CAPÍTULO 18

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- ¿Finn?

- ¡Emily!, ¿Qué te pasó? – se acerca hacia mí y me ayuda a levantar.

-Me siento muy débil – intento articular, pero me duele mucho la boca.

-Te llevaré a enfermería, resiste Emily - me dice ayudándome a caminar.

Siento algo dentro de mis manos... las llaves, aún las tengo, eso me hace sonreír, paro y le digo a Finn.

-Necesito dár...selas a Ma...ma...teo, para...sal...a mí...padr – intento decir mostrándole las llaves, pero no me salen las palabras.

-No hables Emily, no te esfuerces, resiste, estamos cerca de la enfermería.

- ¡EMILY! ¡EMILY! – esa voz...

- ¿Mateo? – pero no soy yo la que pronuncia estas palabras, es Finn, me giro hacia él y veo que pone una cara de fastidio, que se traduce en: celos.

Veo que Mateo se acerca hacia nosotros.

- ¡Emily! ¡Emily! ¡Por Dios! ¿Estás bien?

-Pues obvio que no lo está, idiota. ¿No la ves? Está muy herida y todo por tu culpa – dice Finn con rabia, pero Mateo no le presta atención, se acerca a mí y me dice:

-Emily, tu padre está a salvo, logré sacarlo de la fosa.

-Pero... ¿Cómo...? Si yo...tengo las lla...ves– le muestro el manojo de llaves.

-Ahora estás muy débil pero luego te contaré – me sonríe, esa sonrisa que me vuelve loca – vamos, Finn, ayúdame a llevarla a la enfermería.

-Eso era lo que iba a hacer – dice Finn con fastidio.

Entre los dos me llevan a la enfermería, al entrar, Mateo dice:

- ¡Enfermera! ¡Urgente!

Una enfermera llega corriendo, me mira y les dice a Finn y Mateo:

-Tráiganla por acá.

- ¿Tu dándome órdenes a mí? – le dice Mateo, no puedo creer que él haya sido capaz de pronunciar esas palabras.

-Emm...perdóneme...príncipe Mateo, en ningún momento quise ofenderlo – dice la enfermera arrodillándose.

- ¡Enfermera Inútil! ¡Vaya y traiga al doctor, ya!

La enfermera sale corriendo en busca del doctor.

-Ma...teo, no puedo...cre...er que le hayas dich...o eso.

-Perdón Emi, no sé qué me paso, de verdad.

La enfermera llega seguida por el doctor, es el doctor Clark, el mismo que me atendió cuando me desmaye en la cueva, me aplica una inyección en el cuello y al cabo de unos segundos, caigo en un profundo sueño.

Me levanto algo débil, miro a mi alrededor, solo hay paredes blancas, que aburridos, de verdad que supongo que en este lugar no conocen el color azul o verde o morado, son todos oscuros, pero claro, con esa horrible mujer que tienen como reina, no se puede esperar menos. Ahora que lo pienso, mi vida tomo un cambio radical, desde que la reina apareció en mi vida y no ha sido un cambio del todo positivo, he estado cerca de morir dos veces, ya no puedo estudiar, ni volver a ver a mis amigos, no me he alimentado bien, me tienen encerrada, no me dejan bañarme, la celda es un asco. Pero no todo ha sido malo – no sé por qué, pero se me escapa una sonrisa – acá conocí a Mateo y la verdad si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo y cambiar el día en que entre a este castillo, no lo haría, porque si lo hiciera, jamás conocería a ese chico que me enamora cada día más – otra sonrisa y luego una mueca – tengo que ir al baño.

Justo cuando estoy por pararme para ir al baño, llega una enfermera y me dice:

-Señorita Emily, ¿Qué va a hacer? – me empuja el hombro hacia la cama - No se puede parar, recuéstese que el doctor me ha mandado a aplicarle un medicamento.

-Pero tengo que ir al baño...

-Oh! No se preocupe, caerá en un largo sueño – me dice, reforzando la palabra largo.

