7.- Ultimo recuerdo.

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Jungkook sabía que estaba mal espiar a las personas, varias veces fue reprendido por su madre por tal acción. Pero él era un niño curioso, y cuando el fuerte sonido del trueno resonó contra el vidrio de su ventana, asustado se despertó.

Esperando encontrar a su madre recostada junto a él, dio la vuelta en la cama, para darse cuenta que estaba completamente solo en la habitación. Con miedo recorriendo su cuerpecito, bajo de la cama. El frio se coló por las plantas de sus pies, y comenzó a tiritar cunado salió de la habitación.

Mamá solía siempre mantener todas las luces apagadas. Decía que aquello ayudaba a ahorrar energía y que no debía tener miedo a la oscuridad, que "Tito" (su viejo oso de felpa que le fue regalado por ella misma hace cuatro cumpleaños) siempre lo protegería. Así que con fuerza se abraza a él mientras recorre el corto pasillo que lleva al pequeño comedor de su aún más pequeña casa.

Sus pasos se detienen a medio camino, el sonido de ligeros sollozos llamando su atención. Despacio y con cuidado de no hacer ningún tipo de ruido (pues no quería ser regañado por estar fuera de la cama tan tarde) se acerca, asomando su indagadora cabecita por entre la pared que separaba ambas piezas.

Y ahí, con una taza de lo parecía ser café frente a ella, su madre, en su habitual lugar que siempre utilizaba para desayunar, se encontraba con ambos brazos apoyados sobre la madera de la mesa, y entre el hueco que estos dejaban, ocultaba su rostro. Los sollozos provenían de ella, Jungkook podía notar su cuerpo temblar por los espasmos que estos provocaban.

No era la primera vez que encontraba a su madre llorando. Noches atrás la había escuchado en la habitación, y más noches atrás, encerrada en el baño.

Y kookie no entendía, no lograba comprender por qué su madre siempre estaba triste durante la noche pero durante el día sonreía y jugaba con él.

La luz azul y el fuerte ruido de un trueno lo hizo saltar en su lugar, Tito cayo de sus brazos golpeando el suelo en un rumor sordo, y el sonido que hicieron sus pies, llamo la atención de la mujer, quien, con ojos rojos he hinchados lo miro con sorpresa dibujándose en su rostro.

—Jungkook, ¿Qué haces fuera de la cama? — pregunta, y en su voz se puede escuchar el llanto aun presente. Sin embargo, su voz no suena fuerte, y Kookie se siente aliviado por ello.

—No estabas. — Responde, levantando su oso afelpado del piso — Y me asuste por los truenos.

Mamá asiente en silencio, y una diminuta sonrisa que no alcanza siquiera para hacer brillar sus ojos, se dibuja en sus labios secos. Ella se pone de pie, acercándose a él y tomando una de sus manitas con total cuidado. Lo encamina de nuevo a la habitación, y aun entre la tenue oscuridad, Jungkook ve como una delgada lagrima cae por la mejilla pálida de su madre.

Las gotas de lluvia golpean con fuerza aun su ventana. El castañito vuelve a meterse entre las mantas, a su lado, mamá se recuesta. Con cariño le acaricia el cabello, y le sonríe, pero no es genuino. Hay tristeza desbordándose por las comisuras de sus labios y las esquinas de sus ojos. No hay brillo en sus pupilas, y las bolsas debajo de sus fanales son grandes y profundos. Su piel es seca, al igual que sus belfos, y cuando besa su frente, puede sentir estos tan fríos como el vienta de la noche.

Mamá no parece mamá; pero lo es.

Así que se abraza a ella, escondiendo su rostro en su pecho delgado y de clavículas marcadas. La abraza con fuerza, deseando que la felicidad regrese de nuevo a ella.

—Todo estará bien, kookie. — Le escucha decir, su voz sonando extraña y rota —Estarás bien... mamá se encargara de ello.

Tan solo asiente, porque le cree, porque mamá jamás le mentiría. Y con aquel ultimo recuerdo, sus ojos se cierran rendido por el sueño.




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 De aquí los niños comenzaran a crecer, se vienen momentos difíciles jiji

I Love You, Kookie - HopekookWhere stories live. Discover now