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T/n Jones

El camino a casa después de la escuela es aburrido como siempre solamente que está vez es mi madre la que maneja y no mi hermano

—¿Porque no vino el? – pregunto mirando por la ventana.

—Tenía cosas que hacer – responde y pone su mano en mi hombro—Tenemos toda la tarde para nosotras

Rodeo los ojos con una sonrisa y cuando llegamos a casa dejo la mochila en el auto para luego entrar a casa

—Pon una película mientras que yo hago un poco de comida – dice sonriendo y le hago caso

Cuando me siento en el sofá siento la molestia de mis muslos, todo el día estuve tratando de no rozar los muslos para bajar el dolor que me dejó

Me e sentido media extraña este día, cuando desperté y no lo ví a mi lado me sentí un poco mal pero luego de sentir su mirada por la ventana mientras que me vestía

Me hizo sentir poderosa y solo de recordarlo sobre mi, sus manos sobre mi cuerpo y su boca en mi cuerpo, la manera en la que entraba y salía de mi, sus ojos mirándome con brillo y su boca soltando gruñidos y cosas sucias

Sonrió inconscientemente y aprieto las piernas al sentir como mis bragas se humedecen pero me arrepiento al sentir el dolor de las cortadas qué hizo

—Maldito masoquista – murmuró poniendo la televisión

Mamá trae algo para comer y pasa una mano por mi hombro, abrazándome mientras que miramos la película, mi cuerpo se relaja al sentir su presencia y luego se esfuma al cabo de la hora

—Si, bien, en 20 minutos estoy allí – habla por teléfono y se pone de pie —Lo siento cariño

Dice y se larga en el auto dejándome sola, seguramente tiene que hacer doble turno y no la veré hasta mañana por lo cual lo único que me queda es mirar televisión

Apagó la televisión y subo a mi habitación, cierro la puerta y veo el auto de Frey en frente de su casa y de la mía, sonrió y me acuesto en la cama

En medio del silencio oigo pasos abajo, me levanto de golpe para esconderme debajo de la cama pero mi cabeza grita que debe ser mi hermano o mi madre que se abra olvidado algo

Los pasos suben por las escaleras mientras que silba lentamente, apretó los labios imaginando las escenas dónde puedo llegar a morir en estos momentos

No debí ver la leyenda del silbon

Aguanto un poco la respiración cuando la puerta de mi habitación es abierta lentamente, veo unos zapatos negros caminar por mi habitación

Veo la posibilidad de que sea un ladrón pero su caminar hace que esa idea se esfume, arrastra un pie mientras que camina de manera torpe y lenta

No deja de silbar nunca y mucho menos cuando se sienta en la cama, mi corazón late a mil y mis piernas tiemblan mientras que aprieto las manos

Busco lentamente mi móvil en los bolsillos de mi uniforme y al tomarlo lo primero que hago es bajar el volumen, mando un mensaje a mamá pero no le llega

Maldigo mentalmente y suelto un grito cuando entra una llamada de mi amiga, el sonido de las notificaciones esta al mango haciendo que una mano tome mi cabello rápidamente

Me saca debajo de la cama y se pone sobre mi aún en el suelo, no me atrevo a mirarlo, lo único que espero es el tacto de su cuchillo enterrandose en mi abdomen pero nunca pasa

Oigo una risita y abro los ojos al sentir besos en mi cuello —Un día me vas a matar de un infarto – murmuró poniendo mis manos en sus brazos mientras que separa mis piernas

Cierro los ojos abriendo la boca cuando muerde mi cuello dejando marca, tocó su hombro y suelta un gruñido de dolor—¿Que te paso?– digo mirando a Frey a los ojos

Tenía una herida en el hombro y su pierna está vendada al igual que su hombro, lo miro preocupada y el sonríe —Un problema con un chico que te miraba desde la ventana

—Sabes que no tienes que meterte en problemas y mucho menos cuando apenas empezabas a estar bien después de que te dispare – hablo mirandolo

—Como olvidarlo, tu mirada asustada solo hace que me excite más – dice apretando mi cintura con su mano buena

Sonrió un poco y me besa, su boca se mueve sobre la mía con agresión y deseo, besa mi cuello nuevamente y levanta mis piernas para tocar mis bragas

—Frey... No es nada romántico hacerlo en el suelo – digo sonriendo un poco

—¿Desde cuándo soy romántico? – pregunta en mi cuello y gruño cuando abre mi camisa

Mira mi sostén y baja las copas de sostén para meter mi pezón a su boca haciendo que me arquee gimiendo, marca mis senos como suyos

Los secciona y los deja con marcas, mis gemidos no son callados y mis piernas se cierran en torno a su cadera, gruño cuando las saca y se pone de rodillas

Baja mis bragas y miro para otro lado avergonzada, el sonríe y besa mis muslos heridos por sus cortadas de anoche—Duele...

—Ese es el objetivo – dice riendo y mordiendo mi piel

—No es gracioso, duele al caminar – digo cerrando los ojos al sentir su aliento contra mi sexo

—No me importa si duele, importan que se vean – murmura poniendo mis piernas en sus hombros —Para que vean que tienes dueño

—Tienes una forma muy rara de marcarme y no me gusta – digo poniendo mis manos en su cabello jadeando

—¿No te gusta ser mía? –Dice pasando la lengua por mi canal sacándome un gemido alto

—No me gusta que me veas como un objeto – digo y el aprieta mis piernas

—No te veo como un objeto, te veo por lo que eres, eres mi mujer, eres mía por lo mucho que lo nieges y cuando menos te des cuenta te encantará ser marcada por mi cuchillo –dice haciendo que gima ante su manera extraña de decirme suya

—Todo menos mis senos, no tengo muchos tributos que mostrar – digo y me calla devorandome como si fuera un dulce

—Para mi que respires es un buen tributo

Eternamente Mía (Frey Stein) Where stories live. Discover now