No lullaby (HuaWei)

1. No más llorar.

Nota del autor: odio tener que hacer esto pero, debo pedir disculpas porque aparentemente WATTPAD está mostrando los capítulos de manera desordenada y no cronológicamente (1,2,3, etc). Espero solucionar esto mañana a más tardar y que si están comenzando a leer tomen en cuenta esto. Si estos problemas siguen así, mudare el fic en español a Ao3.

Muchas gracias por su comprensión y una disculpa por los problemas.

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Hua Cheng era ese tipo de persona que a lo largo de su vida  había tenido varias identidades, todas habían sido conocidas por la misma persona, a la que había entregado todo su amor, su felicidad más grande fue cuando su preciado Xie Lian había decidido estar listo para una relación con su bello pretendiente de toda la vida.

Habían nacido en el mismo año con 8 meses de diferencia, lo que había provocado que Xie Lian consolara y mimara a su amante como un niño pequeño. Todo iba bien, tan tranquilo en su vida hasta que simplemente todo terminó.

No hubo discusiones, tampoco incomodidad, ni siquiera una pizca de remordimiento en el que alguno pensará "¿Qué faltó? ¿Qué fue lo que no hice?",  Después de varios años de relación ambos habían llegado al mismo sentimiento tácito y el mismo pensamiento les llegó cuando se habían sentado en una cafetería bebiendo su amado café. "Esto es todo lo que podemos dar ahora".  De alguna manera ambos se habían estancado, no solo en su relación, sino como personas, ¿Aún se amaban? No lo dudes, pero seguir esa relación en ese punto y forzarla podría lastimarlos, algo que ninguno estaba dispuesto.

- Tiempo, dos años, en dos años si no conocemos a nadie, si no nos enamoramos de nadie más y nuestro amor sigue aquí continuaremos, pero primero hay que crecer.

Xie Lian siempre fue el más honesto entre ambos, probablemente ninguno quería terminar una relación tan hermosa como la que ellos tenían, era una zona de confort que ambos habían creado, pero una que con el tiempo se había convertido en un lugar un tanto aprensivo sin querer. En el futuro, Hua Cheng diría que las expectativas propias y ajenas habían influido en aquellos, pero eso era algo que debía aprender.

Xie Lian, hijo de políticos reconocidos que se había formado un nombre por sí mismo en la política había decidido enfocarse en sí mismo y sus amigos, había decidido disfrutar de su soledad, así como el tiempo libre que tuviera en cada uno de sus viajes. No había por qué llorar por un amor tan precioso como ese.

Por su parte Hua Cheng era un niño huérfano que había dominado la zona "roja" de la ciudad celestial (aquel apodo era tan apropiado para esa ciudad llena de tecnología y comercio, capital del país de Xian Lee), la zona donde prostitutas, delincuentes que pese a haberse arrepentido profundamente de sus pecados no podían reincorporarse a la sociedad y demás.Aun que claramente sería mucho mérito para Hua Cheng decir que lo consiguió solo.

Había ascendido como una especie de vigilante gracias a un político corrupto, un experto en informática y su equipó que había sido una red de informantes, una líder de un pequeño pero poderoso cartel y el apoyo de numerosas personas. Hua Cheng era un joven adulto con potencial, imponía y era fuerte, un buen líder, mantenía a raya a los carteles y si había problemas legales de parte de la zona roja, Hua Cheng sería un perfecto chivo expiatorio, que a ojos de ley solo era un excéntrico ricachón con empresas de arte y diseño.

Había tomado su falsa identidad para estar con Xie Lian, Yin Yu había tomado las riendas de la ciudad como un segundo al mando y He Xuan había ayudado a cambio de un poco de comida exquisita así como un poco de vigilancia a su nueva víctima y su ex mujer.  Su vida como un civil limpio de cualquier sospecha legal había terminado "temporalmente" cuando había llegado el acuerdo con Xie Lian. Hua Cheng lo sabía, Xie Lian era una persona atrapante y hermosa, conseguiría un buen amante si tuviera su corazón, pero Hua Cheng era demasiado áspero para permitir que cualquier persona se acercará con tintes románticos, probablemente su destino era estar solo.