6.- Cumpleaños.

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Para Hoseok, su cumpleaños era un día súper especial. Pues con cada año que pasaba, el crecía cada vez más, poco a poco convirtiéndose en un adulto. Moría por que llegara el momento en que las velas de su pastel tuviera el número 18. Deseaba crecer incluso más grande que Yerim noona, soñaba con ser un hombre alto y fuerte y quien sabe, quizá y hasta un poco apuesto.

Bueno, ¿a quién engañaba? Él quería ser muy apuesto.

Lo suficientemente apuesto como para que su pequeño Jungkookie quisiera tomar su mano incluso ya siendo adultos.

Con una sonrisa enorme soplo las velas de su colorido pastel, y cerrando sus ojos lo deseo con fuerza. Porque no deseaba nada más, en ese momento, ya era un niño feliz.

— ¡Feliz cumpleaños, Hoseokie! — escucha a sus amigos gritar, y sin querer sus mejillas se colorean de rojo.

Su mirada busca entre la multitud de niños a un par de ojos grandes marrones, su ceño frunciéndose al no encontrarlo por ningún lado.

—Nonna, ¿Dónde está Jungkookie? — pregunta a la mujer, quien concentrada reparte con cuidado las rebanadas de pastel.

—Estaba aquí hace un momento. — responde, de igual manera buscando alrededor.

Hoseok deja su lugar en la mesa, saliendo con prisa del comedor. Sube corriendo las escaleras directo a los dormitorios. Abre la puerta de su habitación compartida, sin embargo, estaba se encontraba completamente vacía.

Y él sabe que es ridículo creer que menor se haya escondido debajo de la cama o incluso en el armario, pero aun así revisa, no teniendo éxito en ninguno de los lugares mencionados.

Con la preocupación atravesándole el pecho decide correr y avisar a Yerim. No obstante, sus pasos se detienen justo antes de cruzar la entrada al comedor. Una idea llega de pronto a sus memorias.

Había un lugar.

El lugar de favorito de ambos.

Con cuidado de no ser visto por sus mayores, sale de la enorme casa.

Esta oscuro, y el frio choca contra su piel calando incluso sus huesos, sus dientes comienzan a tiritar y se abraza a si mismo intentando entrar en calor. Sus ojos se entrecierran, logrando ver un pequeño bulto en la oscuridad, sentado sobre el columpio que se sostiene de su árbol favorito. Hoseok sonríe, porque en tan poco tiempo, ya conocía bastante bien al pequeño.

Camina hacia él, ya importándole poco el frio.

— ¿Qué haces afuera? — Pregunta, tan de repente que logra un pequeño salto, el mayor ríe bajito — Noona se molestara si sabe que estamos aquí.

Escucha un pequeño suspiro proveniente del castañito. Jungkook mantiene la mirada plantada en el suelo, parecía cabizbajo y triste.

—Es que... — su voz era bajita y penosa —Es tu cumpleaños, Hyung. Y todos te dieron regalos bonitos y... yo no...

El puchero que se forma en sus labios hace a Hoseok sentir su corazón blandito. Instintivamente sus brazos rodearon el cuerpecito del menor desde atrás. Logro sentir como Jungkook se sorprende, relajándose al instante. Y cuando Kookie siente ese pequeño y casto beso siendo dejado en la piel fría de su mejilla, todo dentro de él se vuelve un remolino de sentimientos extraños.

No obstante, sus mejillas se sonrojan y con sus dos manos, intenta ocultarlas. Escucha una risita burlona proveniente de su Hyung.

—No necesito ningún regalo, Jungkookie. — Le dice — Cuando seamos adultos podemos regalarnos muchos regalos.

—Te quiero, hyung.

—Te quiero, Kookie.

I Love You, Kookie - HopekookWhere stories live. Discover now