ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 31

54 0 0
                                    

Aquel plan debía llevarse a cabo con tanta rapidez como fuese posible, habían estado cayendo algunos de sus compañeros y no querían que pronto solo quedasen uno o tal vez dos y muy pronto ninguno.

- Libra, quiero que salgas intacto de ahí.

- Si todo va bien, saldremos todos de esta. - Decía nuestro chico mientras se escuchaba su respiración agitada.

- ¿Estas bien?

- No. - Dijo mientras reía algo incómodo. - Tengo... tengo miedo.

- ¿Cambiamos de papeles?

- No, lo haré yo. Tu debes irte y si en cinco no salgo... - Suspiró y abrió la puerta del coche.

- Suerte...- Habló aries en voz baja y mientras su compañero cerraba.

Libra trató de lucir lo más confiado que nunca, ajustó su chaqueta mientras caminaba y pasaba su mano por el cabello, continuando su camino en dirección a la casa más cercana y la cual reconocía luego de lo charlado.

Seguro, las visitas a mí no me incomodan, pero ¿qué tal tú?

Recordaba aquella plática y lo que esa persona había provocado en la estancia de su universidad.

Estoy en la casa color crema, con dos palmeras adornando la puerta, toca tres veces.

O de lo contrario podría no gustarte algunos de mis juegos.

Cada pequeña risa burlona que decía y expresaba por teléfono esta chica hacía que de la rabia cerrara los puños y quisiera golpear lo más cercano a él.

- Espero que estés aquí. - Tocó tres veces a la puerta.

1...2...3...

- Está abierto pasa, tengo comida preparada. Deja tu chaqueta en el colgante a la derecha.

Hizo lo ordenado. Y alguien se asomó, una chica de cabello corto, en ese momento vestía unos jeans negros y una blusa un tanto ligera color blanco. Se había lavado las manos unos segundos antes, ya que se podían verle un poco húmedas las manos y aquellos jeans parecían haber sido un lugar en el que las secó.

- Debo de hacer una pequeña inspección, espero no te moleste. - Se acercó a Libra. - Chaqueta vacía, camisa... - Suspiró.

Libra miró su camisa, el sabía que tenía algo en ella.

- ¿Sucede algo? Esta algo sucia, pero no tanto...

- Sí, es eso. - La chica levantó la ceja. - ¡Mira esto! - Lo miró con algo se asombro - ¿Cuando fue? Te sienta bien.

La chica hablaba de aquel objeto en la ceja del muchacho.

- Hace tres días, sigue rojo de hecho.

- Debiste esperar más. Se te infectara, ven lo retiraremos.

Hasta este punto parecía todo normal, esa parte que habían visto parecía haber desaparecido, coml si fuese una completa farsa, se miraba amable, educada y de buen porte, bastante aseada y con una sonrisa cada que él la miraba, aún con esa mirada de confusión y repulsión hacia ella y sus actos anteriores.

- Eh.. esta bien. - Hablaba naturalmente mientras maldecía en su cabeza.

- Debes esperar un mes a dos si te haces algo así. Una infección no se debe tomar a la ligera. - hablo mientras sacaba una maleta del armario de siempre.

Aquel armario quebalguna vez le sirvió de habitación a alguien.

- Sí, entiendo, esta bien. - Miraba a la chica.

Ella había sacado unas cuantas cosas de la maleta y las colocaba sobre la mesa mas cercana.

- Dolerá.

- Lo sé.

- ¿A qué veniste exactamente, Xan? - Dijo acercándose a él.

- ¿Quieres que sea sincero? - Dijo mirando como la chica se acercaba.

- Bueno, es que no esperaba que vinieras tú, esperaba a ese par de gemelos. Me intriga un poco el hecho que seas tú. - Llegó hasta él y se inclinó levemente.

- Me gustaría saber el paradero de mi hermana. - Dijo de repente y de manera seca.

- Oh, eso. Era eso. - Retiró rápidamente aquel micrófono con camara diminuto que lucia como piercing un tanto brilloso. - Creí que era algún tipo de... plan, uno mal elaborado.

Libra rió.

- ¿mal elaborado? ¿Plan?- Se tornó un tanto serio y tiró aquel piercing. - estoy harto de ser presa.

- ¿Xan?¿que me estas pidiendo..? - Decía cada palabra sin borrar su sonrisa ladina, un tanto burlona.

Parecía que había estado esperando ese momento a cada paso que daba.

- Puedo ayudar, lo sé, sé que sí, necesitas a alguien ahí, sino porqué entrarías tu misma. -Dijo elevando la voz.

- Primero, disfruto de verles, son como mi más grande experimento. Segundo, querias a tu hermana a cambio ¿no es asi?

- ¿Tu... la tienes? - había abierto bastante los ojos. Estaba pasmado.

- Tranquilo muchachito. - Lo sentó de nuevo, ya que se habia incluso levantado del asiento.

- Bien.

- Tu hermana... no te aseguro su vida, pero puedo darte información. Estoy realmente considerando tu oferta. - Lo miraba atentamente.

- ¿qué necesitas para confiar en mí? - Se le miraba desesperado. - Quiero saber de mi hermana, la quiero de vuelta.

Los ojos del chico se habían comenzado a cristalizar, tornandose un poco rojos, al igual que su rostro, indicando que retenía aquellas lágrimas que alguna vez habían salido en el pasado debido al mismo tema.

- ¡No nos pongamos sentimentales! - Dijo acercando el algodón a la herida del chico. - Necesitaré que solamente me obedezcas a mí y tu moral te importe una mierda.

- ¿es todo? ¡Gracias! ¡Gracias! - La tomó de la mano bruscamente. - ¡Te lo agradezco!

- No es nada. Un gusto. - Decía sonriendo mientras seguía con lo mismo de la ceja.

- Como, como te llamaré, te veré o... contactaré.

Su risa típica se escuchó de nuevo.

- Vamos por pasos, deshaste de esa ropa, no me inspira confianza. La manera en que llegaste no lo hace ni un poco. - Habló tomando la chaqueta y tirándola en ese momento en una bolsa de basura negra.

- Bien. - Miró el reloj en el que miraba la hora.

- La camisa que traes puesta. Cámbiatela. - Dijo buscando entre sus pertenencias.

- Lo que digas. - Se deshacía de cada pertenencia extraña que hubiese llevado.

Mientras por la parte de los otros chicos miraban y excuchaban preocupados, quedando como en un inicio. Sin información y desconociendo a su propio amigo.

- Es un idiota. ¡¿Qué está haciendo?!

Aquel chico dentro del departamento de la chica obedecia cada orden para obtener lo que era su propósito desde un inicio.

- Perfecto. Usa esto. - Volteó mirándolo. - Quiero que les digas lo que pasó aquí, omitiendo la parte en la que acepté.

- Será poco creíble. - La miró de nuevo, se había distraido con aquella camisa que se le habia entregado.

- Lo sé. - La chica le ofreció asiento. - La herida que tienes fue desinfectada con un poco de alcohol y unas gotas de sedante.

Que descanses Xan.

...

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 16, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Tᴡᴇʟᴠᴇ Kɪʟʟᴇʀs. ᶻᵒᵈⁱᵃᶜWhere stories live. Discover now