Qué raro, esto se me hace muy extraño, pero hoy no tengo ganas de pelear, así que me relajo y observo como la enfermera aplica un líquido verde a mi suero con una jeringa, nunca había visto un suero de ese color. Siento que algo está mal y no sé qué es, la enfermera está por salir de la habitación cuando veo en su cuello una pequeña marca...la marca de los guardias...ya se de quien es obra todo esto.

Miro hacia el tubo, por dónde está bajando el suero verde, a punto de llegar a mi vena y saco la aguja de mi brazo con fuerza, lo que hace que el suero caiga al piso, regando el líquido verde.

La enfermera se voltea y me dice alarmada:

- ¡¿Qué ha hecho señorita?!

- ¡REINA VICTORIA! ¡DONDE ESTÁ!

-Señorita...cálmese

- ¡SI ME QUIERE VER MUERTA PORQUE NO LO HACE USTED MISMA! ¡HÁGALO! ¡NO LE TENGO MIEDO!

En ese momento, entra la reina Victoria a la habitación.

- ¿Qué está pasando aquí Emily? – me dice con cara de confusión, que hipócrita que es.

-No sea cínica, deje de creerse la víctima, admita que usted mandó a esta "enfermera" – digo en forma sarcástica – a aplicarme un veneno.

-Ten cuidado con lo que estás diciendo jovencita, me estás acusando de algo muy grave.

Miro hacia el lado y no me había dado cuenta de que la habitación se había llenado de gente, es la oportunidad perfecta.

-Dígales, dígales a ellos la verdad, muéstreles su verdadera identidad – digo en voz alta y señalando a la gente, la mayoría doctores y enfermeras.

Comienzan los murmullos: ¿de qué identidad está hablando? ¿Quién es ella? ¿De qué habla?

-No puede ser, ¿no lo saben? ¿No han visto lo que la reina ha hecho todos estos años? – que extraño, todos sus ojos tienen un brillo particular y parece que no ven a ningún lado - ¿Qué les hizo? – le digo a la reina.

-Nada, absolutamente nada...ahora, volviendo a nuestra conversación. Si, fui yo la que te mande envenenar – me acuerdo de la enfermera, miro hacia todos lados y ya no la veo, tampoco veo a las personas que estaban ahí.

- ¿A dónde se fueron? ¿Dónde está la enfermera?

-No sé, debieron haber salido mientras tú hacías ese show.

-Aún no sé qué es lo que esconde, pero lo descubriré, se lo juro.

-Bla bla bla, no puedes parar de hablar Emily, ahora... sí, yo te mande a envenenar – lo sabía – porque sé que eras tú la que estabas en el armario de Mateo, no soy estúpida y además atacaste a uno de mis mejores guardias anoche para salvar a tu padre – no se si sabe que su propio hijo me ayudó a hacer eso, por cierto, acabo de acordarme de papá, espero que esté bien - ¿Y cómo lo supo?

-Nunca te has preguntado para qué es esa marca en tu nuca – se rie maliciosamente – resulta que dentro de esa marca hay un rastreador, con el cuál puedo saber cada uno de tus movimientos.

No puedo creerlo, estoy en shock, como no me di cuenta antes, pero aún hay algo que no me cuadra...

-Ah y si te estas preguntando si también sé que te quedaste encerrada en la habitación de mi hija por un día, la respuesta es sí, si lo sé – me dice con una sonrisa, como si hubiera leído mi mente.

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Dios, esto cada vez se va enredando más jaja ahora se van explicando las marcas que tienen cada uno de los trabajadores en ese castillo, que miedo, la reina es muy malvada, ahora tenemos que esperar a la otra semana para ver que pasa, quiero contarles que yo llevo escrito hasta el capítulo 21 entonces ahora que ya reestructuré bien la historia pues debo seguir escribiendola y alargandola, más o menos quiero que tenga unos 60 capítulos, espero poder lograrlo este año, los quiero a todxs que tengan una feliz semana! Recuerden que la vida es linda :3 y que el camino es el amor, aquí y en cualquier lugar POR SIEMPRE

Vidas de CristalWhere stories live. Discover now