Ben 10 RWBY Volumen 2: Ultimate Omniverse

Capítulo 33: Cuando en casa, Parte 1

N/A (IMPORTANTE, por favor lea): *redoble de tambores* Ejem... ¡BIENVENIDOS TODOS DE NUEVO! ¡Regresé y me traje Ben 10 RWBY: Ultimate Omniverse, temporada 2! Así es, prometí que volvería en mayo y ¡aquí estoy! Espero que estén emocionados por esto, porque esta temporada estará repleta de acción, aventura y muchas nuevas incorporaciones que los dejarán boquiabiertos. Dicho esto... en realidad NO vamos a empezar con el equipo principal hoy. No, en cambio, nos dirigimos de regreso a Bellwood un poco antes que el equipo para ver cómo está la gente en casa. ¡Y es de dos partes, nada menos! Además, solo una advertencia justa; el comienzo de este capítulo es bastante... picante. Nada demasiado gráfico, pero piénsalo como un... experimento para ver cómo manejo escenas como esta en el futuro. En cualquier caso, comencemos, ¿de acuerdo? Este es...

Capítulo 32: Cuando en casa, Parte 1

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Cuando el domingo por la mañana amaneció sobre la ciudad de Bellwood, cierta Spring Maiden comenzó a despertarse de su sueño. Raven Branwen gruñó frustrada por esto, consciente de que estaba empezando a despertar. Ella no QUERÍA eso. 'Maldita sea, necesito dormir más...' La mujer movió la cabeza ligeramente para poder mirar más allá de su propio cabello, sus ojos rojos se abrieron ligeramente para no tener la oportunidad de despertarse por completo. El reloj al lado de su cama decía; "3:00", y solo la hizo gemir de nuevo. 'No, MUCHO demasiado pronto.' Se apartó de los números rojos que brillaban intensamente y volvió a cerrar los ojos. 'Otras cuatro horas y... ¿hm? Extraño, no recuerdo que la almohada fuera tan... firme.'

Raven había vuelto a abrir los ojos un poco para ver qué pasaba... solo para encontrarse cara a cara con el apuesto hombre rubio con el que compartía la cama. Por supuesto, no fue una sorpresa que Tai todavía estuviera en la cama... pero lo que SÍ fue una sorpresa fue lo cerca que estaba. Claro, se las habían arreglado para progresar mucho en su... relación muy tensa en las últimas semanas. Demonios, Tai incluso la había llevado a cenar un par de veces aquí en Bellwood. Se sentía como si hubieran retomado justo donde lo habían dejado... una vez que superaron los dieciocho años de drama, eso es.

Pero aun así, compartir una cama de nuevo era lo único con lo que no podían evitar sentirse un poco incómodos. Sandra se había disculpado, pero le aseguraron que se las arreglarían. Por supuesto, de esa manera se pegaba a los lados opuestos de la cama, pero era viable. ...Hasta ahora, eso es. Aquí estaba Tai, directamente a su lado en la cama... y fue solo entonces que se dio cuenta de que uno de sus brazos la rodeaba.

'... Dios mío, me estaba acurrucando mientras dormía'. Raven pensó... cuando una sensación de vértigo comenzó a abrirse paso en su pecho. La forma en que la abrazó, su cálido aliento contra sus mejillas mientras dormitaba, su pecho firme actuando como su almohada... la hizo retroceder a cuando eran jóvenes y aventureros. Así como esa primera noche de pasión que compartieron entre ellos. Ella sonrió para sí misma antes de alcanzar su mejilla, preguntándose si alguna vez podrían recuperar tal pasión. 'Tai... señor, fui tan tonto. Todos estos años, me perdí de todo. Tú y yo podríamos haber sido mucho más...

Se inclinó más cerca para besar su mejilla... pero entonces Tai también se movió, obligándola a detenerse. "Mmph... qu-qu..." El Cazador parpadeó aturdido, todavía aturdido. Aunque eso no pasaría mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que su brazo estaba apoyado en algo, y luego vio a Raven, haciendo que sus ojos se abrieran de golpe.

"Hm, buenos días". Cuervo dijo con una sonrisa.

"¡Ah! ¡R-Raven!" Tai jadeó, tratando de alejarse. "N-yo no—¡ah!"

Sin embargo, no llegó muy lejos. Con una velocidad sorprendente en la cama, Raven lo agarró del brazo y lo giró sobre sí misma antes de acostarlo de espaldas. En un instante, ella estaba ahora encima de él, sus piernas inmovilizándolo a cada lado mientras lo agarraba por los hombros, con firmeza pero también con delicadeza. "Oh, no, no lo hará, señor". La Doncella de Primavera negó con una sonrisa astuta, su salvaje melena de cabello oscuro cayendo en cascada sobre ambos. "Ya es suficiente y ya no me ando con rodeos. Y no creo que tú debas hacerlo tampoco".