Epílogo.

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Epílogo.

Siete años después…

El Invierno pareció llegar de improviso aquel año. La mañana del primero de Noviembre era dorada y mientras el Auror avanzaba por las ruidosas calles del Londres muggle, el vapor de los carros se disipaba y el aliento de los peatones brillaba como telarañas con el frío del aire.

En una de sus manos el castaño sostenía un gran ramo de rosas blancas y con la otra mano sostenía a una pequeña niña pelirroja de aproximadamente 5 años de edad.

La gente miraba curiosa a la pequeña criatura verde que sostenía la niña en sus manos. Padre e hija llegaban tarde, para ser más precisos, media hora tarde. Cuando por fin llegaron a la caza, ambos se sacaron sus abrigos y estaban a punto de avanzar, cuando un niño llego corriendo hacia ellos.

—  Papá llegas tarde — le dijo enojado el pequeño niño castaño. Era idéntico a la pequeña Lien, y claro que al ser gemelos no podía ser de otra manera.

— Lo se, el tren se atrasó — dijo Theseus en su defensa.

— Vamos, todos están en el salón — dijo Ezra, tomando la mano de su padre — Tío Newt y mamá descubrieron una posición nueva hecha a base de la saliva de un Enueco. — Theseus sonrió ante su comentario. Aunque el pequeño era idéntico a él, tenía sin duda la personalidad de su madre.

Cuando llegaron al salón, el ex tejón, saludo a todos sus amigos. Estaban todos sus amigos más cercanos, desde Dumbledore hasta los Longbottom- McLaggen. Y no, Lúa no se casó con Jack sino con su hermano mayor, un profesor de herboligia que conoció en Suiza. En cuanto a Eddy, el si se casó con Alice McLaggen y ahora estaban esperando a su primer hijo.

Cuando Theseus llego dónde se hallaban a los Weasley, tanto Lien cómo Ezra, corrieron hacia Arthur, el hijo más grande de Septimus y su bella esposa, Cedrella Black.

La relación de Septimus y Cedrella Black había tomado por sorpresa a todos. A todos menos a Lúa, quien ya los había visto coquetear el año anterior a qué Cedrella se graduara de Hogwarts ( siendo ella un año mayor que ellos).

Theseus recorrió toda la habitación con su mirada y aún así no podía hallar a su bellísima esposa.

—Está en el jardín de invierno con Tina y Molly — Dijo Septimus al darse cuenta de la búsqueda de su cuñado.

El castaño no perdió más tiempo y corrió a su encuentro. Efectivamente, su esposa se hallaba en el jardín de invierno con su hermana. El castaño no pudo evitar detenerse en la puerta a admirar lo bella que se encontraba la bruja, con su pequeña panza de 4 meses.

—Creo que mejor los dejamos solos —  dijo una Molly adolescente cuando lo vio, y le guiño el ojo a la aurora.

—Creo que yo me encargo de esas hermosas flores — Tina tomo las flores para ponerlas en agua y sin decir más ambas se dirigieron al interior de la mansión Scamander.

—Seguirás ahí parado o me saludarlas por mí cumpleaños — las dulces palabras de su esposa lo sacaron de su trance.

Leía se acercó a él y Theseus no perdió tiempo para enredar a su esposa entre sus fuertes brazos.

—Estas Hermosa — le acomodo mechón rebelde detrás de su oreja — La cumpleañera más hermosa de todas.

Theseus no podía dejar de observar los surcos de sus labios tan rosados como sus mejillas, esos mechones rebeldes que no importaba las veces que los acomodaba siempre buscaban la forma de salirse de su lugar y aún, a pesar de los años, su corazón aceleraba cada ves que la tocaba. En los años que habían pasado no podría haber sido más feliz.

Muy lejos había quedado el recuerdo de ese horrible día donde Theseus pensó que perdía a Leia para siempre. Gracias a Merlín, luego de unas semanas en coma, la pelirroja despertó y regresó a Hogwarts a terminar sus estudios. Para ese momento Septimus y Lúa ya habían descubierto al traidor, o mejor dicho, la traidora. Rowle había visto a Leia y a Theseus demasiado cerca y cuando se enteró lo de Nott, no dudo un segundo en llevársela de inmediato. El director Dippet al enterarse la hecho de la escuela para siempre; Dumbledore había vuelto a ser el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras y Theseus había vuelto al ministerio aceptando un nuevo puesto como viceministro de magia; En cuanto a Nott, como el viejo hombre había dicho, era un caballero y al comprobar que las palabras de Leía eran ciertas, decidió renunciar a ella.

—¿En qué piensas? — pregunto la pelirroja mientras tocaba la mejilla de su esposo.

—En que desearía congelar este momento para siempre.— beso —  Te amo, como nunca creí poder amar alguna vez.

—Yo también te amo, mí dulce esposo.

Fin.


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Nota de la autora: Feliz Navidad y Año nuevo adelantado 🎅🥂

Sana mis heridas [Theseus Scamander]Where stories live. Discover now