SÉPTIMO DÍA

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Tyrone

De alguna forma habíamos encontrado la forma de salir del refugio sin que nadie se percatara de ello, sabía que había sido mejor de esa forma, pues tomando en cuenta que todos los del refugio, a excepción de Candy y Ford, consideran que Soul es un traidor... o al menos eso es lo que me ha dado a entender lo poco que llegue a leer las mentes de todos en una ocasión en la que los escuche conversando, claro, no puedo leer las mentes de Will o Dot, por lo que no puedo conocer la opinión de estos sobre mi tutor.

— Papá confía en Soul — la voz de Tanya en medio de la tormenta hizo que me sobresaltara, aun no me acostumbro a que otros puedan leer mi mente también — Disculpa, realmente no leí tu mente.

— ¿Entonces como...?

— A compensación de mis pocas habilidades como mitad demonio tengo un par de habilidades extra — sonríe, cubriéndose mejor con su bufanda — Mis poderes... son mucho más débiles que los tuyos y los de Astrid.

— Ya veo.

No sabía qué decir. A pesar de que Tanya era una de las personas con las que más había convivido en el refugio desde que llegamos, conocía muy poco de ella, además de ser mi prima, no sabía mucho sobre ella.

Soul lideraba el grupo seguido de cerca por Astrid, Tanya y yo íbamos un poco más atrás de ellos, aunque lo suficientemente cerca como para no perderlos de vista, Peter se había quedado en el refugio para cubrir nuestra desaparición, aunque conociendo a mi querido amigo era casi seguro que terminaría confesando la verdad cuando se sintiera arrinconado. Llevábamos caminando por lo menos media hora, al menos eso era lo que mis botas que comenzaban a llenarse de nieve me indicaban.

— ¿Cuánto falta para llegar? — preguntó Tanya en voz lo suficientemente alta como para que Soul pudiera escucharla — Odio quejarme de respirar algo de aire fresco, pero comienzo a congelarme.

— La cueva del multi oso debería estar por aquí... — murmuró Soul, dejando de caminar para revisar el mapa que había dibujado antes de salir del refugio — Si no hubiera tanta nieve hubiéramos llegado hace mucho.

— Pues gracias a tu hermana es que ahora tenemos un hermoso invierano — ironizó Astrid.

— No es como si yo hubiera sabido que Leyna quería congelar Arendell... perdón, ¡película equivocada! — Soul parecía molesto — ¡¿Qué querías?! ¡No podía pedirle que hiciéramos un muñeco de nieve!

— ¡Podemos dejar Disney en paz! – gritó ahora Tanya, tratando de llamar la atención de Astrid y Soul que comenzaban a discutir entre ellos — La tormenta está empeorando.

Pero la discusión no hizo más que empeorar al igual que la tormenta, tal como había dicho Tanya, fue hasta que comenzamos a escuchar ruidos extraños parecidos a gruñidos cuando Soul y mi hermana se detuvieron, más bien fue Soul quien calló mientras que a Astrid la tuvo que callar tapándole la boca con nieve.

— Maldición — gruñó Soul — ¡Corran! ¡Hay que buscar un lugar donde escondernos!

— ¿Qué sucede? — pregunté, confundido por la nula vista que me ofrecía la tormenta a mi alrededor.

— Gracias a la discusión de este par de tontos, Leyna se enteró de nuestra presencia y mandó un par de lobos de hielo a perseguirnos — me explicó Tanya, mientras comenzábamos a correr — Eso... o sus gritos iniciaron una avalancha en la montaña.

— Sea como sea, ambas opciones son malas — habló Soul — ¡Hay un refugio debajo de aquel árbol! ¡Rápido, estaremos seguros hasta que acabe la tormenta!

Pero cada vez era peor, no solo el ruido de gruñidos se hacía más y más cercano mientras todo a nuestro alrededor se hacía cada vez más blanco, ya no podía ver nada a mi alrededor, incluso había perdido a Astrid y Soul de vista por la nieve que se arremolinaba a mi alrededor.

El Final de su mundoWhere stories live. Discover now