59. TODO VUELVE A SU LUGAR.

2.2K 109 15
                                    

CAN:
Hoy vuelvo a la agencia, la chica que hemos contratado para que nos ayude en casa empezará hoy a trabajar. Me hubiese encantado poder quedarme para apoyar a Sanem pero me es imposible alargar esto mucho más.

Necesito volver, necesito que todo vuelva poco a poco a su lugar. Estoy en el coche y ya la echo de menos, echo de menos no poder despedirme de ella con un abrazo y con un beso. Está siendo duro mantenerme en mis trece, lo peor que llevo es dormir sin ella. Despertar y estar sólo. Aunque hablamos y compartimos mucho tiempo por los niños me gustaría que la situación fuera totalmente diferente. Pero Sanem cruzó la línea en la última discusión que tuvimos.
Me duele que piense así de mí. Me cansan sus continuos reproches, esto no podía seguir así.

Por todo el camino pienso en ella. En todo momento ella está presente.

Cuando llego pasamos todos a la sala de reuniones, como todos los lunes solemos hacer una asamblea para distribuir todo el trabajo de la semana. Deren me comenta que hoy vendrá un cliente que es dueño de una empresa de productos infantiles, una marca muy reconocida en Turquía.

Deren entra en mi despacho para avisarme de que el cliente ya está aquí pero la noto muy nerviosa.
-Can: Deren, pasa algo?
-Deren: Can, es que el cliente está algo enfadado.
-Can: Enfadado? Qué es lo que pasa?
-Deren: Dice que ha visto la noticia de tu pelea. Y qué no quiere que relacionen a su marca con algo así.
-Can: Ha visto la noticia pero no ha leído el comunicado? Dónde está? Voy a hablar con el personalmente si no le parece bien puede irse por donde ha venido.
-Deren: Can, piensa antes de actuar. Por favor.
-Can: Dile a Ceycey que venga un momento. Después hablaremos.

Estoy cabreado. Pero trato de relajarme. Ceycey viene tan rápido como una bala. Mi cara debe reflejar todo el cabreo que siento porque me mira con cara de susto.
-Can: Ceycey por favor. Tráeme un té. Ofrécele alguna bebida al cliente. Luego hazlo pasar y que por favor nadie nos moleste.
-Ceycey: De acuerdo, pero está todo bien?
-Can: Sinceramente podría estar mejor, estamos apunto de perder a un cliente y voy a tratar de hablar con él. Por eso no quiero que nadie nos interrumpa. De acuerdo?

Nos reunimos los dos en mi despacho. A decir verdad el hombre no tiene cara de buenos amigos.
Trato de hablarle todo lo calmado que puedo. Me comenta su desacuerdo y en parte tiene razón. Pero le cuento sin entrar en detalles lo que ha pasado. Tras unos minutos de conversación su semblante cambia de ser serio a un poco más relajado.

-Verá, señor Divit, yo también soy padre de un hijo y tengo una esposa y tampoco estaría dispuesto a permitir que nadie los ofenda en mi presencia pero a veces uno tiene que frenar los impulsos. En alguna ocasión me he visto en su lugar y con mi familia presente y es muy difícil contenerse. El mundo al que nos dedicamos es muy común que nos rodee gente de este tipo, hay mucha envida, mucha gente con complejo de inferioridad, no podemos entrar en provocaciones, usted tiene que ser más inteligente. Y pensar que no eres sólo Can Divit. También hay una reputación y una empresa detrás. Así que a veces hay que dejar de pensar con el corazón y pensar con la cabeza.

Cómo no quiero entrar un debate ni con él ni con nadie sobre mi vida personal dejamos la conversación ahí. Decide que sigamos hacia adelante con la campaña. Aunque estoy un poco más tranquilo sigo enfadado, sobretodo por tener que dar explicaciones. Pero voy a respirar y dar mi brazo a torcer.
Acompaño al cliente hasta la puerta y de camino busco a Deren, que está hablando con los chicos de diseño gráfico.

-Deren: Ya se ha solucionado?
-Can: Sí.
-Deren: Gracias a Dios, no estaba dispuesta a perder a dos grandes clientes en un mes.
-Can: Deren, tan poco confías en mí?
-Deren: No es eso Can, pero la situación en la que estás es algo complicada de cara a la agencia.
-Can: Lo sé Deren, estoy haciendo todo lo posible para no seguir cargándola.

El Viaje De Nuestra Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora