CAPÍTULO 22

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Me despierto de repente llorando y muy asustada, parece como si mi corazón se me fuera a salir del pecho, retumba en mis oídos el sonido de él con mucha fuerza, tuve una pesadilla horrible, soñé que la reina me perseguía montada en un caballo grande y fuerte de color negro azabache, la reina tenía un arco y flechas y no paraba de dispararme mientras yo intentaba esconderme en el bosque, detrás de los árboles, tenía mucho miedo, apenas escuchaba como ella llamaba a sus guardias con unos perros feroces a su disposición y se disponía a perseguirme, en un momento me sentí tan cansada y débil que no pude continuar, caí al piso rendida y justo en ese momento mi última visión fue ver al caballo de la reina relinchando justo encima de mí a punto de matarme, sí, muy traumático y todavía me llego a preguntar ¿por qué será que odio tanto a esa señora?

Al despertar, intento observar el lugar dónde estoy, pero lo único que veo es un reloj digital con luz verde anunciando la hora, son las 3:15 de la madrugada, todo está oscuro, a tientas intento buscar en mi cuerpo rastro alguno de qué me pasó y efectivamente siento un tirón en mi nuca, me toco y siento una cicatriz grande con hilo, sé que me pudieron coser la herida afortunadamente antes de caer inconsciente, de nuevo siento una aguja incrustada en mi mano y conectada a un suero pero esta vez no se siente como la habitación de hospital dónde estuve la primera vez, esta vez se siente diferente, el aire es más pesado, la cama sobre la cuál estoy acostada parece más dura e incómoda. En fin, no voy a poder saberlo así que obligo a mi cuerpo a quedarse dormido y esperar la sorpresa al día siguiente...o bueno, mejor dicho, en un par de horas.

Creí que yo sería la única responsable de interrumpir mi sueño, pero al parecer eso no sería tan así, siento como dos dedos intentan abrir con fuerza mis dos párpados que están cerrados con pesadez y veo unas luces blancas alumbrando a lado y lado de cada ojo, no alcanzo a ver quien es el o la dueño o dueña de esos dedos, pero parece que no quiere respetar el sueño profundo de una dama. Al final el tortuoso despertar mañanero termina y puedo empezara intentar abrir mis ojos pro mí misma, no recordaba que fuera tan difícil, esta madrugada no lo fue porque literalmente todo era oscuridad, pero ahora el caso es diferente, cuando por fin mis ojos pueden abrirse lo primero que veo es una pequeña niña con dos trenzas a lado y lado de sus orejas, tiene el cabello mono y rizado, es muy bonita pero me sorprende al poder analizar finalmente que está recostada en una cama y conectada a una maquina como yo, mis ojos por fin logran acoplarse a la luz y observo a todo lado, resulta que el reloj que vi en la madrugada ahora era un viejo reloj sucio que se encontraba en la mesa de noche al lado de la linda niña pequeña.

Ahora, miro hacia todo lado y me encuentro con que estoy en una especie de parqueadero abandonado gigante donde han ubicado unas literas que hacen de camas, con sabanas sucias, el piso es de tierra, hay muchas personas, prácticamente la separación entre una litera y otra era un pequeño espacio para colgar unos palos de madera engarzados con unos ganchos de ropa de metal que hacen de sostener las bolsas de sueros que le aplican a los pacientes, cientos y cientos de personas enfermas es lo que veo alrededor mío, pero no logro ver aún a quienes les debemos la vida y al responsabilidad de estar en este lugar. La pequeña de rizos dorados no ha parado de verme desde que desperté y al parecer fue muye vidente ya que cuando menos me doy cuenta, hay más de diez pacientes mirándome con una expresión en sus ojos que no sería capaz de descifrar, no se si es curiosidad o admiración, incluso miedo, sus miradas reflejan tantos sentimientos que me siento agobiada, intento sentarme, pero el dolor en mi nuca es insoportable acostada y el triple de insoportable si intento sentarme.

Al ver mi mueca de dolor, la pequeña parece como si moviera su mano con mucha rapidez pero no logro identificar qué es lo que está haciendo, ya que siento un frío que me recorre la espalda supremamente grande, me intento tocar y veo en mis dedos sangre, claramente me asusto mucho y empiezo a hiperventilar, estoy en todo esto cuando de repente llega la persona que quizás más quería ver en el mundo, Finn llega corriendo y con una sonrisa gigante me abraza con fuerza, no puedo evitar que las lágrimas caigan de mi rostro sin poder controlarlas, no sé si son por el dolor o por la emoción de verlo, pero de cualquier forma sé que jamás olvidaré ese momento en mi vida, después de un par de segundos, cuando inevitablemente debe alejarse de mí para poder respirar, todo se convierte en una confusión inexplicable, Finn se mira las manos, yo lo imito y al verlas tan rojas, él empieza a gritar algo que no logro escuchar, no había caído en cuenta hasta ese momento de que no estaba escuchando nada desde que llegó, un silencio eterno con un pitido como esos que hacen cuando a uno se le quema una neurona, de ese sonidito escuchaba yo muy leve, Finn grita y grita, me mira, se acerca a mí pero yo no puedo oírlo, me mira desesperado y no entiende por qué mi cara y mi mirada están tan perdidas, tampoco yo lo hago, sólo me siento como en un sueño, no controlo nada de lo que hago.

