CAPÍTULO 20: LAS ESTRELLAS EN SUS OJOS.

3.6K 195 72
                                    

n/a: nota al principio para avisarles que la nota final va a ir después del epílogo, en un apartado distinto. Gracias por leer y por este viaje, espero que les guste.

✧✧✧✧✧


Canción: Best Years - 5 Seconds of Summer.

Advertencia: contenido sexual explícito.


Omnisciente.

El resto de la semana había sido infernal. Eda y Serkan estaban tan exhaustos que podían acostarse a dormir por dos días seguidos ininterrumpidamente. El aroma de la vegetación del jardín de la casa de los padres de Serkan invadió las fosas nasales de ambos, brindándoles un poco de relajación mientras caminaban a la casa de él con sus manos entrelazadas. Eran pasadas las diez de la noche, una modificación en el plano casi listo los había tenido ese día corriendo de un lado a otro para dejarlo terminado y poder avanzar, porque si no, no podían llegar a la fecha límite con todo listo.

Sin mediar palabra, y con un acuerdo tácito, el destino fue la cama. Ingresaron a la habitación y prácticamente se dejaron caer juntos al colchón, soltando una suave risa tras hacerlo de manera sincronizada.

—Estoy por dormirme así. — señaló la ropa que llevaba puesta que era todo lo contrario a un pijama.

—Eso se ve incómodo. — dijo Serkan y se levantó para ayudarla a ella a hacerlo también. Caminó al armario y le extendió una de sus camisetas.

Eda le agradeció y no esperó más tiempo para cambiarse, él imitó sus acciones y se estiró caminando al baño para lavarse los dientes. Habían cenado en la oficina, así que por suerte y si nada interfería, sólo quedaba acostarse a dormir para finalizar el día y la semana también. Eda ingresó al baño y tomó su cepillo de dientes para hacerlo mismo que él, que ya estaba secándose la cara tras haberla lavado.

—Iré a ponerle agua a Sirius y regreso. — avisó y dejó un beso en la cabeza de su novia.

Su novia, porque habían acordado que aquella etiqueta en la relación les quedaba más que bien.

Sirius, Eda y Serkan habían decidido quedarse esa semana en la casa junto a la de sus padres porque era mucho más pacífico que el departamento de cualquiera de los dos. Y porque quedarse a trabajar hasta tarde mirando las estrellas siempre era más placentero que hacerlo entre cuatro paredes.

Serkan llenó el recipiente con agua y lo dejó al lado del comedero de su fiel amigo, dio unos pasos y caminó al estudio, donde también tenía su telescopio para poder apagar la luz que aparentemente se había olvidado encendida la última vez que ingresó el día anterior sin darse cuenta. Un papel estaba tirado en el suelo, por lo que entró para poder levantarlo y dejarlo en el escritorio, usando una caja pequeña de terciopelo azul para sostenerla.

Antes de siquiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, el grito de Eda con su nombre lo preocupó y salió corriendo en la dirección donde ella se encontraba. La puerta abierta del baño y la luz encendida le dio a entender que todavía estaba ahí.

—¿Qué pasó?

—Me corté. — Eda hizo un puchero mirándolo y enseñándole su dedo índice debajo del agua para eliminar la sangre que chorreaba de este.

—¿Cómo te cortaste? — preguntó mientras abría el armario empotrado en el baño para tomar el botiquín. Lo apoyó sobre el granito del lavabo y sacó lo necesario para curarla.

ARDER EN LIBERTADOn viuen les histories. Descobreix ara