CAPÍTULO 19

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La reina llama al doctor Clark, aún no puedo creer lo que la reina me acabo de decir, siempre estuvo un paso delante de mí y yo ni me daba por enterada, tengo que hablar con Finn ahora mismo, no sería conveniente hablar con Mateo porque supongo que la reina lo debe tener muy vigilado.

- ¿Cómo te encuentras Emily? – me pregunta el doctor.

-Muy bien, doctor Clark.

-Magnífico, pronto la podremos dar de alta.

-Gracias doctor, una pregunta, ¿usted podría hacerme el favor de llamarme a Finn?

-Oh, claro que sí, Emily. Espérame.

El doctor sale y me quedo mirando televisión, la verdad en Askard nunca hay nada bueno en televisión, solo propagandas de diferentes productos de revista y una que otra película, pero lo que más se ve es el noticiero: Notikard. Y es un fastidio porque de lo único que habla es de la reina y su "increíble" mandato, muestra a la ciudad como un lugar hermoso donde nunca roban ni matan ni secuestran, mejor dicho el lugar perfecto pero lo que si no muestran es a los sectores menos favorecidos, donde más de mil niños mueren de hambre diariamente, que no tienen servicio de educación ni de salud (con mi madre siempre íbamos en Navidad a llevarles ropa y regalos a los niños) porque claro, el noticiero lo maneja la reina y ella es la que decide qué noticia se pone y cuál no.

Es irónico porque siempre muestran a la reina como la salvadora del país, ya que ha reinado por más de veinte años y tiene al país en perfectas condiciones, cuando en realidad es en su propio palacio donde tiene esclavos a los cuales maltrata y asesina.

Estoy tan inmersa en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando llega Finn.

-Emily – se acerca a la cama - ¿Cómo estás? He estado muy preocupado por ti, estabas muy mal cuando te encontré.

-A propósito, gracias por eso Finn.

-No hay problema, yo siempre estaré ahí para ti ¿Cómo sigues de tus heridas?

-Ya no me duelen tanto y al menos ya puedo hablar bien. Finn...te mandé llamar porque descubrí algo y necesito que me ayudes.

-Claro dime.

Pienso en decirle, pero me acuerdo de lo que me dijo la reina Victoria de que ella sabía todos mis movimientos.

-Mmm...no, aquí no puedo, puede haber cámaras, te lo contaré en el camino, cuando salga de aquí.

-De acuerdo.

Pasan un par de horas hasta que el doctor Clark me deja salir, no sin antes haberme dado un baño y cambiarme de ropa, llevaba semanas sin hacerlo y con el mismo uniforme sin lavar, me sentía muy pegajosa y con mal olor.

-Bueno, ya estamos lejos, ahora sí, ¿Qué es lo que necesitas que te ayude?

-Finn, la reina me confeso que dentro de mi marca hay un rastreador con el cual puede saber dónde estoy y necesito que me ayudes a sacarlo, porque o si no, no podré hacer nada contra la reina, si me va a estar siguiendo a todo lado.

-Conozco al sujeto perfecto para esto – me dice sonriendo.

Finn me lleva hasta una guarida que se encuentra en una parte del castillo que nunca había visto, este castillo parece una ciudad, la guarida es algo oscura, pero es acogedora, a la entrada dice: HOGAR DE LOS ESCLAVOS. Adentro han unido las pocas camas que tienen, en un lugar, la comida, la ropa, las medicinas y...¿eso son armas?. Las personas que pasan por mi lado me miran muy extraño, algunas me miran mal y otras me miran curiosas, miro hacia abajo. Claro, como no lo pensé, tengo el uniforme de aseadora, para ellos, yo debo ser muy afortunada por poder tener al menos un trabajo. Hay muchos heridos siendo atendidos en el piso, por otros esclavos, gente en la cocina, otras mujeres tejen los pocos harapientos que tienen, pero son muy unidos entre sí.

Vidas de CristalWhere stories live. Discover now