Veo con suerte que llega Whipperns con dos muchachos vestidos como él de militares y con mucha rapidez me agarran por la espalda, no sé que están haciendo pero alcanzo a intentar adivinar que están intentando parar la hemorragia que se derivó al abrirse un poco la herida, sólo siento movimientos vagos en mi espalda, al final Finn se acerca a ayudarlos y estoy siendo tocada por cuatro hombres en partes a las que nunca había llegado nadie excepto de mí, mis senos terminan al descubierto porque la manta con la que estaba cubierta se cayó mientras intentaban hacer un torniquete en mi nuca con una venda, así sucesivamente veo que Finn es el que se encarga de pasar la venda por mi pecho, lo cual agradezco infinitamente porque de todos ellos es con el que tengo más confianza, me pasa la venda alrededor de la nuca, el cuello, el pecho la espalda y mis senos unas cinco o seis veces, cuando ya empiezo a escuchar un poco más los murmullos que dicen, los cuatro se hacen al frente de mí, el militar Whipperns a mi lado derecho, Finn se sienta en la cama al lado izquierdo y los otros dos muchachos de los cuales nos e el nombre se hacen a lado y lado de mi cama, Finn me acaricia el rostro y alcanzo a leer en mis labios que me dice: ¿Me escuchas? En un movimiento rápido de cabeza le indico que no, mira a Whipperns afirmando negativamente e inmediatamente veo que Whipperns coge una aguja, la llena de un líquido transparente que está en la mesa al lado de mi litera y la inyecta en el suero que tengo poniéndolo a presión, yo sigo recostada.

Lo que pasa a continuación no se muy bien como describirlo, básicamente es como si llevara mucho tiempo ahogándome y de repente alguien me sacara a la superficie, de la nada un ruido estrepitoso llego a mis orejas y pude oírlo todo, en unos niveles extremos.

-Em, em, emi, ¿me escuchas? – escucho que me dice Finn.

-Sí, bono, pero no me grites – me descubro gritándole.

Se ríe estrepitosamente y esta vez se lanza a abrazarme con mucho más cuidado, me dice al oído: No te imaginas el miedo tan grande que tuve de perderte Em, gracias a Dios que despertaste, no habría podido vivir con la culpa si algo te llegara a pasar.

- ¿Qué pasó después de la explosión? No recuero nada, es como si sólo hubiera pasado un día – le digo.

-Ojalá haya sido así como lo piensas, pero no Emi, llevas casi un mes en coma y acabas de despertar, después de la explosión alcanzamos a traerte aquí y coser tu herida pero ya era muy tarde, tu mente y consciencia se habían ido, desde ese momento has estado aquí, en el pabellón de los esclavos enfermos de la resistencia, no habías abierto tus ojos nunca y ahora creo que al despertarte con tanta fuerza, al intentar sentarte tu herida se descosió y empezaste a perder mucha sangre, afortunadamente la pequeña que está allá nos llamó – señala a la pequeña rizada - y pudimos detener la hemorragia, después un miligramo de adrenalina fue lo que te devolvió al mundo... - Finn sigue hablando, sigue contándome lo que ha pasado durante todo este tiempo pero yo ya no pienso en nada, mi mente y mi cuerpo sólo pueden pensar en esa primera palabra que mencionó: coma, coma, como, estuve en coma por un mes, no puedo creerlo, estoy en shock, por dios, no puede ser.

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Buenas tardes! Este es al fin el primer capítulo que escribo en 5 años, desde el 2017 noe scribía algo adicional y estoy muy contenta porque la inspiración volvió a mí al fin, garcais por isnpirarme mis amados lectores, de verdad que se emrecen el cielo, de corazón sin ustedes esto no sería posible, quiero que lo entiendan hoy y siempre, ustedes le dan vida a mi arte ya  lo que hago ye staré inmensamente agradecida por eso siempre, que tengan feliz semana y nos vemos la siguiente con más capítulos, vale? :3

Vidas de CristalWhere stories live. Discover now