IX. Pequeña broma Weasley

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IX.
Pequeña broma Weasley.

Leia se despertó demasiado temprano el lunes por la mañana y se quedó un rato en la cama pensando en el día anterior. Y aunque el profesor Scamander le había dicho que no se lo contaría a nadie se  ponía algo nerviosa, sobre todo al imaginar lo que pasaría si alguien se enterara.

Después de estar acostada media hora se levantó y se fue a bañar. Cuando salió del baño, ya no había nadie. Tomo sus libros de la punta de su baúl y se disponía a salir cuando algo en la ventana, que estaba junto a su cama, llamo su atención.

La pelirroja se volvió a mirar. Algo muy pequeño y gris aparecía y desaparecía al  otro lado del cristal. Se acercó para ver mejor y distinguió una pequeña lechuza que llevaba un paquete demasiado grande para ella.

Bissed le abrió la ventana rápidamente, alargó el brazo y la cogió; dejándola posteriormente, con mucho cuidado sobre su cama. El búho  dejó caer el paquete con una pequeña nota y comenzó a zumbar por la habitación, contento de haber cumplido su misión. Y antes de que Leia pudiera decirle algo está emprendió cielo y se fue por dónde vino.

Leia primero recogió la nota. Iba dirigida a ella.

Querida Leia:

            ¡Feliz Cumpleaños! Se cuánto amas a los animales mágicos, así que espero que esté regalo sea de tu agrado.

A la bruja le pareció extraño que no tuviera firma, que nadie firmaba la nota. Leia tomo el paquete con algo de desconfianza y lo abrió. Dentro se hallaba la última edición del libro de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, el cual había salido la semana pasada. Emocionada abrió el libro y en las primeras páginas se hallaba escrito con tinta una dedicatoria.

Para una señorita amante de los animales.

                            Newton A. Scamander.

La pelirroja ahogó un grito al ver qué la dedicatoria era del mismísimo Newton Scamander.

Antes de que pudiera decir o pensar algo más, la puerta del dormitorio se abrió de golpe y Lúa entró.

—Lei te estamos esperando — dijo la castaña.

—Si — le respondió Leía.

Y rápidamente puso el libro en su mochila junto a los otros y se dirigió hacia el comedor donde la esperaban sus amigos.

—Pero… Que rayos— dijo Septimus mientras observaba la gran cantidad de libros que tenía Lúa en su mochila — Hoy solo tienen tres asignaturas como nosotros. Esta tarde sólo hay Runas, Herbologia y Defensa Contra las Artes Oscuras.

—Ya —dijo Lúa, mientras dejaba su mochila en la banca junto a ella y Leia para tomar asiento —. Es que hoy nos vamos a dedicar a replantar mandrágoras y ojoptusmis.

—Me estás diciendo que todos esos libros son de Herbologia. — Lúa asintió — No puedo creerlo — dijo el pelirrojo mientras negaba divertido. Lúa era un caso perdido cuando se trataba de plantas.

Luego de una aburrida clase de runas antiguas los cuatro se separaron, Eddy fue con el equipo de Quidditch para avisarles que cambiarían el horario de la práctica de mañana, Lúa fue a la biblioteca a buscar un libro que se había olvidado, Septimus se había escabullido a quien sabe dónde y Leia salió a toda prisa a su refugio para poder estar un ratos con sus animales y ver su libro.

Subió una escalera, luego paso por un angosto pasillo hacia otra escalera de mármol más larga que la anterior que la llevo hasta el tercer piso e iba por otro pasillo cuando una voz que salía del interior de un aula dijo :

Sana mis heridas [Theseus Scamander]Where stories live. Discover now