Capítulo díez: La verdadera cara del Príncipe.

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Me siento como si estuviera a punto de visitar a San Pedro.

Ahora que lo pienso, ¿Sí fuera al cielo me dejarían pasar? Bueno, no soy tan malo. No, si lo soy, soy el peor.

Anoche cometí uno de mis peores actos de adolescente inmaduro, se supone que ahora sé que amo a Victorio, pero a pesar de eso me besé con otro delante de él, ¿Ilógico o estúpido? Los dos. Posiblemente él pensó que soy una puta.

Después de que me dijo que se iría a una escuela de pilotos, y me apartó de él para luego decirme: Me iré en una semana, trata de no aparecerte cada que estoy feliz.

Caí en depresión.

Sé que Victorio entró en el mundo del F1 desde que tiene 16, su papá fué un piloto muy famoso en los años 90s y quería tener un hijo que siguiera su legado, al finalmente "aceptar" como su hijo a Victorio, le dió la oportunidad de ser piloto, supongo que para Victorio seguir su legado significa cumplir el sueño de ser su hijo, y no la hija que fué en un pasado para su padre.

Los padres de Victorio tienen el dinero suficiente y decidieron invertir en él, bueno, su padre ya tenía contactos y es justo ahora que cumplió sus 18 años que supongo finalmente comenzará a prepararse de manera oficial, sé que el primer paso para convertirse en un piloto es entrar en una escuela para pilotos, y es justo lo que hará.

Las clases de secundaria en el internado terminan en diciembre, tres meses, creo que las terminará de forma virtual porque dijo que se irá en una semana.

EN UNA SEMANA.

Hace tres años lo conozco, en tres años no he dejado de verlo al menos 5 veces por semana, y ahora no lo veré quien sabe en cuántos meses o años.

Mi corazón no puede estar más roto.

Estoy en mi cama mirando al techo, anoche me desperté al rededor de seis veces para mirar a la puerta esperando que alguien tocara, me siento extraño, realmente muy deprimido, he llorado tanto que mis ojos apenas pueden mantenerse abiertos, por esa razón pude dormir a pesar de despertarme. Ayer le envié mensajes a Iván, pidiéndole disculpas pero sé que está enojado, me dió un consejo y yo hice todo lo contrario frente a sus narices.

Escucho a lo lejos que algo suena, cada vez es más fuerte, y entonces me doy cuenta que la puerta está siendo tocada, me siento en la cama imaginándome que es Victorio, y bajo de la cama sin siquiera ponerme los zapatos, camino sintiendo el frío en mis pies y llego hasta la puerta abriendo, mi madre entra como loca a la habitación casi tumbandome.

Un Príncipe De Cuento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora