Isaac me ayudó a subir sus maletas, mientras Andrew se esfumó como el aire. Cuando llegamos al rellano de la escalera Isaac me explicó el funcionamiento de la casa; las habitaciones se encuentran en el piso superior, el lado izquierdo de las mujeres y el derecho de los hombres. Las luces se apagan a las 10 de la noche, y claramente, nadie puede salir de su habitación después de esa hora.

—Narva es nuestra instructora y también reside aquí, ya la conocerás— explicó Isaac antes de despedirse.

La habitación no estaba mal, era amplia con dos armarios, un estante y dos camas.

Elegí la cama al lado de la ventana y sin perder el tiempo, me dispuse a deshacer mis maletas y arreglar mi lado de la habitación. Dos horas después, ya me encontraba completamente instalada en mi habitación.

Mi compañera de habitación aún no había llegado. Así que, decido darme una ducha, agradecida de que el baño estaba dentro de la habitación. No me imaginaría compartirla con tantas personas.

Ya fresca y con ropa cómoda, me dirijo al tocador a peinar mi cabello y a través del espejo veo a una chica extraña que me devuelve la mirada.

Su cabello es rubio pero no del tono que le gustaría, no es claro ni dorado, es de un tono oscuro. Aburrido. Sus ojos marrones me ven expectante, esos ojos que han visto cosas inimaginables; que aún guardan los recuerdos de ese fatídico día.

Llegó aquí para encontrar respuestas pero en el fondo teme que lo que encuentre sea aún más aterrador de lo que ya vivió.

«No podemos escapar de ellos, están en todos lados, Marceline. En donde haya muerte es porque se encuentran cerca »

Me llevo una mano a ese collar de amatista.

Soy yo.

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El siguiente paso es inevitable, debo hacerlo. Y, tengo que admitir que es un poco tentador lo que tengo ante mis ojos.

Admiro por un largo rato el uniforme tendido en mi cama; el blazer, la falda a cuadros y la corbata de color azul oscuro.

Con un suspiro, me visto con el uniforme, abotono la camisa blanca hasta el cuello. La falda me queda encima de la rodilla.

Abro una de mis maletas en busca de mis medias, pero me detengo cuando veo una cajita de tonos oscuros. Estiro la mano para sacarlo.

¡Caramba!

Mis ojos se agrandan al notar que son condones.

Tiene una nota pegada.

«Diviértete, con cariño Sara»

Con las mejillas rojas, ato los cordones de mis botines negros y tomo el collar de la mesita de noche, por último, peino mi cabello en una coleta alta.

Le doy un vistazo a mi horario, noto unos garabatos en la esquina de la hoja que llaman mi atención: un número telefónico y la letra "J"

Jameson Dean

Suelto un bufido, mientras guardo la hoja en mi mochila y la cuelgo en mi hombro. Salgo de la habitación.

Voy a mi primera clase un poco nerviosa, la verdad.

Se supone que al menos mi primera amiga sería mi compañera de habitación, pero ella aún no llega o tal vez nunca lo hiciera. Y tendría que pasar este año sola y soportar a esta gente elitista que le grita a sus madres.

Personas como Blair Waldorf que no usarán sus uñas, sino su dinero y manipulación.

No te alteres, me recuerdo.

Mis pensamientos son el resultado de ver Gossip Girl en todo el verano.

Para relajarme, me coloco los audífonos y tarareo el coro de la canción Golden de Harry Styles.

La clase de Historia se encuentra cerca.  Ya casi llego a la puerta, de repente, un enorme muro me interrumpe el paso.

¿Cómo puede ser eso posible?

Mi cara golpea contra un pecho fuerte y tela suave roza mi rostro, el tipo de tela que estoy vistiendo, levanto la mirada y encuentro esos ojos azules.

—¡Hola acosadora!

Apoyo las palmas de mis manos en su torso para interponer distancia entre el cuerpo de Jameson y el mío. Por alguna razón, mis manos se quedan más tiempo del necesario en su cuerpo, supongo que a mis dedos les gustan lo que tocan.

Rápidamente, retiro las manos.

—Todavía no tenemos la primera cita y ya intentas tocarme—los ojos de Jameson brillan con diversión.

—¿Por qué hiciste eso?—me llevo la mano a la nariz. Genial, mi primer día y ya recibí un golpe. Tal vez no estaba tan desencaminada con la teoría de Gossip Girl.

—¿Es broma? Estuve gritando tu nombre desde el otro pasillo.

—Ah. No te escuché.

Jameson se encoge de hombros.

—¡Venga, vamos a clase!

Entramos a clase juntos. La mayoría de alumnos se encontraban ya sentados. Tengo que reconocer que todos lucen un poco elegantes con el uniforme. Las miradas se detuvieron en mí y en la persona a mi lado.

—¿Por qué nos están mirando?— le susurro a Jameson.

—Te equivocas—susurra de vuelta—Me están viendo a mí.

Pongo los ojos en blanco.

Una mano se agita en el aire llamando mi atención.

Isaac.

Me apresuro y tomo asiento a su lado. Jameson hace lo mismo y se sienta en el pupitre detrás de mí.

—No te vi en la mansión esta mañana— le dice Isaac a Jameson—. Los demás tuvimos una reunión en el invernadero, y hubo cierta pelirroja quisquillosa preguntando por ti.

¿En la mansión? ¿Acaso estaba hablando de la Mansión Lobo?

Que extraño nombre para una mansión, por cierto.

Jameson pone los ojos en blanco y suspira fuertemente.

—No arruines mi mañana, Isaac. Ya tuve suficiente drama con esta pequeña rubia — responde agrandando su sonrisa—. Isaac ya me informó que eres nuestra nueva huésped en la Mansión Lobo.

Se inclina hacia adelante y murmura en mi oído un "Bienvenida".

Para mi mala suerte (creo), compartí clases con Jameson el resto de la mañana; tuve clase de Ciencia con la pelirroja Heather, que no paraba de mirarme de mala manera por alguna razón que desconozco.

Llega la hora del almuerzo. Con mi sonrisa más agradable le pido a Jameson que me enseñe en donde se encuentra la cafetería.

—Arriesgándome a sonar como un idiota, tengo algo que hacer ahora mismo— una mueca surca su rostro— ¿Qué tal si nos vemos en la cafetería a la hora de cenar?

Asiento.

Tratando de que no se note mi decepción.

Mi madre solía decir que una mujer lista tiene que estar preparada para recorrer el camino de la vida. Y, Marceline Dorian es demasiado lista para recorrer el camino hasta la cafetería.

Sin perderme en el intento, claro.

Alguien Tiene Que MentirWhere stories live. Discover now