10. La rueda de San Miguel

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El ruido provoca que los pensamientos de Mario estén todos por ningún lado, y es que no puede evitarlo, pues es temporada alta y todos en la familia van de un lado a otro para vender sus artesanías a los turistas que recorren la Ciudad de México. Se instalan en lugares estratégicos para que más gente note su trabajo y a veces les va muy bien. Sin embargo, a Mario le incomoda el hecho de tener que estar de buen humor y sonriendo todo el día a personas que ni siquiera se esfuerzan en intentar hablar aunque sea lo más indispensable de español, sino que es él quien tiene que hacer el intento por hablar inglés para que las ventas no caigan en picada.

⸺ Este es uno de los lugares más visitados gracias a su colorido y su popularidad…⸺ escucha a una guía a lo lejos, hablándole a un grupo que al parecer sí entiende el español. Hace una semana comenzaron a arreglar todos los desperfectos y hablaron con todos los comerciantes para recordarles que la temporada alta estaba por comenzar y que debían tratar muy bien a todos los turistas que pisaran todos y cada uno de los lugares.

Se sintió como si estuvieran montando una obra de teatro. Mario comenzó a sentirse como si fuera parte de una exhibición, como si estuviera en un aparador detrás de un vidrio reluciente, observando cómo la gente va y viene, y hay veces en las que le toman fotos a él y a su familia, con sus sonrisas deslumbradas, como si fueran algún ser exótico, digno de condescendencia, como si pudiera convertirse en una de sus innumerables pertenencias.

⸺ Te hablan, Mario⸺ la voz cargada de advertencia de su mamá lo saca de su lejana atención. El niño sube la mirada para encontrarse con tres personas más allá de sus treintas, todos rubios y blancos como el talco, todos sonriendo como si su vida dependiera de ello, analizando cada una de sus facciones y en espera de ser complacidos con el intento de inglés del pequeño. Él los atiende, a pesar de la incomodidad que siente al saberse examinado como si fuera un experimento. Y con una sonrisa falsa cierra la gran venta que provoca que por el día puedan ir a descansar.

⸺ Hijo, tienes que aprender a tratar con los turistas, no son malos, además, si tú los tratas bien, no van a tener motivos para tratarte mal⸺ le dice su padre ya en casa, mientras están cenando.

⸺ Pero nos ven como si fuéramos perritos, como si pudiéramos ser acariciados, como si fuéramos juguetes…

⸺ Sé que es difícil, sobre todo en esta temporada que la ciudad está retacada, pero hay que regresarles la copa. Si ellos nos ven como objetos, entonces hay que hacer lo mismo con ellos⸺ la voz de su mamá es siempre igual, es cruda, es casi violenta y precipitada.

⸺ Pero entonces, ¿dónde queda el hecho de que somos personas si a todos se nos olvida?⸺ la duda es verdadera en todo el semblante de Mario, y sus papás suspiran, intentando encontrar las palabras adecuadas.

⸺ En la vida hay cosas que tenemos que hacer aunque no estemos de acuerdo con ellas, nos tenemos que adaptar a las situaciones para sacar lo mejor de ellas. En este caso, solo tenemos que hallarles el modo a los turistas y venderles la mayor cantidad de cosas a los mejores precios, porque si no lo hacemos no comemos, Mario⸺ dice su padre con paciencia, siendo secundado por su madre⸺. A nosotros tampoco nos gusta que a veces nos tratan como si fuéramos un espectáculo, pero lo que hemos aprendido es que si eres alegre y sonríes con amabilidad, vendes más. Esa es nuestra meta: vender más.

El niño le da vueltas y más vueltas a las palabras de sus padres, preguntándose si eso vale la pena, preguntándose si eso no es peor porque está siendo un mentiroso, preguntándose si los turistas se dan cuenta y aun así lo ignoran.

⸺ Apúrate, Mario, tenemos que dejar esto antes de cualquier cosa⸺ le grita su mamá cuando van llegando a Chapultepec para dejar una caja de artesanías de todos los tamaños y tarjetas de contacto a la mejor amiga de la señora Celia, la señora Vero, quien los fines de semana recibe la caja con las cosas para ofrecerlas en su puesto, y ella les da unas pulseras para que se las vendan en la semana. Así se apoyan y así ha sido desde que Mario tiene memoria.

Juegos en el ombligo de la lunaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora