Capitulo Cinco - Mi buen amigo

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24 de Abril

-Dale gusa, sos lentisimo hermano -Dijo con frustración Exequiel, mientras ambos caminaban por el centro.
Sandez miraba cada vidriera como si del otro lado estuviera el mejor articulo del mundo por comprar, mientras que Exequiel se arrepentía cada vez mas de haber cedido a la insistencia de su amigo para que lo acompañe.
Lo peor era que el mayor no compraba nada, simplemente frenaba, admiraba, dudaba si entrar y seguía caminando.

Al menor no le hubiera molestado en cualquier otro día, pero justo hoy era muy importante.
Ya tenía registrado el lugar donde el tenía que comprar, el objeto, el precio y hasta se sabía el nombre del empleado.
Pero Agustín lo estaba atrasando, a decir verdad, así como el estaba impaciente el contrario parecía tener todo el tiempo del mundo, y eso de cierta forma le irritaba.
Pasaron los minutos, incluso las horas, cuando por fin llegó a aquella lujosa tienda.
Entró sin dudarlo siquiera dos veces mientras sacaba su billetera y se dirigía a la recepción del lugar.
Sandez lo seguía con la mirada desde afuera del lugar, no entendía el cambio repentino de actitud de su amigo.
A Exequiel poco le importó, y a los pocos segundos salió del lugar con una bolsa de tienda negra entre manos, que dentro suyo albergaba una pequeña cajita del mismo color.
Zeballos, ahora con una sonrisa en su cara, miró a Agustín.

-¿Vamos a lo de Lucho?

Le dijo al mayor, quien solo asintió con una pequeña sonrisa, mientras ambos empezaron a caminar.

[...]

Tocaban la puerta por decimosexta vez, las tenía contadas todas y cada una de ellas, unas nubes negras se acercaban amenazando con truenos y relampagos en el cielo, y su mejor amigo no le abría la puerta.

-Capaz esta durmiendo, Chango, vengamos mañana sino, que se viene la tormenta.

Pero Zeballos sabía que Luis estaba despierto, si este ni dormía con la luz de su habitación prendida y en la ventana del piso de arriba se veía clarito como estaba aquel foco resplandeciente iluminando su habitación.
Entonces pensó, pensó en que pocas veces el pensaba, de pensar, de idear una idea, pero ahora lo estaba haciendo, estaba pensando, pensando en como carajo entrar a la casa de su amigo.
No se iba a cagar mojando y tampoco se iba a ir, la unica opcion era entrar.
Entonces repensó, en que estaba hablando del mismisimo Luis Vazquez, una de las personas mas boludas que él conoce, seguramente se quedaba muchas veces afuera de la casa y sin llave, asi que dando vueltas por ahí tenía que estar alguna llave de repuesto.
Empezó a dar vueltas por cerca de la puerta de entrada buscando algún escondite para una llave, mientras que Sandez, más que confundido, lo miraba sin poder mediar palabra.
Unos segundos bastaron para que Zeballos y Sandez esten adentro de la casa de Vazquez, el primer mencionado subió sin dudar las escaleras al ver que su amigo no estaba por el piso de abajo, mientras que el otro, poco convencido, le seguía el paso.
Exequiel no dudó en abrir la puerta apurado al escuchar gritos del otro lado, pero se arrepintió mientras abría la puerta.
No eran gritos de terror o sufrimiento.
Eran gritos de placer.

𝐄𝐥 𝟑𝟖 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐠𝐚𝐝𝐨 - 𝐙𝐞𝐛𝐚𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐗 𝐕𝐚𝐳𝐪𝐮𝐞𝐳Where stories live. Discover now