VII. Cumpleaños.

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VII.
Cumpleaños.

Leia recorrió la calle principal, cubierta de nieve enfangada, muy atenta por si vislumbraba a sus amigos, y al no encontrarlos se propuso ir directamente a Las Tres Escobas.

La taberna se hallaba tan abarrotada como siempre, hecho un vistazo a todas las mesas pero no encontró a sus amigos por ningún lado.

Justo cuando estaba por darse la vuelta para volver una voz aguda y una manos en el aire llamaron su atención.

—¡Lei, aquí! — le gritó su amiga desde una mesa escondida en una esquina.

Algo desanimada por lo ocurrido en la mañana, Leia fue hasta la mesa donde se encontraban Lúa, Eddy y Septimus, se sacó su túnica y se sentó junto a Eddy al lado de la ventana.

La señorita Rosmerta, hija del dueño de las Tres Escobas, les trajo cuatro cervezas de mantequilla y felicito a Leia por su cumpleaños.

Los chicos comenzaron a hablar sobre el Quidditch y las últimas bromas de Septimus hacia el profesor Gamp.

La última vez el pelirrojo había hechizado el asiento del profesor de manera tal que cuándo este se siente se transformara en un escusado y cuando se levantará se volviera a convertir en una silla. El profesor Gamp, quien estaba rojo de la ira, quiso castigar a todos porque no sabía quién había sido. Por suerte para todos los alumnos de séptimo año, el director Dippet logro que entrara en razón y se salvaron del castigo.

—Leí, ¿Te encuentras bien? — le pregunto preocupado Septimus, viendo que su amiga no se reía de sus historias.

—Si…— respondió la pelirroja sería.

La verdad es que su mente estaba lejos de allí. Sus pensamientos estaban en los ojos del profesor Scamander, esos ojos que siempre la hipnotizaban.  A Leia no le gustaba para nada estar esquivándolo todo el tiempo, era algo estúpido. Lo más probable es que él nisiquiera lo recuerde, pero ella si lo hacía y cada que lo veía lo recordaba y le daba vergüenza verle a los ojos. ¿Por qué tuvo que besarla cuando estaba borracho?

—¡Por supuesto que no te encuentras bien! Has estado con la mirada pérdida en la ventana desde que llegaste —dijo Lúa, seria, clavando en ella sus grandes ojos—. ¿Qué ha ocurrido, Lei? ¿Tus criaturas están bien?, ¿Una pesadilla? O …— su vos cambio a un susurró — ¿Él ha aparecido?

—Nada, no paso nada —mintió la pelirroja. No podía contarle a nadie que se había dejado besar por un hombre que no era su novio y mucho menos que ese hombre era su profesor de Artes Oscuras.

—¡Eres una pésima mentirosa! —dijo Eddy —. Cada ves que mientes arrugas la nariz como ahora.

—Está bien tienen razón — dijo levantando las manos en señal de rendición —, pero es una tontería — Leia sabia que eso no convencía a sus amigos —. Hoy es mi cumpleaños 18 y solo quiero festejarlo y pasarla bien. Los pequeños problemas siempre pueden esperar.

—Esa es mi chica — dijo Septimus eufórico — Los problemas afuera y el ánimo arriba —. Brindemos. — alzó su cerveza de mantequilla — ¡Por Leí!

—¡Por Lei! — dijeron al mismo tiempo los demás y con su vasos en la mano brindaron.

Desde ese momento Lei se obligo a dejar de pensar en todos sus problemas y solo se dedicó a reír y tomar con sus mejores amigos.

Sana mis heridas [Theseus Scamander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora