacité para heredar el ducado y que seas mía, pero tu nunca me miraste- había comenzado con un tono tranquilo, pero ella pudo identificar como la bronca crecía en su voz. -Me voy unos meses, y me encuentro con que vives con un hombre- se rio de forma sínica.

-Fui al castillo por orden de la reina- trato de hacerlo recapacitar.

- ¡No me mientas! - Grito, antes de darle una cachetada- ¡Yo los vi! - continúo gritando- ¡Fui a levarte un té que traje de un viaje y te vi! Lo besabas, él te tocaba y tu lo permitías-

Los había visto, no podía entonces tratar de calmarlo, porque seria una perdida de tiempo.

-Sasori, Itachi-kun y yo nos vamos a casar- mediar con alguien tan alterado iba a ser difícil, creyó que lo mejor era decirle la verdad y de ahí ver como reaccionaba.

-Tu podrías haberme elegido a mi- le dijo él, con odio.

-No podía, estamos prometidos desde que nací, debo casarme con Itachi. - no era del todo cierto, porque si, debía, pero también quería, aunque no se lo iba a decir al pelirrojo.

-Oh, por lo visto por "deber" permites muchas cosas- dijo, mientras se acercaba a ella. Él era mas alto y le sacaba como mínimo unos 30kg, aprovechándose de eso la acorralo contra una de las paredes de la Corroza, apretándola- Muéstrame que estas dispuesta a permitir por salvar tu vida pequeña puta-

Entonces, Sakura sintió la mano de Sasori apretar uno de sus pechos, y los labios calientes de él conta su boca.

.

La opresión que sentía en el pecho lo estaba volviendo loco. Un día había pasado desde que se habían llevado a la Uzumaki, y el reino estaba literalmente patas para arriba.

Armadas de las casas nobles, a pesar de ser particulares, recorrían los pueblos en busca de la pelirosa, incluso los aldeanos se habían puesto en campaña para encontrarla.

Los ducados estaban en una reunión en ese momento, todos gritaban; muchos le debían cosas, tanto a los Uzumaki como a la misma princesa, querían ayudar, pero era difícil mediar.

Cuando se entero de su desaparición, su madre tuvo un colapso nervioso y en consecuencia ahora su padre no se separaba de la cama de ella, como un niño que estaría perdido sin su madre. Le habían delegado la posición mas alta a él, aun sabiendo que apenas y podía estar de pie.

- ¡Silencio! - Exclamo, imponiéndose ante todos. Ellos podían ganarle en edad y experiencia, pero él era la autoridad en "ese momento. – Todos buscaran en sus propios territorios, aunque sea una pista lo informaran de inmediato. La armada real chequeara las zonas comunes y aledañas en el territorio. Quiero una actualización por hora de la situación-

Daba órdenes a diestra y siniestra, debían encontrarla, ya pasaban las 24 horas.

Caminado por los pasillos podía ver a sirvientas sentadas en el suelo, muchas de ellas llorando o lamentándose por lo que sucedía.

Entro a su oficina, y el dulce olor a la pelirosa lo golpeo, no se había dado cuenta, pero el olor de ahí había dejado de ser a tienta y libros viejos, para impregnarse del dulce aroma que ella desprendía. Tenía que dormir, lo sabía, todos se lo recordaban, pero no podía hacerlo. No podría calmarse hasta que comprobara que Sakura estaba bien.

Cuando se sentó en la silla, escucho a alguien tocar la puesta. Accedió a que pasaran, y se sorprendió cuando Jiraiya Senju entro.

-Creo que se quien tiene a Sakura- dijo, sin darle vueltas, solo con la verdad.

-No me digas que...- dejo en suspenso.

-Mi hijo, Sasori. - confeso.

Cuando Jiraiya le hablo de la desaparición de su hijo, posterior a la desaparición de Sakura, no era necesario ser un genio para atar Cabos y descubrir que ambas desapariciones estaban relacionadas.

Se decidió entonces limitar la búsqueda dentro del territorio Senju. De esa forma podrían encontrar más rápido al pelirrojo heredero, teniendo en cuenta que los demás sectores se habían sido investigados y no se había encontrado ninguna prueba.

El príncipe fue el primero en subirse un caballo y cabalgar hacia allí.

Itachi se maldijo a sí mismo, Jiraiya le había advertido sobre ello y a no había prestado atención. La desaparición de la pelirosa era su culpa, debe haber estado más atento, él sabía que el balcón era un lugar peligroso al que Sakura acostumbraba a salir, por amor a Kami el mismo se lo había dicho la vez que sube a su balcón y le hizo la promesa de enamorarla, incluso había usado la palabra secuestro aquella vez.

Pero la encontraría, aún si eso fuera lo último que hiciera, la encontraré y la llevaría a salvo de regreso a casa.

Los modales hacen al hombre. ItaSaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora