CAPÍTULO 9

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—¿Y

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—¿Y...tu novia? —fue lo primero que se me ocurrió, ay lo siento después de ese beso y manoseadera me dejó sin aliento, ese dios griego besa tannnn bien de por Dios.

—¿En serio eso es lo que te preocupa ahora? —pregunta irónicamente.

—Ehhhhh ¿si? — respondo  —La dejaste plantada, se que no es mi incumbencia pero ¿por qué jodas me besaste? —caí en cuenta de lo mal que estaba haciendo las cosas.

—Hijueputa, me dejaste un ¡chupón!, ¿por qué lo hiciste? —Me he vuelto a ver en el espejo dándome cuenta de los chupones.
El descarado sonríe pícaro, lo miró entrecerrando los ojos.

《Me las va a pagar en maldito.》

Volteo al espejo preocupada, no quiero que nadie me vea con esto, me van a joder, me hecho agua en la cara, tomo jabón líquido para lavarme las manos desesperada, comienzo a tener ansiedad, temblandone las manos tomo una y otra vez el jabon liquido, de tanto se me están poniendo rojas, tanto que me rasguñé mi piel con mi uña.

—Oye...cálmate, mírame —Ethan me toma por los hombros, sacudiéndome un poco, por lo tanto yo temblaba, me temblaban las manos aún con la sangre corriendo por mi piel pálida —Livia, por favor cálmate —suplicaba mirándome con preocupación.

—Tu camisa...la camisa porfa, dámela —le pido con ansias, el se lo quita rápidamente preocupado, me lo pasa y me lo pongo —Oye... prometo devolvértelo, ¿si? y no seré tu acompañante —digo dándome la vuelta y salí corriendo.

—¡ESPERA! —ignoro su grito saliendo del baño corriendo, activo la música para calmar las ansias de aquel trauma que me dejó el pasado.

Saliendo del parque le pongo play a la música para saciar mi trastorno de ansiedad  aunque parezca raro. Al pasar veo a una rubia apoyada en la camioneta de Ethan cruzada de brazos, cuando me ve, me recorre con los ojos de arriba a abajo, al darse cuenta de mi cara se preocupa, la ignoro, lo último que quiero es un problema. Cruzo la primera avenida, pero noto miradas de la gente con horror.

—¿Pero qué tendré? —pienso en voz alta.

Paso por una tienda de espejos y freno en seco al verme, me paralizo de la impresión hace que no pueda moverme, el pasado se hace luz a mi mente, me encojo agarrándome la cabeza con las manos para no recordar nada, empiezo a llorar del miedo. Veo sangre caer en mi mano y la mancha roja que hay en la camisa, me enderezo y doy unos pasos hacia atrás aterrorizada, al mirar a mi alrededor veo las expresiones de la gente horrorizada y con asco, en círculo sin poder ver dónde salir. La ansiedad y el ahogo me llega hasta la garganta, intentando respirar varias veces para calmarme y no desesperarme, cierro los ojos un rato y me concentro a la melodía de la música.

《Estoy, voy a salir de esta》

Corro empujando escuchando sus insultos, giro gritando mis disculpas a la gente, al volver al frente choco con alguien pero no le doy importancia hasta que me detiene por el brazo haciéndome que me gire, pero no quiero encontrarme con alguien que me vea en este estado.

Mis errores hacen que me arrepienta después de analizar las cosas, por lo que me hace actuar sin pensar, sin ver las consecuencias, ni los dolores de los demás. Al girar, me agacho para resbalar por el piso gracias a la fuerza de su agarre, al hacerlo me levanto rápidamente, lo tomó del brazo llevándolo hacia atrás de su espalda subiendo hacia arriba quejándose del dolor, con mi pie hago que flexione sus rodillas y lo tiro al piso.
Salgo corriendo lo mas rapido que puedo mirando el semáforo que está en verde, en situaciones así no te queda tiempo para pensar, decidida me niego a parar aumentando la velocidad mirando hacia los dos lados de la avenida y me percato que viene autos del lado derecho, calcular sus distancias sería simplemente una coincidencia, el de adelante y el de atrás, tomó más aire y me impulso más para correr.

—Vamos, vamos, si puedes —respiro hondo y cruzo la calle, paso el primer auto, sigo mi camino pasando tras del carro, al llegar al andén me quedo más tranquila, boto aire por la boca volviendo a respirar por la nariz. Siguiendo siento unas llantas hincharse, al voltear veo que es la camioneta de Ethan.

—¿Es enserio? —pongo mi cara de asco —Maldito pervertido —busco una salida para alejarme de él y no tener más problemas con nadie.

Sigo corriendo y veo un restaurante cerca, está al aire libre, con sillas rojas y mesas de madera, miro las mesas y el brillo un cuchillo plateado, esa es mi salida, corro lo que mas puedo hasta llegar, tomo la arma blanca y filoso, lo agarro de la punta tomado preparándome para impulsarlo, volteo para ver otra vez la camioneta y cuadrar mi posición, regreso al frente para avanzar llegando hasta donde hay un poste delgado, lo agarro dándome giro hacia delante volviendo hacia atrás agachándome poco a poco con velocidad, fijándome en mi puntería hacia unas de las llantas de la camioneta, apunto con el ojo izquierdo para enfocar unas de las llantas delanteras, al tenerlo claro me impulso echando mi brazo hacia atras y lo lanzo dándole a la rueda delantera del lado del conductor.

《La puta suerte que tengo en momentos desesperados》

Al lanzarlo me quedo en mi lugar viendo lo que está por suceder, el auto trata de tomar postura pero pierde el equilibrio dirigiéndose hacia mí balanceándose.

—No puede ser —digo sin aliento.

La última opción que me queda en esta situación y la más arriesgada es lanzarme hacia la camioneta.

—Dios mío, debo estar realmente loca —digo flexionando las piernas para correr y brincar sobre el auto.

comienzo  correr con una lágrima cayendo en mi mejilla al estar cerca brinco hacia el capo apoyándome con el pie derecho, hago fuerza para levantar el otro pie, pero su velocidad comparando con la mía no es nada y sin más me atropello con el parabrisas rodando por el techo del auto cayendo. Mi cuerpo choca fuerte con el piso dando vueltas, un accidente tan breve y no fuerte pero aun así los dolores son como el mismo diablo.

Después de la caída trato de moverme pero es imposible, me duele todo, sintiendo el cuerpo inerte y el sol en mi cara es como la primera vez que llegué aquí, fuerte y caluroso, a veces me pongo a pensar y es que siento que desde que llegué aquí ha sido mi mala suerte.

—Okey ya estoy delirando —hablo tosiendo.

—Liv...Livia —siento una voz masculina.

《Esa voz...》

—¡Livia por favor despierta! —preocupado y desesperado me habla, con la vista borrosa no puedo ver exactamente quién es pero si puedo reconocer esa voz...

—¿Damián? —alcanzo a decir nublandose mi vista hasta quedar todo en negro y pierdo el conocimiento rindiéndome.


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Capítulo editado!!

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