Capítulo VII

3.8K 517 169
                                    

El jefe de San solía felicitarlo con frecuencia por su desempeño en el trabajo. Era bueno prestando atención, tratando bien a los clientes, recibiéndoles en el local con una sonrisa deslumbrante y un cálido saludo. Siempre que alguien atravesaba esa puerta, se ocupaba de dar lo mejor de sí mismo.

- ¿Qué mierda haces aquí?

Desgraciadamente Wooyoung no hacía más que sacar lo peor de él. Si su jefe hubiera estado presente probablemente lo hubiera puesto de patitas en la calle en un pestañeo.

- ¿Es esa la forma en la que se recibe a los clientes? -dijo el pelinegro con sarcasmo. Una mirada retadora en su rostro que sólo podía significar problemas-. Se me antojaba una pizza.

- ¿Debería creerte? -bufó San. El contrario apoyó sus antebrazos en la mesa de la caja y sonrío, no tan afablemente como hubiera querido.

- Supongo.

Si debía ser honesto, tenía unas inmensas ganas de aplastar su estúpida cara con su puño, o su pie, quizá una silla; lo que fuera más doloroso. Mas su parte racional se hizo cargo rápido, obligándolo a controlarse para no perder los estribos, al menos no es su trabajo.

- Vete -se halló diciendo, su voz al borde de perder la calma que transmitía. La actitud superior de Wooyoung no mejoraba la situación en lo absoluto-. No quiero volver a verte en mi vida, Jung.

- ¿No está siendo un tanto drástico?

- Si quieres pizza te aconsejo que vayas a otro local.

Mantuvo su semblante serio, intentando convencer al pelinegro de que su interior no estaba hecho un huracán de confusiones. Fueron segundos que se sintieron como minutos, hasta que finalmente Wooyoung se dio media vuelta dispuesto a retirarse.

San soltó un suspiro tembloroso al verlo marchar. Reconsiderándolo, tal vez debío comportarse diferente. Amable, arrepentido. Disculparse con Wooyoung para que Hongjoong no lo echara del proyecto habría sido completamente válido. Sin embargo, era incapaz. No se disculparía con ese idiota por algo que él había comenzado. Se rehusaba a hacer una tontería de esa magnitud.

Aún estaba en proceso de auto-tranquilizarse cuando observó a Wooyoung coger el cartel de la entrada y girarlo de tal forma que el Cerrado quedar apuntando hacia afuera. Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando el pelinegro habló.

- Quiero hablar contigo.

Lo inteligente habría sido negarse, porque no tenía el derecho de exigir una conversación después de todo lo que había pasado. Lamentablemente, San se encontraba momentaneamente mudo.

- No vine por pizza -admitió, Wooyoung caminando hacia él. El rubio estuvo tentado a volcar los ojos. Esa no era una sorpresa-. Tampoco vine a disculparme. Yo... no sabía que trabajabas aquí. Encontrarte fue una coincidencia- Rodeó la caja y San dió un paso hacia atrás al percibir la cercanía-. Entrar aquí no lo fue.

Lo observó, como un animal asustado e inseguro veía a un desconocido potencialmente peligroso. ¿Hablar? ¿Acaso el griterío de la última vez no había sido suficiente? No había nada que hablar. Si Wooyoung planeaba quejarse, podía hacerlo perfectamente en el sitio web, sin necesidad de darse estas molestías.

A menos que... canturreó una vocecita en su cabeza, un presentimiento que dio rienda suelta. Las palabras que trató de contener, abandonaron su boca en un susurro, demasiado temeroso de conocer la respuesta a sus dudas.

- ¿Te acuerdas de mí?

Joder, joder. Que alguien le dijera que había sonado menos herido de lo que creía. Wooyoung no contestó de inmediato y quizá eso fue lo que empeoró las cosas. San inhaló hondo, ojos agrandados por la burbujeante rabia al ver con claridad que el pelinegro no tenía intenciones de disculparse. Nunca las había tenido. Había roto su corazón en el pasado. ¿Por qué habría de pensar que era diferente?

𝐑𝐞𝐧𝐭 𝐀 𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 🍥 woosanOnde histórias criam vida. Descubra agora