#20 El Destino Revelado

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Les agradecería sus consejos de corrección ortografía y reglas de escritura 🙏Abajo tendrán una notita😉

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Livia se encuentra en su habitación en un rincón en la oscuridad, llena de ira y decidida a enrentar al hombre que la abusó y escapó. Siente una fuerza interior crecer dentro de ella.

—Ya no puedo soportarlo más. Es hora de que sepa lo que se siente ser vulnerable. —entre dientes

Livia camina por una calle oscura, buscando al hombre, pensando en que su delicado cuerpo sería capaz de enfrentar físicamente a un hombre. Lo ncuentra parado en una esquina, fumando un cigarrillo tembloroso después de lo que vio en los ojos de Livia. Se acerca a él con determinación.

—¡Basta! No permitiré el daño que me hiciste hace un rato y escapar como si nada —con voz temblorosa pero firme

—¿Y qué vas a hacer, niñita? —El hombre la mira con desprecio y se burla tratando de esconder su miedo.

En ese momento, Livia siente una oleada de poder recorrer su cuerpo. Sus ojos brillan intensamente y su figura comienza a cambiar

—No tienes idea de lo que soy capaz. —en voz baja

Livia al encontrarse con el hombre que intentó aprovecharse de ella, llamado Sebastián.

Un hombre que físicamente es atraído por muchas chicas haciéndose inalcanzable. Enfurecida por su intento de abuso, Livia invoca inconscientemente su poder divino y demoníaco al mismo tiempo.

—No puedo creer que me haya hecho esto. No puedo quedarme de brazos cruzados. —susurra Livia enfadada y frustrada mientras recuerda las accines del que se aprovechó de ella.

Livia siente una oleada de ira y su poder se despierta repentinamente. Una ráfaga de energía emana de ella y lastima al hombre, dejándolo aturdido.

—¡¿Qué demonios está pasando?! —Sebastián grita

Livia se transforma en un ser celestial, perdiendo el conocimiento de sí como si algo o un ser tomara su cuerpo y alma, con alas brillantes, pero diferentes, uno como el color de la luz brillante y el otro como el color del fuego. Su rostro muestra un equilibrio entre la belleza angelical y diabólica mirda decidida y desafiante.

—¿Qué demonios eres? —asustado, Sebastián deja caer su cigarrillo cayéndose de atrás.

—Soy mucho más de lo que puedes manejar. —Livia, con voz autoritaria y oscura, lo mira desde arriba acercándose.

Livia extiende sus alas y lanza una ráaga de energía hacia el hombre, quien queda aturdido por el impacto. Damián observa la escena desde la distancia, preocupado por el caos que se está desatando.

—¡Livia, detente! No es seguro. —Damián, gritando, se acerca levemente hacia la escena.

Livia se gira hacia Damián, confundiéndolo con una amenaza. Sus ojos brillan con ira mientras se prepara para atacarlo.

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