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La mirada de furia es presente en sus ojos, puedo ver el fuego en sus ojos con Algo de lechuga cerca de sus ojos azules penetrantes, ahora oscuros, mi mirada asustadiza se hace presente cuando toma su cuchillo

—No, no, no, lo siento – digo suplicando

Me toma del tobillo haciendo que quede acostada en la suelo con las manos arriba mientras que el se pone sobre mi

—Lo siento, lo siento, lo siento – digo cerrando los ojos

Besa mi cuello succionando un poco y aún sobre mis piernas resfriega su parte contra la mía y suelto un jadeo cuando lo sigue haciendo—Por favor...

Gruñe en mi cuello y abre con sus dedos mi camisa dejando ver mi sostén y mi abdomen completo

Se aleja y se gira un poco para tomar el cuchillo y pasarlo entre sus dedos, jadeo cuando siento el frío del cuchillo en mi abdomen cerca de la cicatriz que el hizo el día que lo ví enterrando el cadáver

—Tienes dos opciones – dice mirando su cuchillo paseándose por mi abdomen —Dejame derramar sangre de tu precioso cuerpo – dice y sube sus ojos azules hasta los míos —O... Déjame tocar... Cierta parte – dice tocando el borde de mis pantalones

—Ni lo pienses – digo levantando un poco mi cuerpo pero las cadenas no me lo permiten de más

La sonrisa de su rostro no se borra por nada, sale de encima para separar mis piernas y ponerse entre ellas, asustada por su acción grito mi respuesta —¡La primera, la primera!

El hace un puchero pero después, aún entre mis piernas, sube su cuchillo hasta uno de mis senos cubiertos por el sostén, pone su cuchillo por debajo del sostén y presiona

Suelto un gemido de dolor cuando siento un ardor por debajo de mi seno derecho y jadeo cuando siento como la sangre comienza a salir, sonríe y presiona su dedo en la herida con la intensión de hacerme gritar —¡Pudrete!

—¡Que boca! – dice sonriendo y saca, con sus pulgares, mis lágrimas —Me pregunto si puedes hacer mejores cosas con ella...

Mis ojos se abren ante su comentario y comienzo a llorar más, como una bebé mientras que oigo su sonrisa, acerca su boca a mi estómago y lo besa antes de levantarse y alejarse

—Mañana te quedará una molestia y en una semana abra una hermosa cicatriz – sonríe desde lejos mientras que limpia su cuchillo con una tela blanca

Gruñó y se acerca a mi para sacar las cadenas y cuando mis brazos están libres abrochó mi camisa rápidamente, el sonríe y pego un grito cuando me toma en brazos para llevarme a la cama

—¡No quiero tener sexo contigo! – le gritó tratando de salir de sus brazos

Caigo en la cama, con la cabeza en la almohada y cuando menos lo espero tengo las manos atadas a la cama —No, no podré decir así

El suspira mirándome y saca las cadenas de mis manos, me siento en la cama un poco alejada de él con la espalda en la pared y las piernas en mi pecho. El se sienta a mi lado y me mira a traves de sus cabellos

—Quiero que sepas cómo serán las cosas con nosotros – dice suspirando y me mira con sus penetrantes ojos —Cuando tu obedezcas, sea buena y hagas lo que digo, te ganarás cosas

—¿Que cosas? – pregunto mirándolo sería

—Lo que quieras, menos la libertad – dice cuando abro la boca —Puedes tener hasta una mejor cama si quieres, pero te adaptas a mis reglas. Pero cuando no obedezcas..

—¿Me sacarás los órganos? – pregunto mirándolo asustada y el suelta una risita

—No –Risa– te daré opciones como lo hice hace rato

Lo miro asistiendo y el se acerca más para tomar mi mano entre la suya y acariciarla mandando sensaciones a mi cuerpo, su mano está fría

—No te voy a tocar – aclara mirando mi mano —No lo haré hasta que tú te entregues por completo a mi

Por primera vez, desde que lo conozco, siento que el de verdad quiere que "Lo ame" como el dice, en los libro que leí los secuestradores siempre quieren tener sexo con sus secuestradas pero el no es así

—¿Porque? – pregunto confundida

—No soy así cariño – menciona y me mira —Me Tengo que ir... – murmura

Bajo la mirada cuando lo siento acercarse a mi rostro, aguanto la respiración cuando siento su respiración en mis labios y sus manos apoyadas a los costados de mis piernas

—Besame – ordena

Niego con la cabeza

—Por favor – susurra y lo miro

Sus ojos se conectan con los míos y siento su cuerpo acercarse más al mío, mi error fue bajar la mirada hasta sus labios porque eso le basto para mirar los míos

Mi boca se abre nerviosa mientras que miro sus labios —Yo.. yo.. no se..

Su sonrisa se abre paso en su rostro y su mano acuna mi mejilla para mirarme a los ojos, ambos nos miramos y por unos momentos se me olvida todo

Se me olvida que estoy secuestrada y que el es un asesino, su rostro se acerca al mío, tanto que siento el calor de su cuerpo en el míos

—Voy a Besarte... – murmura y asiento con la cabeza embobada –Pero no hoy

Se aleja y lo miro confundida, se levanta de la cama y pasa una mano por su cabello negro, revolviendolo hasta que suspira y toma su cuchillo dispuesto a irse

—¿Porque no quieres besarme? – pregunto aún embobada —Y-yo

El gruñe y se acerca a paso rápido a mi para subirse en la cama y meterte entre mis piernas aún estando sentada, su rostro queda algo alto al mío y mis manos en su camisa mientras que las suyas en mi cintura

—Porque se que si te beso ahora... —Traga saliva –Si te beso se que no me controlare y querré... – suspira cuando mis manos tocan su abdomen—Querré bajar tus pantalones poco a poco hasta que quedes desnuda... 

Trago saliva y por alguna razón siento como mi cuerpo se llena de fuego, un ruido afuera de la habitación llama su atención y eso le basta para besar mi mejilla—Descansa

Se aleja y abre la puerta para salir por ella, se oye la otra puerta cerrarse y cuando la oígo suelto el aire de mi cuerpo

Eternamente Mía (Frey Stein) Where stories live. Discover now