¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
★🌠. ❛like a dessert ❜ ⋆⍣💫
. ✧ ⌑
🌟⚡🔅
⌑ . ≛
Queridos y atentos lectores, dicen que los que se casan con prisas terminan arrepintiéndose.
Sin dudas, la Srta Daphne Bridgerton y la Srta Adhara Basset opinan lo mismo, ya que al parecer han rechazado no a uno, ni dos sino tres propuestas esta semana.
Algunos creen que su previsión y deliberación son encomiables, pero yo aventuraría otra conjetura: que ellas, como esta autora, aún esperan al único pretendiente con renombre.
Todo vale en el amor y la guerra, pero en algunas batallas nadie sale victorioso, solo queda un sendero de corazones rotos que nos hace preguntar si la batalla valió la pena por el precio que pagamos.
Aquellos que amamos, tienen la capacidad de infligirnos las peores cicatrices. Porque ¿existe algo más frágil que el corazón humano?
—Me permitiría un baile, Srta. Basset—Lord Hardy se acercó a ella con una sonrisa.
—Sería un placer, Milord—Dijo la castaña después de que Lady Danbury la pisara con el bastón.
Pasaron a la pista de baile lentamente y se encontraron girando al lado de Simon y Daphne.
—¿Sabe que compré mi primer landó al irme a Oxford? Luego, adquirí dos más. Mi hogar ancestral es bastante grande, más grande que los demás de la zona— Alardeó.
—Fascinante—La castaña sonrió incomoda, dando un giro y escapando de sus brazos.
Y así fueron cinco bailes, en los que no llegó a nada. Sus esfuerzos por socializar fueron en vano y sus deseos de encontrar a alguien que tuviera sus mismos intereses no fueron cumplidos.
La música se silenció y entró la reina del brazo del príncipe de Prusia, mientras el salón se llenaba de murmullos. Se colocó al lado de Daphne y su hermano para observar el espectáculo que todas iban a dar.
—Solo saben que es príncipe—Daphne murmuró observando como todas se le acercaban.
—No debería sorprenderte, sabes cómo es esto ¿Acaso no eres experta en el tema? —Simon le respondió haciéndolos reír a ambos. Adhara se sentía un mal tercio, así que buscó lugar al lado de Lady Danbury o quizá si se escondía un poco más lograba escabullirse. Ella no se proyectaba como princesa en ningún lado.
Pero, fue demasiado tarde, cuando estaba atravesando el salón la reina ya venía en camino hacia ella.
—Príncipe Friedrich, ella es la jovencita de la que te hablaba, uno de los diamantes de la temporada—Dijo mientras Adhara se inclinaba. El príncipe besó el dorso de su mano.
