〰️CAPITULO 2〰️

478 35 11
                                    

Estabamos en urgencias, en el hospital, eran las tres y media de la madrugada, aun llevaba mi pijama puesto, estaba sudando, hiperventilando por la ansiedad, todo había ocurrido demasiado rápido.

Las lágrimas corrían como cascadas por mis mejillas.

Mi hermana Poppy, sollozaba, me abrazaba con fuerza, como si sus brazos fueran cuerdas atadas a mi, bajo un mar de lágrimas, con la esperanza de no ahogarme en la tristeza.

Mientras tanto papa se mantenía distante, con el semblante serio, horrorizado, asustado, estaba inquieto, dando vueltas en círculos por el pasillo del hospital.

No podía creer lo que había ocurrido.

Aún no era capaz de asimilarlo.

No podía dejar de pensar si mamá se pondría bien.

Seguramente os estaréis preguntando que había ocurrido.

Todo había comenzado hacia unas horas cuando estábamos plácidamente durmiendo en casa, yo fantaseaba y soñaba felizmente con aquel hermoso chico rubio del que mi hermana me había hablado una vez, tenia la almohada mojada, mi propia saliva, babeando con la boca abierta, soñando con el, con algún día poder conocerle en persona, hasta que unos gritos de ahogo retumbaron desde la habitación de mis padres.

Me desperté de golpe, agitadamente me levanté de la cama, descalza y aún medio adormilado...

Sali al pasillo encontrándome a mi hermana Poppy, quien también acababa de ser despertada por aquellos chillos de sufrimiento, eran de mamá.

Pero su voz se había callado. De repente ya no la oíamos.

Ambas nos miramos a los ojos, asustadas, confundidas, pero aquello solo duró unos segundos, pues tan rápido como nuestras piernas podían moverse, ambas corrimos hacia el cuarto de papá y mamá.

Al entrar nos encontramos con mi madre sobre la cama, con los ojos cerrados, la boca entreabierta, pálida y el rostro amarillento, no parecía respirar...

Papa estaba a unos pasos de ella, de pie, con el poco cabello que le quedaba revuelto, despeinado, sobre sus manos sujetaba un teléfono, estaba hablando con alguien de manera desesperada, empezó a gritar a todo pulmón...

-¡Necesito una ambulancia! ¡Por favor!

-¿¡Que le ha ocurrido!? - chille pero no obtuve respuestas, estaba tan asustada que no fui capaz de moverme hacia mamá, no tuve el valor de acercarme a ella por miedo a descubrir que le ocurría.

Poppy actuo rápido, se acercó a mamá con pasos ágiles, colocó dos de sus dedos sobre su cuello.

-Su piel está fría, no siento el pulso ¡No lo siento!- dijo mi hermana con un hilo de voz, angustiada, sin saber que hacer,parecía estar a punto de entrar en un ataque de pánico - ¡Mama! ¡Mama, despierta por favor!

Empezo a menearla por los hombros con brusquedad, a la espera de que reaccionara y despertara, pero aquello no ocurrió.

Sus ojos seguían tristemente cerrados. Sin ningún signo de vida.

¿Estaba muerta?

Mi cerebro era incapaz de soportar tanta presión, tanto estrés, me desmaye, mi cuerpo cayó al suelo y de un instante a otro deje de sentir aquel fatigante dolor, deje de oír los llantos de mi hermana, los chillos de mi padre, mis lagrimas dejaron de quemar ahora todo quedó en paz, bajo una densa oscuridad que me rodeaba.

Y así comenzó la noche más dolorosa de mi vida.

Me desperté varias horas después, mis ojos se abrieron perezosamente, dándome cuenta que me encontraba en un hospital, concretamente en la sala de esperas, sentada sobre una silla, en una posición incómoda y molesta para mi espalda.

AMOR ITALIANO ✔Where stories live. Discover now