IV. Animales fantásticos.

1.9K 142 21
                                    

IV.
Animales fantásticos.

Había pasado unos días desde la llegada del profesor Scamander a la escuela y las cosas parecían ir bien. Los alumnos se habían acostumbrado a su serio, pero amable y empático, profesor Scamander. Incluso a Leia, a quien siempre se le vio algo pérdida en las clases de Defensa Contra Las Artes Oscuras, parecía más atenta que antes. Tal ves se debía a qué últimamente las clases teóricas tenían algún que otro animalito mágico a quien enfrentarse.

Los días siguientes pasaron sin grandes incidentes, a menos que se cuente como tal el que Lúa dejara que su libro de Encantamientos se fundiera dentro del caldero en clase de Pociones.

El profesor Gamp, que durante los últimos parecía haber acumulado rencor en cantidades nunca antes conocidas, castigó a Lúa a quedarse después de clase. Al final del castigo, la castaña sufría un colapso nervioso, porque el profesor Gamp lo había obligado a destripar un barril de ratas capuletas para la profesora de Posiciones.

- ¿Sabes por qué Gamp anda de tan mal humor? - le pregunto Lei a Eddy, mientras observaban cómo Septimus enseñaba a Lúa a llevar a cabo el encantamiento antitraumas para quitarse los malos recuerdos de las tripas de rata. Encantamiento que Septimus conocía a la perfección, pues tuvo que usarlo con algunos alumnos que no superaban algunas de sus "bromitas" pesadas.

-Sí -respondió Eddy-. Es por el profesor Scamander.

Era comúnmente sabido que Gamp ansiaba el puesto de profesor de Artes Oscuras, y con las vacaciones en de Dumbledore, creía que por fin sería su momento de ocupar el puesto (aunque fuera temporalmente).

Gamp esperaba que con la repentinas vacaciones de Dumbledore, el director lo nombrará su suptituto natural. Pero no fue así, ya que el Albus Dumbledore ya había elegido a su remplazante provocando que Gamp se sintiera traicionando por su colega.

No obstante, parecía especialmente cauteloso a la hora de mostrar cualquier indicio patente de animosidad contra el León Scamander.
Desde luego, cada vez que Eddy y Leia los veían juntos (a la hora de las comidas, o cuando coincidían en los corredores), se llevaba la clara impresión de que Gamp rehuía los ojos de Scamander.

-Me parece que Gamp le tiene algo de miedo, ¿no crees? -dijo Eddy, pensativo.

- ¿Tú crees? - le contesto no muy convencida.

- Claro, ¿Te imaginas si el profesor Scamander convierte a Gamp en una quaffle -dijo, con lágrimas de risa en los ojos- y lo haga rebotar por todo el salón de clases...?

Leia negaba divertida mientras reía de las ocurrencias de su amigo. Ella no podía ni imaginar como el serio profesor Scamander podría hacer algo tan infantil.

Cuando empezó el mes de octubre, el tiempo se volvió frío. Las montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de hojas rojas, anaranjadas y amarillas.

Por las ventanas de arriba veían a Peter, el guarda bosques, descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor.

Aquel sábado, Eddy jugaría su primer partido, después de semanas de entrenamiento: Huppelpuf contra Revenclaw. Si Hufflepuff ganaba, pasarían a ser segundos en el campeonato de las casas.

Los de último año de Hufflepuff tenían tantas ganas de asistir al partido que el sábado, después de comer, llegaron muy temprano e hicieron cola a la puerta del estadio de Quidditch.
La única que faltaba era Lúa, que apareció puntual.

Sana mis heridas [Theseus Scamander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora