Capítulo uno: Príncipe sexy.

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Peino mi cabello rubio, viendo cómo los rayos que entran a la habitación en la que hábito hace tres años, hacen que mis mechones se vean dorados, hoy me siento más lindo de lo normal, y es porque anoche dormí escuchando un audio subliminal, ¿Soy el único al que esos audios lo motivan? Amo el universo, y atraer más guapura a mi vida, aunque no es como si necesitara mucha.

El día que mi mamá me trajo al mundo seguramente llegaron hadas madrinas como en "La bella durmiente" y me dieron el don de la belleza, es que joder, no puedo entender como soy tan hermoso.

También estoy de buen humor y es porque hoy es un día especial. Habrá una bienvenida para el príncipe Arthur de Portland. O como yo le llamo: Mi futuro esposo.

Una prueba viviente de que él universo me da lo que le pido.

¿Saben ese crush famoso que tienen de pequeños, imaginan miles de historias románticas con ellos antes de dormir, y pegan sus fotos en sus paredes? Bueno, Arthur de Julié, es eso para mí.

Desde pequeño, la monarquía siempre reinó en mi vida, en la de todos a decir verdad, siempre veía las noticias o los periódicos. Mientras iba creciendo veía a Arthur, el segundo hijo de la familia real quien sería rey después de su hermano mayor, cada vez se veía más lindo, aunque en las portadas de los periódicos no salieran cosas muy agradables sobre él. A mí nunca me importó lo que dijeran de él, aunque todos siempre hablaban mal. Lo típico que siempre oía en los pasillos sobre él, era: "No se toma en serio su papel, es un mujeriego, irresponsable".

La última vez que leí un periódico con su perfecto rostro en él fue hace unos días: "La familia real informó mediante un comunicado que el príncipe rebelde de Portland, será llevado al instituto para hombres «Goldenberg» en Eugene, Oregon. Pocos kilómetros de su hogar, cerca pero lejos". Sí, fue hace una semana, me había memorizado la portada y aún estaba gritando en mi almohada.

¡El padre de mis futuros hijos inexistentes vendrá a vivir en el mismo techo que yo! Es como si Louis Tomlinson viniera a tomar té en mi habitación, admito que también tengo un crush con él, pero no le digan a Arthur, menos a Harry.

—¡Zean!— Iván grita del otro lado de la puerta, es mi vecino de al lado, y también uno de mis mejores amigos —¡7:10!

—¡Gracias!— respondo como rutina diaria, falta aún media hora. Como si no estuviera despierto desde antes de que saliera el amanecer.

Planche con mucho más cuidado de lo habitual mi uniforme de diario anoche, la camisa blanca está sin una arruga y el chaleco negro igual, la corbata que llevo hoy es azul oscura al igual que mis pantalones formales y mis zapatos de vestir. Tengo nervios, no pueden culparme, mi crush de toda la vida estará frente a mi en pocos minutos y es obvio que se enamorará de mí, la pregunta es, ¿Quién no lo haría?

Siempre he sido de esos chicos a los que no puedes decirle "no", siempre he tenido a todos los chicos que me han gustado, es más, incluso un profesor me dijo que le gustaba, pero no se preocupen, ya no está en la institución y tampoco está casado.

Ahora que lo pienso, pobre tipo, cayó en mis encantos y la está pasando mal. Pero Meh. Volviendo a mi...

Mis ojos hoy están sin ojeras, mi cutis perfecto, mis dientes blancos, parece que mis labios se han puesto de acuerdo para verse más rosas, mi cabello está ondulado casi por mis hombros, no estoy gordo, he cuidado mucho lo que como toda mi vida, y esta semana aún más.

Nada puede salir mal, me visto rápidamente cuidando de no arrugar nada y me veo en el espejo, sonriendo satisfecho luego de peinar mi cabello y ponerme un poco de perfume, estoy seguro de algo, y es que hoy, conquistaré a mi futuro esposo, el príncipe sexy.

Un Príncipe De Cuento ©Where stories live. Discover now