CAPÍTULO 6

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Pensaba que al salir de esa superficie, que al llegar a un país nuevo, conocer gente nueva y un nuevo aire, todo podría cambiar para mí, pero al entrar a ese salón por primera vez me sentí chiquita frente a los demás, sabía que no iba a ser fácil ...

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Pensaba que al salir de esa superficie, que al llegar a un país nuevo, conocer gente nueva y un nuevo aire, todo podría cambiar para mí, pero al entrar a ese salón por primera vez me sentí chiquita frente a los demás, sabía que no iba a ser fácil y ahí me di cuenta que sería un infierno para mí y gracias a ese infierno, gracias a toda esa indiferencia, yo era quien tomaba el puesto para reinar los demonios que me habían pisoteado imploraran perdón...

《Uy eso sonó arrogante》

*¿Y te sorprendes?*

Estaba agotada por tanto daño que recibía, me enferme física y mentalmente, duraba casi una semana acostada, sin salir de casa, sin salir de mi cuarto y sin querer comer, mi única salida era escuchar música.

—Liv, mama que bajes a comer —se asoma mi hermano en la puerta de mi cuarto.

Ignorándolo me incorporo para sentarme y perder mi vista en cualquier rincón del cuarto, mi hermano entra acercándose a mi preocupado, se sube a la cama y se sienta al frente de mi.

—Liv, Lia¿Estás bien?¿Tienes algo? —Stephan pregunta captando toda mi atención en él.

—S-si, no te preocupes. Dile a mamá que ya bajo —sonríe y asiente, pero se queda.

—¿Pasa algo? —ladeo la cabeza.

—Sé que tienes algo —me sorprendo —no soy bobo como para no saber el tipo de comportamiento que tienes últimamente y el tipo de ropa que vistes, siempre andas suelta no cubierta, pero sé que podrás solucionarlo y yo te protegeré si te pasa algo —decidido me mira fijamente asegurandose de sus palabras.

Se me humedecen los ojos por sus palabras y le creo, creo en lo que dice, porque él es más fuerte que yo.

—Cada dia me sorprendes mas y lo se... voy a estar bien pequeño, vamos mamá nos espera —me levanto de la cama agachándome en el piso, le hago señas de que se suba a mi espalda. Al subirse trato de no demostrar dolor. Bajo por las escaleras dando saltitos a la de Dios, al llegar a la primera planta de la casa escucho una voz femenina, mi madre. Bajo a mi hermano de mi espalda cuidadosamente, le digo en señas que se quede callado y quieto, me acerco lentamente a la cocina...

—Sisi, ya se —le ríe al teléfono coqueta.

Frunzo el ceño

《¿con quién habla? No es mi padre.》

*Más lógico no puede ser*

《¿Otra vez tu?》

*Sip*

—Yo también te extraño —mi madre canta en el lugar. Me sorprendo ante su comentario, apoyo mi espalda a la pared, me inclino apoyando mis manos en mi rodilla escondiendo mi cabeza, alzo la cabeza sin tener emoción alguna, inexpresiva me enderezo y entro a la cocina.

—Hola mi mami linda ¿con quien hablabas querida? —digo ladeando la cabeza —No me digas que tienes polvo ya, ¿no? —le alzando la ceja, tomándome un vaso de agua y ante mi comentario se sorprende —Mmmm ¿Un cacho a estas alturas? —espero una respuesta, pero solo hay silencio —Eres increible.

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