83. CHOCOLATE.

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CAN:
Sentir las pequeñas manos de Sanem por todo mi cuerpo es lo más excitante del mundo. Estoy tratando de aguantar y no ceder a lo que ella quiere, me gusta verla desesperada. Pero el desesperado soy yo, creo que ha sido suficiente y con mucho cuidado me desprendo del pañuelo. Sanem me mira, aprieta sus ojos porque le molesta la luz, hasta que se acostumbra y se muerde los labios, cojo mi erección y la muevo con mi mano derecha con la intención de hacerle el amor pero mira tan curiosa que voy a darle lo que quiere. Muevo mi mano varias veces. Sanem respira agitada. Cuando nos tocamos en la piscina quedó totalmente fascinada y me confesó que le gustó mucho verme hacerlo, así que voy a dejar que se deleite.

Amo su cara, como se reflejan todas y cada uno de sus sentimientos. Le gusta lo que ve, pero la estoy desesperando y aunque pensaba hacerla sufrir un poco más no puedo y empiezo a hacerle el amor. Entro de ella muy lento, su intimidad me absorbe, sentirme dentro de ella es la mejor sensación de la vida. Me agarro de sus caderas y la embisto cuanto puedo. Sanem se incorpora y clava sus uñas en mis hombros. Se acerca a mi oído para gemir.
-Sanem: Caaannn.
-Can: Mi amor.
-Sanem: No aguantaba más.
-Can: Yo tampoco.
-Sanem: Hazme el amor siempre así. Mmmhhh. No dejes de abrazarme.

Me coloco sentado y subo Sanem a horcajadas. Mi pequeña mujer empieza a subir y bajar montada en mí, su delgado cuerpo bota y el sonido de su respiración y nuestros sexos chocar me hacen marear. Ahora mismo no sé si esto es un sueño o es realidad. La abrazo fuerte, Sanem toca mi pelo alborotado. Clava sus uñas en mi barba y me mira a los ojos.
-Sanem: No sabes...

Tiene que respirar porque he acelerado mi ritmo.
-Sanem: Lo que me gusta sentirte en mis adentros.
-Can: Mmmm si? Y qué más te gusta?

Se acerca a mi oído como si alguien no fuera a escuchar.
-Sanem: Todo lo que me haces.

Respiraz muerde sus labios soltando gemidos.
-Sanem: Que me hagas el amor con tu boca, con tus dedos, todo tú. Nunca podré agradecerte todo lo que me haces sentir.

Cojo las nalgas de Sanem, aprieto con fuerza y la hago subir y bajar rápido, ella me rodea con sus brazos en el cuello y no aguantamos mucho más, el último grito de Sanem hace que los dos lleguemos a la vez.
-Sanem: Cannn.
-Can: Mi amor, te amo.
-Sanem: Te amo...

Así tal cual estamos caemos de lado. Coloco su pelo y apoyo mi frente a la suya.
-Can: Eres lo más perfecto que he visto nunca.
-Sanem: Y tú la persona más increíble del mundo.
-Can: Vamos a la ducha. Aún tienes mermelada de arándanos por el cuerpo.

La ayudo a levantarse y nos duchamos. Nos secamos y pongo a Sanem una de mis camisas. Se pone sus braguitas, se desenreda el pelo y sale de la habitación.
Yo me visto y cuelgo las toallas de los dos. Me peino y la espero en la cama.
Sanem entra de puntillas. Y se ríe. Se acuesta a mi lado y se tapa con las sábanas.
-Sanem: Los niños están profundos.
-Can: Gracias a Dios.
-Sanem: Mañana que no hay guardería se levantarán muy temprano.
-Can: Eso seguro. Pero tengo muchas ganas de estar con ellos, entre semana no podemos disfrutarlos tanto.
-Sanem: Están creciendo muy rápido Can. No puedo creer que ya no sean unos bebés.
-Can: Están muy mayores, pero siempre serán nuestros bebés. Me asombra lo espabilados que están. Deniz hoy me hizo reír mucho, intentaba saltar en el sofá y cuando lo miraba sonreía para que no le llamara la atención. Me fascina ver cómo interactúan entre ellas las niñas. Yildiz estaba metiendo los juguetes en el bebedero de Tesla y Ates iba a sacarlos y le decía no, no, no, en el mismo tono que se los decimos nosotros a ellos.

Sanem está apoyada de su brazo sin dejar de mirarme.
-Can: Tenemos mucha suerte de tener unos hijos así. Soy muy feliz. Aunque cada vez que van creciendo siento que me preocupan más, que hay más peligro...quiero poder protegerlos siempre.
-Sanem: Yo también lo soy Can. Me derrito cuando me llaman mamá. Me siento la mujer más afortunada. Y también vivo preocupada por ellos constantemente pero también pienso en disfrutar cada etapa y debes hacerlo tú también. Serán niños solo una vez en la vida...
-Can: Tienes razón. Ahora que Deren está embarazada me han vuelto las ganas de encargar otro bebé, pero entiendo que aún es pronto.
-Sanem: Sí Can...los niños aún son muy pequeños y nos necesitan para todo y nosotros vamos corriendo de un lado para otro...si en un futuro decidimos intentarlo me gustaría poder dedicarle todo mi tiempo como hicimos con ellos.
-Can: Tienes razón.
-Sanem: Vamos a dormir. Aunque empezaste torturándome que sepas que me encantó lo que hicimos. Eres mi Rey malo y yo voy a dormir como una princesa.

El Viaje De Nuestra Vida.Where stories live. Discover now