Todos se encuentran sorprendidos y yo siento que mis manos no paran de temblar así que las guardo en mis bolsillos. 

Jameson es el primero en reaccionar, me suelta y cierra las puertas con rapidez.

—¿Alguien lo ha tocado?

—Lo coloqué cuidadosamente en una bolsa, sin tocarlo—respondió Andrew.

—Esto es lo que haremos, primero Andrew e Isaac llevarán la bolsa y la dejarán cerca del bosque sin que los vean— ordena de manera automática.

—Jameson, esto le pertenece a... —Lucia solloza fuerte sin poder terminar lo que iba a decir.

—No digas nada— la interrumpe Jameson apretando la mandíbula.

Isaac se acerca a Lucia y la rodea con los brazos para tranquilizarla.

—Necesitamos coartadas, Heather ve a la sala de proyección y añade nuestros nombres en alguna función que está apunto de acabar y escribe el título de una película que tengamos ver por clases.— su mirada se desplaza por la sala como si estuviera buscando algo y después asiente con la cabeza— No creo que nos hagan preguntas pero debemos estar preparados.

Heather asintió.

—Necesitamos hablar de esto y de lo que ocurrió antes de las vacaciones— ella se acerca a Jameson frente a frente y lo señala con el dedo—Ya no vas a darme largas, Jameson.

—Nadie puede decir nada en este momento,—masculla irritado— recuerda que hay oídos en esta casa y no podemos involucrar a nadie más en esto—Jameson dirigió su mirada hacia mi, y pude notar la frialdad en sus ojos, así como atisbos de dolor—Marceline lleva a Lucia a su habitación y haz que se tranquilice—asentí ante su orden de manera automática

—En 30 minutos, llamaré a Narva le diré que encontré algo raro y que necesita revisarlo.

Tomo a Lucia con los brazos y la llevo escaleras arriba. Cuando llego al rellano me vuelvo hacia Jameson que sigue de pie mirando la bolsa fijamente, perdido en sus propios pensamientos.

No puedo reconocerlo, es como si el Jameson tierno y divertido de hace unas horas hubiera desaparecido y, en su lugar, quedó una persona fría y seria.

Cuando abro la puerta de nuestra habitación, dejo a Lucia en su cama y voy por la caja de pañuelos que tengo en la mesita de noche y se la entrego. Ella llora por unos 10 minutos más, hasta que logro tranquilizarla.

La veo directamente a sus ojos que están hinchados de tanto llorar y suelto lo que ha estado rondando en mi mente desde que vi esa maldita bolsa en la sala.

—Grace no se tomó un año sabático, ¿verdad?

Lucia me sostiene la mirada, tratando de mostrarse fuerte.

—Yo no sé...no sé de qué hablas—intenta esbozar una sonrisa pero falla.

—Puedes confiar en mí—le tomo las manos—Solo quiero comprender qué es lo que está ocurriendo.

Veo que tiene una lucha interna, no sabe si debería confiar en mí o no y recuerdo las palabras de Jameson «no podemos involucrar a nadie más en esto»

Le doy un apretón amistoso en las manos, y, finalmente veo que ha tomado una decisión.

Agacha la cabeza y la sacude en una negativa.

—Ella no está aquí—susurra— Y todo es mi culpa.

Cuando creo que ya no le quedan lágrimas empieza a llorar otra vez

Mierda.

Trato de tranquilizarla para que pueda seguir hablando.

—Cuando dices que no está aquí te refieres a que Grace...—respiro con dificultad antes de continuar— ¿A caso ella está...?—me interrumpo, incapaz de pronunciar la siguiente palabra.

Alguien Tiene Que MentirWhere stories live. Discover now