Capitulo Quince - Amigo de oro

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Se despertó lentamente, escuchaba algún ruido molesto, parecía ser de un pájaro afuera, pero a el no le importaba en ese momento.

QUE HAMBRE, LA CONCHA DE LA LORA.

Terminó de abrir sus ojos y se llevó otra sorpresa.
No estaba solo en la cama.

Abrazandolo por la espalda, tenia en frente suyo a Agustín quien dormía placidamente, y entre ambos parecían estar haciendo la cucharita.

Primero pensó en moverse, pero no quería despertar a Gusa.
No, no quería separarse de Gusa
Si bien el hambre que lo atormentaba parecía estar por matarlo, esa comoda posición lo convencía de seguir quieto.

Pasaron unos minutos cuando empezó a sentir como se despertaba su amigo.
Y no estamos hablando de Sandez.
Fue ahí cuando se levantó con descaro, incluso asustado, haciendo así que Agustín despierte bruscamente.

¿Como pudo pasarle eso?¿Se excitó por estar abrazando a Agustín?
No, bajo ningún concepto, si el no era trolo, eso era imposible.

Para Sandez la situación tambien era confusa: Medio dormido, no terminaba de procesar el porqué Zeballos eataba en frente suyo, a las 8 de la mañana con una notable erección en su entrepierna, la cual Agustín trató de ignorar (Aunque no pudo del todo).

-Changui, ¿Que pasó?¿Que haces acá?

Zeballos, completamente avergonzado por la situación, tartamudeó un poco para terminar diciendo

-Ehm, No se, o sea, si se, pero es un quilombo explicarte, pero no quilombo de que fue un problemon, quilombo de que es largo para contar

Mientras Zeballos se marcó un doble tempo digno de un rapero profesional, Agustín solamente se rió por lo rapido que el otro hablaba y lo poco que se le entendía.

-Bueno, ahora me contas, pero vayamos a comer que estoy cagado de hambre

La mejor frase que pudo haber escuchado Exequiel, tenía MUCHA hambre.
Sin mas dilatación, se levantaron, Sandez se cambió su ropa por otro conjunto deportivo de Boca y bajaron a comer algo.

[...]

Fue cuestión de bajar un par de pisos en el ascensor para llegar al "restaurante" del predio.
De restaurante no tenía nada, era un buffet para el equipo donde cenaban, almorzaban y demás.

Ahora, con la panza llena y haciendo tiempo para tener que ir al ultimo entrenamiento de la semana antes del partido, Gusa y Zeballos se quedaron charlando.

Desde lejos, un pibe alto y con el pelo teñido los miraba sentado, desayunando en soledad.

-Bueno dale, contame

-Y, mirá, bien no me acuerdo pero ayer fui para tu habitación cuando lei tus mensajes y estabas dormido

-Ah, puede ser, vos me conoces, sabes que cada dos por tres estoy durmiendo

-Bueno, por lo visto me quedé dormido, no me acuerdo bien

Esto ultimo Exe lo dijo en voz baja, como sin querer que Agustín lo escuche, aunque este lo escuchó a la perfección.

-Uh... No sabía que ibas a venir

Hubo unos segundos de silencio, y luego Sandez volvió a hablar

-¿Dormiste bien?¿O molesté mucho?

Zeballos sonrió, su amigo era muy buena persona, siempre preocupandose por los demas.
Un amigo de oro, sin lugar a dudas.

El menor simplemente lo miró con una sonrisa y siguió con su desayuno.

𝐄𝐥 𝟑𝟖 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐠𝐚𝐝𝐨 - 𝐙𝐞𝐛𝐚𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐗 𝐕𝐚𝐳𝐪𝐮𝐞𝐳Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu