Historias cortas de los personajes de la serie/manga Jujutsu Kaisen. ˎˊ˗
━Clasificado con contenido adulto debido a que se presentará material que puede ser perjudicial para algunos, sólo en ciertos capítulos.
━Sin presencia de oc, personaje respect...
"Tómalo todo" Advertencias: si. Continuación de "Error". (Parte 2 de 2)
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El único sonido dentro del estrecho baño, venía de las gotas de agua cayendo desde la boquilla del lavamanos, descendiendo de forma lenta y acompasada, muy diferente al latido de tu corazón acelerado por tu propuesta dicha con altanería y el miedo oculto ante un segundo rechazo.
Era fresco el recuerdo de la espalda de Nanami caminando lejos de ti después de que abruptamente cortara todos los lazos que juntos habían creado y que mantuviste aferrados a ti a pesar de su ausencia. No necesitabas otra escena como esa. No obstante, tampoco podías mantenerte alejada de él.
El silencio alargándose, sin una respuesta concreta.
Pensabas que no contestaría, o daría la vuelta para salir del baño y marcharse por segunda vez, por lo que te sorprendiste al sentir el tacto de sus dedos ascendiendo por tus brazos desnudos, en una caricia desmedida.
Tu piel se erizó, sin evitar llevar las manos al pecho que estaba frente a ti, aferrándote a la tela.
Por la rapidez en la que Nanami se había colocado la camiseta de repuesto, los primeros tres botones se encontraban desabrochados, dándote una clara visión de sus clavículas y la línea que dibujaba el contorno de sus pectorales.
Su cuello largo y rígido siendo otro recordatorio de cuando dormían juntos en las noches y posabas tu cabeza en ese lugar, con la nariz enterrada en su piel, intentando olvidar las obligaciones del día.
─Tienes tiempo de marcharte y volver a tu pacífica vida ─reuniste el coraje para decir aquellas palabras, sin poder seguir soportando su silencio─. No te culparé por eso. De todas formas... nunca lo hice.
Los primeros días de separación maldecías su nombre, y no dejabas de evocar sus palabras de despedida en las que aclaraba que no eras la culpable de su decisión, aunque por dentro te sentías como el error.
Pasaron varias semanas de tristeza y desvelo, hasta que por fin te diste cuenta de la verdad en las palabras de Nanami, dejando su relación como un placentero recuerdo, e intentaste pasar de página, recordándote que él no volvería. Lo estabas haciendo bien, hasta el aviso de Ijichi, siendo impulsada por la curiosidad. O tal vez nunca pudiste superarlo, poniendo un simple parche ante algo que debía coserse con fuerza.
─Venir aquí fue un error mío. Uno que no se volverá a repetir ─aclaraste, con mayor firmeza y una sonrisa falsa─. Puedes marcharte tranquilo, yo me haré cargo de la tarea que Gojō te encomendó.
Te obligaste a soltar el agarre de su camisa, moviéndote hacia la bolsa con los desechos.
Tus pies dejaron de tocar el piso, sorprendiéndote al sentir de forma repentina, unos brazos envolviéndose alrededor de tu cintura, sumado a la calidez en el lateral de tu cuello, perteneciente a la nariz de Nanami.
