8.- Rayito de sol.

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Era mitad de verano cuando Jungkook se dio cuenta de algo.

Viendo a su hyung correr por el patio de juegos, todo hecho un mar de sonrisas bajo los rayos del sol de aquel caluroso día, descubrió que jamás, quería separarse de él.

Había pasado un año desde que llego a esa enorme casa de habitaciones infinitas en donde solo era tratando con cariño por parte de sus noonas. No obstante, ahora a sus 9 años, sabía que ese lugar (al cual ahora llamaba hogar) era un orfanato donde acogían a niños sin padres y los ayudaban a conseguir unos nuevos. La tristeza lo había inundado cuando Yerim se lo dijo, porque él no quería papás nuevo, el ya tenía una mamá, no estaba seguro en donde estaba, pero la tenía.

Sin embargo, cuando las lágrimas se hacían presentes en sus ojos, era Hoseok quien siempre estaba ahí para consolarlo. El acariciaba sus cabellos y le hacia compañía hasta que su corazoncito dejara de dolor.

Eran como un par de hermanos, había escuchado a Yerim y varios de sus amigos decir.

Solo que, Jungkook no quería que Hoseok fuera su hermano.

Y por alguna extraña razón, cada que lo mencionaban, algo en su interior se retorcía haciéndolo enfadar.

Es muy joven aun para saber la clase de sentimientos que había desarrollado por su hyung. La cuestión estaba ahí, preguntar al mayor no era una opción. Se siente morir de la vergüenza de tan solo imaginar la cara que pondría si se llegaba a enterar.

Con todo esto dentro de su cabecita, decide que es mejor esperar a que ambos fueran mayores. Despues de todo, ambos prometieron estar juntos hasta ser adultos.

Asi que, con una sonrisa enorme que dejaba ver sus blancos dientes y hacia aparecer esas arruguitas en las esquinas de sus grandes ojos, ve como Hoseok corre hacia él. Y de igual forma sonríe, y Jungkook cree que es incluso más brillante que los rayos del sol.

¿Por qué su corazón latía tan fuerte? ¿Estaba enfermo y no lo sabía? Oh no, odiaba la medicina que Yerim noona le hacia tomar. El envase siempre decía que su sabor era a cereza pero definitivamente el líquido rosa no sabía para nada a cereza.

-Jungkook, - Hoseok lo llama una llega a él - ¿Dónde estabas? Te estamos esperando.

-En la oficina de la directora Joohyun.

El mayor frunce el ceño curioso.

- ¿Qué hacías ahí? ¿Hiciste algo malo?- Kook niega ambas preguntas con un movimiento de cabeza.

-No, hyung. Solo me hicieron preguntas. - se encoge de hombros restándole importancia.

Hoseok asiente, no convencido de que solo hayan sido unas simples preguntas. Pues, después de todo, entrar a la oficina de la directora solo significaba una cosa. Y sabe que debe sentirse feliz, pero hay algo que no lo deja.

El malestar de culpa le llega pronto, pero logra ignorarlo con facilidad. Intentando hacerse creer que lo que se estaba imaginando no podía ser cierto del todo.

No habían tenido visitas desde hace tiempo.

¿O sí?

Niega tomando la mano de Jungkook y halando de él, corre de regreso al patio de juegos. Escucha la risita de Jungkookie colándose dulcemente por sus oídos. Voltea hacia él, encontrando ese par de mejillas regordetas rojas alzándose junto con las comisuras de sus pequeños labios.

Tomo la opción de no pensar más, y solo disfrutar de los días junto a su Kookie.







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No sé por qué este capítulo no termina de gustarme del todo, lo revise como 10 veces y no encontré que más meterle o quitarle, así que perdonen si es un asco :(

I Love You, Kookie - HopekookWhere stories live. Discover now