9. La Oca Loca

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⸺ Niña, ya te dije que necesito que venga alguno de tus papás o algún tutor porque estás muy chiquita como para querer levantar un acta de investigación.

⸺ Pero también ya le dije que mis papás trabajan siempre, y nunca tienen tiempo para prestar atención a estas cosas, además, ¿no es suficiente con las pruebas que tenga? Tengo fotos, tengo videos, tengo testigos, y de verdad me estoy asustando mucho porque no me deja en paz… ni siquiera lo conozco, se lo juro…

⸺ Sabes que con jurar no vas a llegar a ningún lado⸺ dice la señora con hartazgo y le dedica una larga e indiferente mirada⸺. No puedo hacer nada por ti, no se puede proceder porque no hay adultos que respondan por ti, y nada más me vas a obligar a llamar a las instituciones que se encargan de atender situaciones familiares…

⸺ ¡No! No, yo lo resuelvo…⸺ se muerde las uñas con aprensión y ansiedad, hay mucha angustia en toda la existencia de la pobre de Ana⸺. Muchas gracias por su tiempo.

La señora no dice nada más, y se limita a mirar cómo la niña da la vuelta y se dirige a la salida, no sin antes detenerse por completo en el marco de la puerta para cerrar los ojos, respirar profundo y tomar fuerzas para salir a la calle y regresar a la escuela, donde el chofer va a pasar por ella a las dos en punto.

Ana agradece tener un teléfono celular con internet ilimitado, pues así puede grabar sus trayectos en vivo, y así en sus redes sociales sus pruebas se van a quedar, gracias a la magia del internet del siglo XXI. No sabe cómo sentirse al respecto, pues hay algunos amigos que ya conocen la situación que Ana tiene que afrontar y eso provoca que la niña siente una especie de vergüenza, que no puede dejar atrás, que no se puede sacudir. De hecho, ha habido un par de padres que se han acercado a la niña para ofrecerle ayuda, pero Ana siempre tiene la misma respuesta para todo, y esa es: yo lo resuelvo.

Y no es que crea que puede con absolutamente todo, es que no quiere interrumpir las vidas de otras personas, no quiere causar problemas, no quiere consumir lo más valioso que existe y que es el tiempo. Lo entiende a la perfección porque es lo que sus padres le han enseñado, así que ella se dedica a resolver su vida mientras sus padres se dedican a resolver cada uno la suya, absorbidos por completo por el trabajo, por escalar puestos, por obtener un estatus de mayor respeto, con mayor poder. Además, no es como que les pueda llamar por teléfono para llorarles que regresen del otro lado del mundo porque ella no es capaz de lidiar con este problema.

Hace aproximadamente un mes que un chico ha estado atormentando la vida de Ana a la distancia, justo cuando sus padres salieron a la gira de negocios por tres meses. Al principio salía y se lo encontraba casualmente en alguna plaza o cerca de la escuela, pensando que podría ser coincidencia y que frecuentan los mismos lugares, pero ahora la situación ha escalado a tal punto que el tipo se queda horas enteras justo afuera de su casa, mirando directamente a la ventana de la niña, ocasionando que Ana sienta la imperiosa necesidad de esconderse en el centro del planeta para perderse de la vista de este acosador insistente e incansable.

Las personas que trabajan en su casa, y que prácticamente cuidan de ella, no han dicho prácticamente nada de la situación, por lo menos no directamente a ella, pero ha escuchado que es algo raro, sin embargo, no es algo fuera de lo común teniendo en cuenta todo el dinero que sus padres poseen, además ha escuchado que si algo llega a pasar lo tienen merecido por todo lo que han hecho. Cosas de las que Ana ni siquiera tiene idea. A pesar de esto, la señora a la que ve como su abuela, doña Margarita, sí la quiere mucho, como si de verdad fuera parte de su familia, y ella le ha hecho mucho hincapié a Ana en que debe prestar atención a eso y hablar con sus padres para que puedan acudir a las instancias adecuadas, pero Ana sabe de antemano que es una batalla completamente perdida, pues sus padres le dirán que con el tiempo ‘su admirador’ se aburrirá y se irá hasta dejarla en paz. Y no cree que vuelvan a Monterrey nada más por esto.

Juegos en el ombligo de la lunaWhere stories live. Discover now