El Viaje De Nuestra Vida.

28. UN FELIZ AÑO?

Cuando termina Can, entro en el baño y preparo el altavoz con la música.
Me doy una ducha de agua caliente.
Estoy retirando la mascarilla de mi pelo para terminar y mi estómago empieza a revolverse, cojo rápido la toalla y con cuidado salgo a la taza del wc, vomito muchísimo y con mucha presión. Tengo que coger aire para no ahogarme y seguir haciéndolo.

Tengo el pelo empapado y con restos de la mascarilla que hacen mi cuerpo aún más resbaladizo. Cuando puedo levantarme sin caerme, apago la música del móvil y regreso a la ducha.
Siento un dolor fuerte en la boca del estómago y mi cuerpo tiembla por lo que me retuerzo, estoy tan débil que tengo que agacharme y apoyarme en mis rodillas para poder descansar un poco.
Dejo que el agua caiga sobre mí.
Esto me hace sentir algo mejor.

No soy consiente del tiempo que estoy hasta que Can me pega un susto entrando rápido al baño.
-Can: Sanem, que te ha pasado?

Dice entrando en la ducha y levantándome con cuidado de las axilas.
-Sanem: Estoy bien.
-Can: Pero te has caído?
-Sanem: No.

Me abraza contra su pecho mientras me cubre con la toalla. Aún tiemblo.
Él está empapado, pero me seca rápidamente.
Me da la mano y me sienta en la cama. Poniendo ahora otra toalla en mi cabeza.

-Can: De verdad estás bien? Me vas a contar que ha pasado? Te has fatigado?
-Sanem: He vomitado y ha sido brutal Can. No podía parar. Por poco lo hago en la ducha pero me ha dado tiempo de salir. He regresado para terminar de ducharme. Pero me sentía muy floja y tuve que agacharme para poder descansar.
-Can: Ah Sanem. Se acabaron las duchas con música, la tenías tan alta que ni me he enterado.
-Sanem: Está bien. Déjame vestirme necesito tumbarme un poco.
-Can: Ha sido culpa mía, no debí dejarte comer ese postre, era mucho chocolate Sanem.

En serio ha dicho eso? Oh Can.
-Sanem: Can? Crees que si no me lo hubieses dado tú no lo hubiese cogido yo?
-Can: Pero te lo dije Sanem.
-Sanem: Está bien. Soy una niña caprichosa y tú tienes razón.
-Can: Eso no ha salido de mi boca.
-Sanem: Me gustaría que por un rato sintieras lo que siento yo. Me quedé con ganas de comer y si no hubiese comido ese postre hubiese comido otra cosa dulce u otra cosa con la que me sintiera llena. Sabes lo que es comer por mí y por tres más? Es muy fácil hablar desde tu posición.
-Can: Sanem, no hace falta que te pongas así.
-Sanem: Y cómo me pongo? Me estás regañando como si fueras mi padre y yo tu caprichosa hija.

-Can: Me he asustado muchísimo cuando te he visto de rodillas en la ducha. Pensé que te habías caído, tengo derecho a preocuparme no?
-Sanem: Está bien Can.
-Can: Además te dije antes de que te lo comieras, que te iba a sentar mal, desayunaste bastante rápido y ese postre sobraba.
-Sanem: Bueno solo faltaba que controlaras lo que como o cómo lo hago. Definitivamente Can, no quiero seguir por ese camino, si no te importa, quiero descansar y agradecería que me dejaras tranquila y sola.
-Can: Que te deje tranquila? Está bien. Perdona por preocuparme por tí. Ya no te molesto más. Y te dejo sola y tranquila.

Can sale y yo termino de ponerme el pantalón y desenredar mi pelo.
Me tumbo en la cama y me duermo algo más de una hora.
Estoy muerta de sed, cuando salgo a por agua Can no está en el salón.
Regreso a la habitación.
Levanto mi camiseta y acaricio mi vientre con las dos manos. Siento como el bebé que está más arriba se mueve bastante más que otras veces.

-Sanem: Mi bebé hoy estás muy animado. Te ha gustado ese chocolate verdad? Pues espero que lo hayas disfrutado porque por un tiempo no va a haber más. Papá cree que soy una niña caprichosa y que quiero llevarle la contraria. Te lo puedes creer?

Con la yema de mis dedos incido un poco más como si con su movimiento estuviera obtuviendo respuestas a mi conversación.
-Sanem: Tú qué piensas? Lo he hecho por ustedes, espero que estén de mi parte. Ya se irán acostumbrando a papá. Es muy bueno, la persona más buena que he conocido y me adora por encima de todo pero cuando me trata como si fuera una niña me hace enfadar mucho.