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Creo que sólo me dio tiempo a parpadear y mirar alrededor de la habitación para darme cuenta de que Poche se había ido.

Pero bueno ¿Qué esperabas, Calle? ¿Afecto? ¿Sonrisas? ¿Caricias? Por Dios, era una actriz porno, solo había hecho su trabajo y ya, bueno, yo también había hecho el mío así que... No había nada más que hacer allí.

- Daniela, querida. Has superado todas mis expectativas. – dijo Amalia, acercándose a mí y tendiéndome una bata blanca.

Justo en ese momento me di cuenta de que estaba desnuda delante de varios hombres. Me sentí absurdamente avergonzada y mi cara se calentó tan rápido que pensé que iba a explotar.

- No pasa nada… - La sonrisa de Amalia se amplió al verme atar rápidamente la bata. – Están más que acostumbrados a ver hermosas mujeres desnudas. Y son lo suficientemente profesionales como para no mirar directamente. ¿Cómo te sientes?

- ¿Cómo debería sentirme? Ya cumplí con tu ridículo contrato, y ahora me voy a mi casa. Nuestros lazos terminan aquí. – Dije, levantándome y disimulando mis piernas tambaleantes, joder, las sentía como gelatinas.

Todos esos orgasmos tuvieron sus consecuencias.

- No hables como si fuera un tormento para ti, Daniela. Ambas sabemos que disfrutaste del momento. Me encantaría hacer más contratos contigo.

- Eso no va a suceder, Amalia. – dije, dedicándole una sonrisa irónica. – Si eso es todo lo que tienes que decir…

Intenté dar un paso, pero ella me sujetó el brazo. Sus ojos penetraron en los míos y una sonrisa traviesa apareció en sus labios.

- Daniela… Esta forma rebelde tuya me pone muy cachonda.

¿Qué?

¿De qué coño estaba hablando esa puta loca? Supongo que mi expresión reflejaba toda mi indignación, porque se dio la vuelta y se rió de mí.

- Vale, entiendo que lo tuyo es una polla muy grande como la de Poche, pero en caso de que cambies de opinión o quieras probar algo nuevo… Ya sabes mi número, llámame, cariño. – se acercó a darme un beso en la mejilla y se apartó de nuevo. – Te confieso que esperaré con ansias esa llamada, aunque no sé si algún día aceptarás mi propuesta.

Guiñándome un ojo, echó hacia atrás su larga y rubia melena rizada y abandonó el set moviendo sus caderas sensualmente, dejándome completamente atónita. ¡Acaba de coquetear conmigo con la mayor chulería!

Nunca me acostumbraría a este mundo pornográfico, sucio y obsceno... Ni aunque hiciera mil películas.

Nunca.

....

POCHE

Una semana después…

“¡Poche, para, por favor, por favor!”.

Los gemidos de Daniela resonaron en la oficina, mientras Amalia tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro. Quería estar con esa misma sonrisa, pero simplemente no podía. Me estaba ocurriendo algo muy, muy extraño.

Había pasado una semana desde la grabación. Una semana en la que mi puta polla ni siquiera se levantaba. Sólo se levantaba si pensaba en ella. Daniela.

Ya había rechazado tres escenas alegando que me sentía muy mal del estómago, y Amalia lo había aceptado, pero yo sabía que era mentira. Pensaba en ella y mi polla inmediatamente se ponía dura. Pensaba en otra, y se bajaba con la misma facilidad. ¿Qué coño es esto? Yo también quería saberlo, pero no tenía respuesta.

ESTRELLA PORNO (caché) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora