14 / Our Last Night

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One Shot. - Aidan Gallagher.

(Pongan la canción del inicio, gracias)


El viento soplaba con delicadeza, pasándose sobre mi rostro y cabello, el cual se alborotaba mientras que yo solo me dedicaba a mirar el atardecer, sentando en la silla del balcón.

Un nudo en la garganta se comenzó a formar al recordar cada momento junto a ella, cada instante a su lado, haciendo que pequeñas lágrimas comenzaran a salir de mis ojos.

A lo lejos se escuchó como abrían la puerta, supuse que era ella. Jale la manga de la polera que llevaba puesta y limpie rápidamente las lágrimas para fingir que aún no sabía la verdad.

- Hola, cielo. - Murmuro con una sonrisa.

Dejó sus cosas en la mesa de centro y se acercó rápidamente a mí para poner sus manos alrededor de mi cuello y besarme, ¿Cómo podía hacerlo sin sentirse mal?

Aclaré mi garganta y hablé.

- ¿Cómo te fue? - Pregunté, sentandome en el sofá de la sala.

- Muy bien. - Respondió con una sonrisa. - Me dieron la noche libre. - Habló de nuevo, pasando su dedo índice sobre mis labios de una manera juguetona.

Sonreí ladinamente y la tomé de los muslos para subirla a horcajadas sobre mí y comenzar a deslizar mis dedos con lentitud y detenimiento sobre su cintura hasta su trasero, el cual sobaba y pellizcaba.

- Te amo. - Murmuro sobre mi oído, comenzando a dejar suaves y húmedos besos sobre mi cuello y mandíbula mientras se movía sobre mi miembro.

Con una mano levante su vestido y dí un fuerte azote a su culo, lo que provocó que sacará un fuerte gemido, haciendo que se escuchará por toda la sala.

Me levanté del sofá con ella entre mis brazos y nos dirigí a nuestra habitación. Al llegar a ésta enseguida la tiré sobre la cama y quité desesperadamente mis pantalones junto con el boxer negro que traía puesto, luego me subí a ella, sin dejar caer todo mi peso.

Acerqué mi rostro al suyo y empecé retirarle sus bragas y vestido, dejándola solo con sostén.

Miraba cada facción de su rostro con detenimiento al mismo tiempo que empezaba a acariciar con la yema de mis dedos sus mejillas.

La amaba, la amaba tanto que no era capaz de compartirla con alguien más. Pero, ¿Cómo podía cambiar eso?

Quité mis manos de sus mejillas y agarré sus manos para entrelazarlas con las mías y pasarlas a los costados de su cabeza.

Pasé mi nariz sobre su cabello, mejillas y cuello, respirando aquella colina, la cual la caracterizaba por untarsela diario.

Solté una de sus manos y tomé miembro para alinearlo en su mojada entrada. Acerqué mi boca a la suya y comencé a enterrarme en ella lentamente, robándole audibles jadeos.

Me detuve un momento y pegue mis labios contra los suyos en un beso necesitado, lleno de deseo, coraje y supuesto amor de parte suya. Me separe de su boca para comenzar a moverme dentro de ella.

El momento era fascinante. Las luces tenues sobre la habitación, el aire fresco de la noche, los gemidos y gruñidos de parte de ambos, junto con el ligero sonido visco de nuestros cuerpos chocar al unísono.

Podía sentir como mi frente se humedecía conforme a las embestidas lentas, pero rudas que daba. Sus senos se movían al compás de éstas por encima del sosten negro que tenía.

Aprete sus manos entre las mías y empecé a moverme un poco más rápido y sin parar. Lo que provocó que ___ comenzará a gemir más seguido.

Mi cabello caía sobre su rostro mientras que el suyo se expandía alrededor de su cabeza, la cual tiraba hacia atrás, dándome el acceso perfecto para chupar y succionar su cuello.

Mía, solo mía. Eso es lo único que quería decir mientras la follaba a mi antojo.

Entraba y salía de ella sin parar. Las embestidas cada vez era más rudas y placenteras, provocando que mi miembro comenzará a palpitar dentro de ella, dando entender que pronto llegaría a mi orgasmo al igual que ella pues sus piernas comenzaron a flaquear.

Unas embestidas más y logramos corrernos al mismo tiempo. Solté un suspiro y salí de ella, no sin antes dejar un casto beso sobre sus labios.

...

Luego de esperar unas horas para que dieran las tres de la madrugada me levanté de la cama, tomé mis tenis y me los coloque rápidamente.

Entré al baño hice mis necesidades y salí luego luego, dirigiéndome a ella, la cual dormía plácidamente. Sus labios se encontraban entre abiertos mientras que su cabello cubría sus ojos. Se miraba tan adorable mientras dormía que era incapaz de creer a plena vista que era una infiel de mierda.

Cerré los ojos y tomé una gran bocanada de aire, dándome las últimas fuerzas que necesitaba para terminar con todo esto. Abrí los ojos nuevamente y estire el brazo para tomar la almohada blanca que se encontraba a un lado de su cabeza.

- Si no eres solo mía, no serás de nadie más. - Susurre cerca de su rostro.

Di un casto beso a sus cálidos labios y pase la almohada sobre su rostro para presionarla contra este con fuerza. Al instante reaccionó y quiso defenderse, cosa que fue inútil pues luego de unos segúndos dejó de respirar.

Me separe de ella lentamente y quité la almohada de su rostro. Quería llorar una vez más, pero ya no, ya no quería derramar una lágrima más por ella.

Me alejé de la cama y salí de la habitación, dejándola ahí...  En esa habitación donde le declaré mi amor, donde le dí los buenos días tantas veces, donde le pedí matrimonio, donde le hice el amor tantas veces y por último; donde se folló a mi mejor amigo.

Al salir de la casa comencé a caminar sin rumbo alguno entre el bosque. Al mismo tiempo que caminaba pequeños flashbacks de nosotros juntos llegaron a mi mente, haciéndome sentir completamente inútil al ver como nunca antes me había dado cuenta de su infidelidad.

Ahora faltaba mi supuesto mejor amigo...






















Para los que no saben estaba planeando hacer este OS mejor en una historia, pero... Para ser honesta no sabía cómo desarrollarla y mejor lo dejé así. Pido perdón por las personas que dijeron que querían historia.

En fin, espero les haya gustado.

One Shots | Aidan Gallagher『+16』Where stories live. Discover now