OUTRO

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Aún a metros de distancia del sitio en el que yacía la tumba de su padre, era capaz de sentir su propia ansiedad ir en aumento.

Reconoce al o precipitado de la decisión tomada la noche anterior, mas tras las palabras de Hongjoong y considerando la inestabilidad emocional causada por el incidente con Wooyoung, en aquel instante había estado seguro de que era lo correcto. Su convicción, lamentablemente, fue disipándose conforme se acercaba al cementerio, pues con cada kilómetro avanzado, la realidad se tornaba más y más inevitable.

No obstante, ahora era demasiado tarde para arrepentimientos. Echarse para atrás no era una opción, al menos no una que fuese viable para San, quien se había esforzado en recaudar el valor suficiente como para impulsarse a sí mismo a visitar la tumba de su padre por primera vez luego del funeral.

Sus dedos se cerraron alrededor de la manilla del automóvil y tiró de ésta para abrir la puerta. Con la determinación que le permitían los crecientes nervios acumulados en su interior, posó un pie fuera del vehículo, deteniéndose al percibir una presión sobre su piel.

La mano de Hongjoong se asió, en torno a su muñeca antes de que pudiera abandonar el interior del automóvil. San parpadeó.

—¿Qué ocurre? —dudó volteándose a verle. El mayor inhaló y exhaló hondo, con la mirada fija en el rostro del rubio, dejando que en su agarre firme se transmitirá toda la consternación que esta situación le provocaba.

—Escucha... Sé lo que dije anoche... Pero tal vez sería mejor irnos y volver otro día— un surco nació entre las cejas de San, expresando su claro desconcierto—. No quiero forzarte...

—No me estás forzando a nada, Hongjoong... Soy un niño grande, puedo tomar mis propias decisiones, ¿sí? —le sonrió en un intento de otorgarle calma. Desde que había optado por seguir el consejo del mayor, éste no había cesado sus esfuerzos por disuadirlo.

—San... Lo de Wooyoung es reciente... y esto no será simole. Es bastante mierda emocional con la que tienes que lidiar en un lapso tan corto. Puedes volver luego...

—Mira —se irguió en su asiento y conectó su mirada con la del mayor—. Sé que será difícil; pero quiero hacerlo, Hongjoong. No es una idea que vino de la nada. Es algo que he estado recapacitabdo desde hace semanas, y no me arrepentiré ahora. Lo que ocurrió con Wooyoung no tiene relación con esto. Así que déjame hacerlo ¿sí?

Hongjoong suspiró profundo, como siempre lo hacía cuando San usaba ese tono tan tierno de voz y ponía sus mejores ojos de cachorrito mojado. El arte de la manipulación era ciertamente un fuerte de Choi San; y podía afirmar ciegamente que Hongjoong no era su única víctima.

—Sí... tienes razón. Es algo que tú debes solucionar —coincido, causando que la expresión del rubio se iluminara. Era tan binito que dolía, dolía como un infierno. San volvió a coger la manilla y Hongjoong fue incapaz de contenerse—. ¿Seguro que no quieres que te acompañe?

—Hongjoong...

—Lo siento, lo siento. Esperaré aquí.

—Buen chico —se burló el rubio, tratándole como un perrito y propinándole una ligera acarician el cabello. Hongjoong observó atentamente a San abandonar el interior del auto y dirigirse, no sin antes sacudir una mano en su dirección, hacia la entrada del recinto.

El rubio hizo el mismo recorrido de hace unas semanas, atravesando el cementerio y siguiendo las direcciones en los senderos hacia la lápida que hacía no tanto tiempo no ocupaba ese sitio aún.

Luego del entierro, se rehusó a regresar. Yuqi le ofreció varias veces que fuesen juntos, Yongsun le informaba de sus visitas diarias y no necesitaba oírlo para saber que su madre también era una visitante frecuente.

𝐑𝐞𝐧𝐭 𝐀 𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 🍥 woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora